UBA: elecciones a medida del rectorado

Escribe Fede Fernández

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Del 4 al 8 de abril se estarán desarrollando las elecciones estudiantiles en el conjunto de facultades de la UBA. En algunos casos la distancia entre el inicio de las clases y la elección es de horas lo que dificulta evidentemente cualquier debate y la propia presentación de listas. De esta forma el rectorado pretende consumar todo un proceso electoral que inicio el año pasado con las votaciones en los claustros de profesores y graduados y que ya aseguran por si mismos la “re-re” elección de Alberto Barbieri como rector. El apuro por sortear al claustro estudiantil busca dificultar un pronunciamiento político, esto tras dos años de virtualidad. Todas las conducciones de los centros de estudiantes han decidido realizar simultáneamente sus respectivas elecciones.

El regreso a clases será marcado por este cuadro electoral inmediato al mismo tiempo que se inaugure la “presencialidad cuidada” de las camarillas universitarias. No ha habido, en lineas generales, ningún tipo de acondicionamiento edilicio, por lo que las aulas se llenarán de estudiantes o bien se procederá a la "rotación" de materias y asistentes, en un cuadro "mixto" junto a la virtualidad. El rectorado ha descargado la "responsabilidad sanitaria" en las cátedras, resolviendo que cada una se acomode como pueda. La histórica falta de cupos y horarios para cursar se agravará debido a la inexistencia de un plan de contratación docente para la apertura de comisiones. La Universidad, en un cuadro de pandemia, se seguirá apoyando en una masa de educadores sin salario ni obra social, mientras que a los que sí lo reciben se le deteriora constantemente mediante acuerdos paritarios a la baja. El gobierno nacional, al pretender llegar a un acuerdo con el FMI, ya anunció a la Universidad como una de sus víctimas, al prever en el presupuesto fallido un enorme ajuste.

La gestión de la Universidad no ha pasado la prueba de la pandemia. Ha promovido el trabajo gratuito de sus estudiantes como "parches" del deteriorado sistema de salud, al mismo tiempo que desfinancia sus propios hospitales. La "nueva normalidad" pandémica ha resultado en la precarización completa del estudio, sosteniendo la virtualidad mediante la absorción de costos por parte de sus estudiantes y docentes. La pandemia, a su vez, ha significado un aumento de la precarización laboral en el terreno juvenil lo que vuelve incompatible para todo un amplio sector el sostenimiento de sus estudios. La Universidad, que no ha invertido un solo recurso en esto y que no plantea hacerlo en el futuro, se sostiene sobre la base del "loteo" del conocimiento, los convenios con empresas que se apropian de él y todo un desarrollo privatizador de la enseñanza que deteriora el ciclo de grado en función del desarrollo de los posgrados y cursos pagos. La gestión capitalista de la Universidad es incompatible con el interés de estudiantes y docentes así como con el desarrollo del conocimiento.

Lucha política

Esta confrontación electoral reunirá a un conjunto de fuerzas políticas que ha transitado la pandemia en un cuadro de reciprocidad mutua. En primer lugar la "oposición" camporista a Barbieri ha acompañado en lo fundamental todos los actos de gobierno y alli donde es gestión aplica el ajuste y desarrolla la privatización. El "edificio nuevo" de Filosofía y Letras finalmente sera una sede dedicada a los posgrados. El camporismo a su vez es un pilar de la deteriorada coalición gobernante que le ha declarado la "guerra" a los salarios y jubilaciones. Itai Hagman de Patria Grande/ La Mella ha dejado en claro que su "oposición" al acuerdo con el FMI es una estafa ya que se retiró de la comisión que lo trató para "no obstaculizar" su aprobación.

La Franja Morada, el macrismo universitario"estrenará" su representación en la FUBA y en la mayoría de los centros con un particular record: ha logrado que todas las fuerzas, desde los K al FITU apoyen su continuidad al frente de la Federación durante toda la pandemia. Para los estudiantes la presencia de la Franja equivale directamente al cierre de los centros. Así han hecho en la FADU, desapareciendo al CEADIG y pegando las boletas de centro a las de consejo controladas por las autoridades. Para esta maniobra contaron con el apoyo del PTS.

Política Obrera, la Tendencia del PO, batallará por su presentación electoral impulsando un canal de organización y lucha socialista. Frente a las intenciones de desarmar al movimiento estudiantil pelearemos por la conquista y la lucha por las reivindicaciones: presupuesto, salario, recursos y cuerpos de delegados. En la Universidad se plantea una modificación de raíz del conjunto de intereses que la gobiernan.

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