El subte en tiempo de coronavirus

Escribe Pablo Viñas

Tiempo de lectura: 3 minutos

La cuestión del transporte público, y en particular del Subte, es un tema sensible en el contexto de la pandemia mundial del COVID-19. Por un lado, es necesario mantener el transporte para garantizar el traslado por ejemplo del personal de salud y numerosos servicios esenciales de la vida social, por el otro se trata de un ambiente cerrado, húmedo, en el que se produce constante hacinamiento, insalubre, con material cancerígeno, los cuales pueden ser un caldo de cultivo para la propagación del virus.

Por el momento se ha dispuesto la reducción del servicio a una cantidad menor de estaciones que las habituales y que los pasajeros viajen sentados.

Respecto de las condiciones laborales, en un principio el otorgamiento de licencias para los trabajadores fue dispar, ahora con la presión de la organización obrera su cumplimiento se ha ido generalizado incluyendo a quienes son población en riesgo y padres de niños escolarizados. Sin embargo, queda pendiente quienes son convivientes con población de riesgo, una reivindicación muy sentida. Los trabajadores también exigen que se garantice en todos los sectores de trabajo los insumos de higiene y prevención necesarios (barbijos, alcohol en gel, etc), y la contratación de personal para reforzar la limpieza y cubrir a compañeros licenciados.

Coronavirus y la lucha contra el asbesto

En el Subte, además, el virus ha llegado al país justamente cuando los trabajadores se encuentran luchando por la erradicación del asbesto en las líneas. Material cancerígeno que se encuentra prohibido hace años, pero con el que sin embargo igualmente fueron adquiridas formaciones por parte de Metrovías y SBASE. Se ha comprobado que se encuentran contaminados con este elemento trenes de las líneas B (la mayoría de sus formaciones), E y C, además de los talleres en los que estos se reparan y las líneas en que estos circulan.

Por este motivo varios talleres se encuentran realizando retención de tareas, algunos desde hace casi un año, como Rancagua de la línea B. En tráfico de la C los trabajadores han votado no trabajar sobre las formaciones que contienen asbesto. En el mismo sentido, el sindicato ha obtenido una medida cautelar en la justicia de la ciudad que manda a Metrovías y el gobierno a cambiar las formaciones y entre tanto resguarda a los trabajadores para que no sean obligados a trabajar con material contaminado.

Como la fibra de asbesto afecta los pulmones, pudiendo generar neumoconiosis, luego asbestosis, y en el cuadro más grave cáncer de pulmón, esto agrava los riesgo respecto de la pandemia. Los trabajadores, su cuerpo de delegados y el sindicato (AGTSyP) vienen reclamando además de la desabestización completa del subte, varias reivindicaciones, entre ellas que se ingrese al Registro de Agentes de Riesgos (de la ART) y se le hagan con celeridad estudios al conjunto de los trabajadores, lo cual fue extendido por el fallo mencionado también a ex trabajadores.

Sin embargo, hasta ahora ha sido analizado un porcentaje minoritario de trabajadores, tan solo 700 sobre un total aproximado de 4.000. En 18 de ellos se han confirmado afecciones pulmonares derivadas del asbesto, y dos de ellos tienen cáncer. Ello implica que la mayoría de los trabajadores del subte desconocen si, por la desidia del estado y la empresa, sus pulmones se encuentran afectados y, por lo tanto, si pertenecen a la población de riesgo. Motivo por el cual es clave que las licencias se extiendan a la mayor cantidad de personal posible con un sistema de guardias rotativas

La defensa de las 6 horas

En este cuadro el cuerpo de delegados del sindicato del subte (AGTSYP) acaba de rechazar en forma rotunda la “propuesta” de extender la jornada laboral de seis a ocho horas realizada por SBASE (Subte de Buenos Aires Sociedad de Estado) -organismo dependiente del gobierno de la ciudad, titular de las formaciones y túneles- que fuera trasmitida por la directiva del sindicato, y que fuera planteada para cubrir personal licenciado por ser población de riesgo del coronavirus. Inicialmente esta propuesta en nombre de la “solidaridad” contó con un apoyo solapado de sectores K de la directiva del gremio, pero que debieron reacomodarse rápidamente ante el rechazo generado

Debe recordarse que las seis horas son una conquista histórica del subte, justamente obtenida como parte de la lucha por el reconocimiento de la insalubridad de este servicio, reconocida en varios países del mundo, y que aún tiene pendiente el reconocimiento de la jubilación anticipada.

En el subte, como en todo el país, la mejor y única garantía para defender la salud pública, es la organización de los trabajadores.

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