Porqué ha sido un congreso histórico

El discurso de cierre de Jorge Altamira

Tiempo de lectura: 19 minutos

Compañeros y compañeras:

Todos los que estamos aquí somos conscientes de que somos una organización pequeña, que tenemos una lucha contra la corriente desde el punto de vista de los planteamientos políticos dominantes y que nuestros recursos materiales son escasos. Pero podemos reivindicar para nosotros que estamos unidos por un programa y por una estrategia, y que esa condición supera el número, supera el dinero, supera muchos atributos que los aparatos políticos consideran fundamentales para desarrollarse y para alcanzar sus objetivos. Y el Congreso demostró que no nos amilanamos por ese motivo. En el debate de estos tres días y en el desarrollo del Congreso nadie se achicó: todos los que hablaron supieron describir o desarrollar el panorama que ofrece la humanidad en este momento, y esa es la condición fundamental.

Las sectas pueden alimentarse de distintos factores internos, pero una persona se convierte en un militante revolucionario cuando puede palpitar, vivir, su época, estar convencido de que quiere transformarla y se pone en la lucha para esa transformación. De modo que somos una organización pequeña, es un Congreso de cien delegados -hay organizaciones que tienen congresos de diez mil delegados-, pero reunimos esa condición fundamental que necesita un partido revolucionario. El Congreso que hemos tenido en esta ocasión lo vamos a recordar como un Congreso histórico, y sin embargo ningún atributo especial, exterior, justificaría semejante denominación. Hoy, domingo de este feriado largo, las masas están preocupadas en disfrutar lo mejor posible y pensar que mañana lunes tienen que volver a trabajar y tienen que volver a buscar trabajo, y que tienen que alimentar a sus familias.

Es un Congreso pequeño, pero es un Congreso histórico porque nosotros hemos abordado cuestiones históricas. Y en ese sentido desafía a cualquier otra corriente política de cualquier signo a que diga si tienen las condiciones de hacer debates de estas características y si se les ocurre siquiera hacerlos. Porque nosotros hemos discutido la pandemia, la crisis humanitaria y la guerra mundial. Nosotros hemos arrancado desde el problema fundamental de la humanidad, no de lo que pasó ayer o antes de ayer en algún conflicto en el que hayamos participado. Cuando se leen las resoluciones también se advierte que este Congreso se ha volcado a la historia de la humanidad, a la historia de la clase obrera. En primer lugar, para explicar ideas muy complejas hemos utilizado la menor cantidad de palabras posibles, eso es fundamental. Tengo una vieja ‘teoría’ de que una organización está más cerca del poder cuantas menos palabras usa para expresarse, ya que puede sintéticamente señalar sus objetivos y ser entendidos. Pero los planteamientos son profundos. La resolución internacional que se aprobó en algunos momentos expresa ideas de fondo en un renglón.

De este modo se ha abierto un nuevo desarrollo, porque discutiendo con los compañeros en los intervalos ahora nomás, a la luz de toda la discusión que hay ahora, pudimos discernir las líneas estratégicas de la OTAN, de Rusia y las demás potencias, a la hora de llegar a un acuerdo con relación a esta guerra. Pero también advertí, conversando con los compañeros, que eso está puesto en el primer artículo que publicamos sobre la guerra. Nuestras posiciones son muy claras. Los rusos quieren partir a Ucrania y eventualmente quedarse con una parte y, después, ofrecer un tratado de paz a la OTAN. Y en la OTAN hay un sector que está dispuesto a aceptar esto. Depende de circunstancias, características, cómo va a ser ese acuerdo -quién se desarma por aquí, qué apoyo económico va a ir por allá-. Todas las diferencias que hay en el seno de la OTAN se van a expresar en torno a esto. Ahora, cualquier acuerdo al que lleguen sobre esto, no sería más que una tregua entre dos guerras, porque no hay condiciones para ningún tipo de acuerdo.

Lenin explicaba muy bien que los problemas entre imperialistas solo se resuelven por la fuerza. Y crean otro equilibrio, pero después de haber pasado por la tragedia de una solución de fuerza. Eso envuelve a toda América Latina en mucha mayor medida que en el pasado, porque las conexiones internacionales son mayores, la integración al mercado mundial, el tránsito de personas, etc. Solo por este motivo las tendencias a la rebelión popular en América Latina, las crisis políticas, se van a acentuar. En este Congreso hemos desentrañado esas crisis, las hemos disecado: cómo se desmorona un régimen político, el impasse de los gobiernos, las tendencias de las masas frente a la crisis. Eso es un Congreso histórico, en un momento histórico, un momento de catástrofe internacional. Que no es la máxima catástrofe internacional porque lo que viene como consecuencia de todo esto va a ser peor. Nosotros nos tenemos que dar los modos para sublevar a las masas, para fortalecer su desarrollo, y para lograr eso nos tenemos que apoyar en la tendencia más avanzada de las propias masas. Porque las masas no son una masa informe, desconectada, sino al revés, es una red, para usar un lenguaje muy frecuente en la actualidad.

Ya en el Cordobazo se demostró cómo es la mecánica. Había una fábrica en el país que le marcaba el rumbo primero a una provincia, y había una provincia que le marcaba el rumbo al país, conectados. Así se fue gestando una sublevación política general que terminó con la dictadura de aquel momento. La fábrica era la IKA-Renault, y todavía tengo presente la anécdota de que se había anunciado un paro general en Córdoba, activo, y en las horas subsiguientes todos los sindicatos cordobeses habían anunciado que no adherirían. En aquel momento teníamos una relación política, circunstancial de ese momento, con gente que pensaba naturalmente que nosotros éramos catastrofistas. Quién que nos conoció no sabe que somos catastrofistas. Entonces uno de ellos me dice: “Altamira, tus pronósticos fracasaron por completo. La huelga general que pronosticaste para Córdoba no se va a producir”. Le contesté que esperáramos hasta las 16:17, que era la salida de fábrica de IKA-Renault, cuando se iba a hacer una Asamblea General. Es como en esta película, “Granizo”, en la que un viejo cordobés te da con la precisión de segundos cuándo va a haber una tormenta. Entonces se produjo esa Asamblea General, y los obreros de IKA-Renault votaron el paro activo para el día siguiente. Eso fue a las 16:17. A las 17 salió el primer comunicado de un sindicato que no iba a parar, diciendo que adhería al paro. Y a las 20, ya estaba toda Córdoba anunciando que paraba al día siguiente, y al otro día hubo una Huelga General, y fue una de las tantas victorias que obtuvo el catastrofismo en la historia de nuestra corriente, solo que en un lapso tan breve como son 24 horas. En ese caso no era un estudio de la economía mundial, de la guerra, etc., era un conocimiento de la mecánica que el Cordobazo había creado entre lo más avanzado de los obreros de la industria automotriz con los distintos sectores de la clase obrera y de los trabajadores en general. Por eso le prestamos atención en este Congreso a los obreros del limón de Tucumán. Porque no va a faltar el pillo que diga “Ay, pobre gente esta de Política Obrera. Como no encuentran ninguna evidencia de nada, va a buscar a Tucumán a los obreros del limón”. Bueno, que espere que venga la Asamblea de las 16:17. ¿Qué quiero decir? Esto va a tener su influencia en el norte, y va a empalmar con otras tendencias que hay en otros lugares del país. Lo que nosotros tenemos como obligación no es ver el espectáculo de los obreros del limón, sino volcar toda nuestra fuerza a que toda la clase obrera argentina acompañe las ideas políticas y la lucha reivindicativa de los obreros del limón. Que además tiene una importancia colosal por un factor: porque en Argentina se ha despreciado históricamente a los trabajadores del agro. Y como consecuencia de esto, salvo en un pasado bastante lejano, la izquierda tiene un trabajo débil en las zonas agrarias.

Argentina ahora entra en una etapa más avanzada de la crisis. Alberto Fernández en cierto modo tiene razón, pero fundamentalmente está equivocado, cuando dice “de casualidad he salido presidente y no me lo perdonan porque a los dos meses me enchufaron una pandemia, y cuando creímos que la pandemia había aflojado me enchufaron una guerra. Y quieren que haga un gobierno exitoso. Estoy meado por los dioses”.

La situación se va a tensionar mucho más. El costo de la vida está creciendo en todo el mundo, hay crisis políticas cada vez más acentuadas. Pero el Gobierno Nacional no está en crisis por la pandemia o por esta guerra, está en crisis por su naturaleza de clase. Porque como todos los gobiernos capitalistas en el mundo, se valieron de la pandemia para hacer un extraordinario negociado. Lucraron con la pandemia, y no solamente lucraron con la pandemia los monopolios farmacéuticos, sino que lucraron todos con préstamos baratísimos que les dio el Estado, o con financiaciones carísimas que el Estado recogió o pidió al capital financiero, etc., como ocurre por ejemplo con los bonos del Estado argentino ajustados por inflación y encima a una tasa de interés generosa. Entonces estamos ante un proceso de alcance revolucionario. Este aspecto le da también un carácter histórico a este Congreso, porque cuando en el futuro discutamos en otros congresos o en la lucha militante va a surgir una cosa: “Che, cómo la pegamos en el Congreso que hicimos en Semana Santa del 2022. Cómo advertimos lo que venía, cómo nos preparamos”. En ese sentido es histórico, porque abordamos los problemas históricos. No abordamos el problema de que un programa del FMI es perjudicial para los trabajadores argentinos, y es más todavía que eso, es “odioso”. No. Nosotros analizamos las relaciones de clase que hay con el programa del FMI, y advertimos desde el inicio que el FMI iba a tener grandes dificultades en imponer su propio programa. Y que el propio FMI iba a entrar en una crisis. Y la crisis del FMI está cantada. He visto ahora, en un diario, un comentario acerca de que los ministros de Finanzas del G20 se reúnen en Washington. Pero está el problema de si el ministro de Finanzas de Rusia puede ir a Washington. Porque miren qué problema tiene el ministro ruso, si llega a ir a Washington, hay que ver si le aceptan el pasaporte. Luego, en los intervalos o cuartos intermedios de las reuniones de ministros, va a querer ir a un McDonald's y le van a rechazar la tarjeta. (risas) No va a tener dónde ir a comer. Queda pendiente saber si lo dejan entrar a Washington, si esa reunión se realiza, porque en ese caso puede ser que esa reunión no se vaya a producir. Y la quiebra del G20 es la quiebra de una forma de directorio mundial de la economía y de la política con la cual el imperialismo ha querido contener la anarquía general de cadenas de producción que se han interrumpido internacionalmente y deudas externas impagables.

En Sri Lanka -lamentablemente no tuve la oportunidad de leer el asunto con cuidado, ni siquiera de ir más allá-, lo que vi es que no es simplemente que suspendieron el pago la deuda, hay una crisis revolucionaria. Es decir que hay una pelea por la suspensión o no de la deuda. Hay una lucha de clases, quieren hacer caer al gobierno. Sri Lanka, les informo, y no porque piense que ustedes lo ignoran, pero poco se habla de Sri Lanka, es lo que viene, geográficamente, abajo de la India, y por lo tanto no es joda Sri Lanka. En una época Sri Lanka tuvo el único partido trotskista de masas de la historia, que terminó formando un gobierno de frente popular. Pero era de masas, porque si no no lo hubieran invitado a formar un gobierno de frente popular. Como esto es una cadena, hay otros países que están esperando la ocasión para defaultear. Esto va a generar una crisis en el FMI. Lo mismo la ruptura del directorio de G20, porque si China y la India no van… hoy el diario La Nación pone que China, la India, y no recuerdo que otro país están del lado ruso. Quiere decir que el directorio mundial se ha fracturado políticamente.

No es una guerra por el tema de la partición de Ucrania. Para que quede claro, nosotros, el Partido Obrero Tendencia, denuncia la partición de Ucrania, primero porque dividiría al proletariado mundial, en este caso ucraniano, luego dividiría al proletariado ruso, y tercero apuntaría a un acuerdo con el imperialismo de la OTAN. Que, a su vez, no va a fructificar, y va a servir de interregno de una guerra más grave. Esta declaración debe ser tomada formalmente como el pronunciamiento del Congreso que hemos desarrollado en estos tres días sobre esta posición. Entonces, no hemos discutido pavadas.

Por otro lado, si alguien dice “Admito que discutieron cosas históricas fundamentales, pero ustedes no tienen condiciones para desarrollarlas”, nosotros decimos “No, te equivocás. Nosotros somos el Partido Obrero, y ya hemos demostrado a lo largo de la historia, peleando contra dos dictaduras, etc., etc., etc., que no nos para nadie. Lo que ustedes no ven es que lo otro es un invento. Porque el invento del aparato del PO no puede hacer un Congreso para discutir la partición, la invasión, la ofensiva de la OTAN, la quiebra del directorio mundial, la desorganización económica, las confiscaciones recíprocas, y la reacción de todos los pueblos como consecuencia de la acción devastadora que hay. En este sentido, la parte de la Resolución que dice que la guerra imperialista es fundamentalmente una guerra para aplastar a las masas es una de las partes más válidas de la Resolución, y salimos del cliché habitual de que es una lucha por los mercados, que naturalmente lo es, pero que hay que ver en una perspectiva más general. Porque finalmente en la lucha por los mercados, Estados Unidos, como se lo dicen muchos críticos desde adentro, tiene los recursos para ganar la batalla sin ninguna guerra. Pero no se trata de eso, se trata de que en la lucha por los mercados el que no puede levantar cabeza es el proletariado de tu país que va a ganar los mercados y el proletariado de los países que van a resistir la miseria que se va a lanzar contra ellos.

Entonces, tampoco es cierto que a esto lo vamos a dejar en un papel. Y la primera medida que se votó y es urgente hacia la nueva dirección es que queremos tener mañana lunes el calendario de campaña contra esta guerra. Calendario de charlas, actividades, en todo el mundo, siempre que seamos capaces en esa campaña de traducir el tema de la guerra a la vida cotidiana, a la defensa del ser humano, de la vida, a mostrar que es una calamidad humana, que hay que sacarse al imperialismo de encima. El imperialismo es peor que un meteorito. ¿Vieron la película esa, con una actriz preferida mia llamada Cate Blanchett y Di Caprio, llamada “No mires para arriba”? El imperialismo es peor que un meteorito.

Esto quiero señalarlo, somos una organización pequeña, atravesamos muchos obstáculos, incuestionablemente. Pero estamos convencidos de que tenemos un programa, hacemos frente a los problemas, lo discutimos colectivamente. Una lección que hay que sacar de todos modos, si es que entendemos esto, es que el próximo Congreso tiene que empezar el día que se publican los documentos originales, porque la convocatoria a un Congreso no es la convocatoria para que los delegados un fin de semana vengan a discutir, es una convocatoria para que durante tres meses todo el Partido Obrero Tendencia discuta, y luego en los tres días de Congreso se discuta lo que se discutió. Entonces también se evitan posiciones ‘novedosas’, que nunca nadie escuchó ni en tres meses ni en ningún lugar, y que son presentadas como exigencias de respuesta inmediata. Eso no es metodológicamente el estilo militante. El estilo militante tiene que ser, precisamente, metódico: me planto sobre un problema, lo estudio, fijo una opinión, no tengo miedo de equivocarme, lo importante es que del debate salga una mayor clarificación. El proceso de la discusión es un proceso de aciertos y errores. Tenemos que desamoldarnos. Pero hay que aprovechar los tres meses. Porque si se discuten en las últimas 24 horas., por fuerza, no va a haber profundidad en la discusión, y las conclusiones que se saquen quizás no incidan tanto desde el punto de vista práctico.

El debate, aquí también, tiene un aspecto histórico, cuando se refiere al Polo Obrero, porque se lo ubica en el contexto de la crisis. No como un fenómeno vinculado a la pobreza. Señalarlo como un fenómeno vinculado a la pobreza ya lo hizo la Iglesia hace muchos años, y estableció lugares de caridad, de solidaridad para la pobreza. Acá se trata del derrumbe del capitalismo; es importante que los manifestantes del movimiento piquetero sepan que están frente al derrumbe del capitalismo, porque si no saben que están frente al derrumbe del capitalismo van a terminar creyendo que la culpa es de ellos, que no consiguen laburo por culpa de ellos, que no van más lejos de las changas por culpa de ellos y con la clase media puteándolos, y en el fondo ellos pensando que a lo mejor tiene razón porque no consiguen laburo. En cambio, la crítica marxista sobre esta situación pone el lugar de la responsabilidad claramente en el capitalismo, en el lugar que corresponde. Esto ayuda a alumbrar la conciencia. Nosotros tenemos que elevar el aprecio de los piqueteros por sí mismos, y la única forma de elevarlos es a través de la lucha de clases. De lo contrario van a continuar con una conciencia política disminuida, y eso va a ser negativo para su propio desarrollo.

Hace unos días, varios compañeros me advirtieron que si iba a un programa de televisión iba a estar un tipo de Milei y me dijeron que me preparara porque era violento, había discutido con Belliboni a los gritos, y que el tipo abogaba por una brigada anti piquetera. Yo escuché la advertencia, está bien, pero ¿qué puedo hacer? No lo voy a llamar por teléfono para decirle que no me grite. (risas) Quiero decir, las cosas son como son. Pero lo que sí pensaba decir es que el problema de las brigadas anti piqueteras para el movimiento obrero mundial es un asunto viejo y agotado. Se resolvió formando piquetes contra los anti piqueteros. Los piquetes obreros que desmantelan las provocaciones fascistizantes. Y pensaba agregar en el programa (pero el muchacho se cagó todo, me lo presentaron como un peligro terrible y no recuerdo haber escuchado ni el sonido de él), le pensaba decir que nosotros, Política Obrera, abogábamos por la formación de piquetes y brigadas piqueteras para luchar contra provocaciones, porque elevan la moral del trabajador piquetero. Una buena paliza a un provocador, sube la moral del trabajador. (risas) Y siempre pensando en la conciencia de clase.

Así es como abordamos nosotros el movimiento piquetero, por eso la Resolución dice que entroncamos con la tradición del 2001 y 2002. Es muy importante recordar eso, hay que decir de dónde venimos. Siempre hay que decir de dónde venimos. Nosotros entroncamos con ese movimiento que tiene un gran objetivo político, porque la consigna que debutó con ese movimiento fue “Abajo De la Rúa-Cavallo”. Y se desarrolló como un movimiento muy convocante, muy fuerte. Lo mismo tenemos que hacer en la actualidad.

Está bien cómo se plantean los problemas y las reivindicaciones. Lo que propongo, teniendo en cuenta que también vi los esbozos originales, es que nos dirijamos a las masas del movimiento de desocupados en forma directa. No por medio de una polémica con los otros grupos piqueteros; no que se enteren de lo que nosotros pensamos porque nosotros hablemos a través del desacuerdo con algo que dijo otro. Acuérdense, en una polémica gana el que se coloca en una posición de que a uno lo critiquen, eso quiere decir que uno tiene posiciones políticas. Y no de que uno critica a los demás, porque pone en duda si está enojado con el adversario o tiene posiciones políticas propias. Tener un lenguaje directo: tenemos que hacer esto, tenemos que hacer esto o lo otro, y por qué. Y dar ejemplos prácticos.

En esa campaña por el Congreso Obrero que se establece acá, hay actividades que incorporan a otros sectores de la clase obrera junto con el movimiento piquetero. En este sentido quiero hacer una observación: cuando iniciamos una campaña de charlas, y esto es muy importante, las campañas de charlas tienen que ser discutidas como hemos discutido la crisis mundial. Ustedes me dirán “Eh, pero no exageremos”. Es un problema de método. Uno es un hecho catastrófico humanitario y lo otro es un hecho organizativo, pero el método es el mismo. ¿Qué quiero decir? Busquemos que atraiga a la audiencia, ya que sea en una institución sindical, pública, cooperativa, o una polémica en una mesa de debate, y cuando hacemos esa actividad como ocurrió recientemente en el sindicato municipal de Vicente López, tenemos que invitar a los compañeros piqueteros de Vicente López y si es posible de San Isidro a que vengan, porque la conciencia de clase se desarrolla fundamentalmente en el contacto con las otras clases, de lucha contra la patronal, de debate con los sectores pauperizados de la clase media, en contacto con diferentes enfoques que hay en la propia clase obrera.

El hilo monotemático no desarrolla la conciencia de clase. Como en todas las cosas, el conocimiento se produce por contraste. Entonces es toda una tarea, “cómo logramos tal cosa, cómo logramos tal otra”. Por ejemplo, en una época, se hacían charlas en los restaurantes. Y uno puede preguntar cuál es la diferencia entre un restaurante y un local. Bueno, lo primero es que ahora no tenemos locales, ese es el primer aspecto del problema. (risas) Pero el segundo aspecto del problema es que la gente considera que un restaurante es neutral. En cambio, si entra a un local cree que todo, las paredes, el aro de básquet, es todo trotskista. (risas) Mejor romper ese hielo, en algún momento van a venir en masa a los locales, y han venido, han venido en determinado momento en masa a los locales. Nosotros hemos tenido charlas masivas en muchos lugares, masivas, sobre el tema de la crisis mundial del año 2007.

Si me valgo de este cierre para hablar de esta temática es porque observo, y muchos coinciden también conmigo, que tiene que haber creatividad en la acción, en la actividad práctica. Tenemos que romper el chanchito en la actividad práctica, tenemos que mover el avispero, hacer cosas nuevas, no valernos de la rutina: “siempre se hizo así, seguimos así”. Eso tenemos que discutirlo muy claramente.

El debate sobre el Polo es muy importante, porque acá estamos despilfarrando una enorme energía de un sector de las masas que repetidamente va a pelear por un salario de $16.000, o por un plan alimenticio. Ahora uno nos puede decir “Si no nos dan el plan alimenticio, ¿vas a ir a pelear por qué?” Correcto. Pero la pelea se puede dar en muchos frentes, porque puede haber asambleas masivas de piqueteros que discutan un programa de “terminemos con esto, terminemos con lo otro, por un gobierno de trabajadores” y una campaña en los barrios por un gobierno de trabajadores, y se va inflando esta campaña por un gobierno de trabajadores, y hay una lucha obrera, se juntan, y mañana, sin ningún acampe enfrente de Desarrollo Social, vienen con otro programa que es la consecuencia de la confrontación política que han tenido hasta ahora. Los demás nos dicen que no saquemos los pies del plato, que sigamos pidiendo lo mismo, porque “Si nos quieren sacar lo poco que tenemos, ¿cómo vamos a pelear por más de lo que tenemos?”. Es un razonamiento de sentido común, y como una vez le dije a quien después sería presidente del Banco Central en un debate televisivo, el sentido común fue abolido en el siglo XVII. Ahora necesitamos tener un sentido revolucionario de la vida, no un sentido común. Es decir, no simplemente lo que se puede obtener, sino lo que es necesario obtener, las razones por las que hay que obtenerlo, etc., etc.

Esto significa, en definitiva, que las resoluciones adoptadas aquí revolucionan objetivamente la vida de nuestra Tendencia, porque si nosotros no cambiamos adentro de nosotros, ¿cómo podremos hacer bien todo lo que está planteado? Fundamental. Al final de todo, de lo que se trata es de la revolución del sujeto, del sujeto revolucionario, de la clase obrera, de la vanguardia, de eso se trata. Entonces no pueden ser una rutina las reuniones de círculo. No puede haber una reunión de círculo sin una conclusión en términos de actividades, política, etc. No puede haber una reunión de círculo sin la creación de un ambiente que favorezca la asistencia de un obrero que trabajó 16 horas, porque si no, dentro de poco vamos a ver un espectáculo de gente durmiéndose en las reuniones de círculo, o directamente después no vienen. Así como achicamos las resoluciones, en verdad no achicamos nada porque nadie presentó nada tan largo que hubiera que achicarlo, pero son resoluciones históricamente breves, las reuniones de círculo tienen que tener 3 horas. Y para que dure 3 horas, dentro de lo posible, la agenda de la reunión se tiene que conocer de antemano. Y si no es posible que se conozca de antemano por todas las dificultades que tiene la vida y la militancia, tiene que votarse de entrada y asignarse un tiempo, y esa agenda tiene como punto principal el balance de la actividad de la reunión anterior y la situación política nueva que se haya creado en el país y en el movimiento obrero, y qué conclusiones hay.

Naturalmente, ahí está el periódico, porque no se trata de que cada círculo razone separado de los demás, pero habiendo un diario que sale todos los días y editoriales por lo menos cuatro o cinco veces dentro de la semana, el material está servido. El responsable de círculo tendrá que ordenarlo, dar un informe breve de 15 minutos. Entonces ahí vamos a tener dos cosas: primero, responsables que hablan en 15 minutos es un obrero revolucionario porque cuando vayan a cualquier lugar van a empezar a usar la economía de tiempo, entonces la gente va a decir “A este escuchalo porque cuando habla es concreto, no se va por las ramas”. Es importante crear esa predisposición. Es muy importante.

Pero por otro lado los obreros van a decir “Mirá, la reunión son tres horas, clavadas, y salís con pepitas de oro que no te alcanzan los bolsillos”. Entonces se fortalece. Con ese ambiente se recluta. Les quiero observar que, en el Partido Obrero, el fracaso del reclutamiento no obedecía a una falta de ingresantes, sino a una abundancia de egresados, porque el ambiente de los equipos era irrespirable. No motivaba, y uno quiere vivir, quiere darle sentido a la vida, por qué ir al pedo a un lugar, que encima se ponen fastidiosos porque cuando el responsable al ver que uno se está aburriendo y cansando se pone agresivo, en el sentido de que está fracasando en la dirección de su propio equipo. Tenemos que establecer un sistema de comunicación de balance de actividades directamente en la prensa, pero no en la rutina de “hoy martes…”, así empiezan los artículos, aunque a lo mejor cuando se publica ya es miércoles, entonces hay que corregir. Hay que arreglarse para señalar en los artículos lo novedoso, lo que puede haber surgido, una perspectiva, una novedad.

Miren compañeros, cuando me dijeron que Marcelo haría la inauguración y que me tocaba hacer el cierre, de golpe sentí que algo me molestaba, y era la palabra “cierre”. Que es de verdad, porque ahora cerramos el Congreso. Se dan a conocer los resultados de las votaciones y se cierra. Pero el tema es que este Congreso abre. Es lo que abre este Congreso, este es el punto. Y tenemos un escenario fantástico. Ahora todo lo que enfrentamos es complejo. Este Congreso marcó los lineamientos, su comprensión, etc., pero tenemos que continuar elaborando entre nosotros, porque la crisis mundial va a adquirir proporciones y complejidades enormes, y ustedes recuerden que en todas las grandes crisis revolucionarias anteriores solo un puñado pequeño de personas las comprendieron a fondo. Como decía Rosa Luxemburgo, los que entendieron la Primera Guerra Mundial entraban en un sillón. Impresionante. Rosa Luxemburgo: “entrábamos en un sillón (“los que estábamos”) Por la revolución internacional, éramos 7” (risas) Y ¿quién tuvo razón? Los 7. No los Estados. La guerra terminó como preveían los 7. Ésta es la fuerza de la vida, que cuando uno se adentra en ella desarrolla una potencialidad que no tiene que ver con el sentido común de que 5 son más que 4 - lo cual, por otra parte, también resulta que tampoco es cierto, porque yo ya he visto muchos partidos de futbol en donde 9 jugadores, porque había dos expulsados, le ganaron a 11-. Entonces me pregunto, ¿es verdad que 11 son más que 9? Gran duda, porque yo me quedo con los 9 y gano la Liga, me quedo con los 11 y la pierdo. Es un ejemplo atinado. Entonces cierro formalmente una sesión, la última sesión del Congreso, pero hago votos, fuertes, para que nos haya llevado este Congreso a abrir una perspectiva.

El próximo Congreso, de piso, y me quedo corto -pero como ya me metí y adelanté algunas palabras me tengo que jugar hasta el final-, de piso tenemos que ser 300 delegados. De piso. Si no empezaremos el próximo Congreso con un informe de por qué seguimos siendo 100 delegados. Va a ser el punto central. Digo de piso, porque naturalmente hago un cálculo simplón. Con esta crisis mundial tenemos que desarrollarnos con todo el vigor de la crisis. Nunca olviden una cosa que para mi siempre ha sido una guía, y es que 21 personas fundaron el Partido Comunista de China, encabezados por un eminente intelectual chino que modificó la escritura de China, y que ‘naturalmente’ se desarrolló como trotskista y fue miembro de la oposición de izquierda, obvio. Pero 7 años después, dirigía la revolución proletaria en China, 7 años después. Y eran 21, ¡en China!, donde no falta gente.

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