Paritaria estatal: un asalto contra el salario de las y los trabajadores

Escribe Valu Viglieca – Delegada Adjunta Junta Interna ATE Cultura

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En el mes de abril el gobierno, UPCN y ATE reabrieron la paritaria 2021 para sumar una cuota a las acordadas el año pasado. La mesa salarial se reunió un mes antes de tener que abrir la paritaria 2022. La negociación se dio con la información de la inflación del mes de marzo que ascendía a 6,7% y la estrategia de todas las burocracias de adelantar las paritarias para encorsetar el malestar creciente por el ajuste y la pobreza entre los asalariados.

La suma de un 10% para el mes de mayo -a cobrarse en junio- fue festejada con bombos y platillos tanto por la burocracia de Andrés Rodríguez como por el ATE de Cachorro Godoy, que en su comunicado manifestó ganarle a la inflación. En lo otro que coincidieron ambos sindicatos fue en no preguntarle absolutamente a nadie si estaba de acuerdo o no con lo que se firmaba. Los plenarios -virtuales o presenciales- brillan por ausencia en el sindicato donde “manda la asamblea”. La información llega en forma de flyer.

A principio de febrero un comunicado oficial del Estado Nacional decía que: “se viene cumpliendo con la palabra del presidente Alberto Fernández de sostener el salario por encima de la inflación”, antes de que cerrara ese acuerdo la inflación ya se había comido el aumento del 40% más dos cuotas de 7%. Lo mismo va a pasar cuando a fin de mayo se abra la paritaria 2022. Los festejos van a quedar en el olvido.

Para muchos compañeros escuchar “10%” suena bastante para una sola cuota ya que estamos acostumbrados a que firmen porcentajes de 4, 5 o 7%. El sindicato ya ni siquiera levanta la consigna de “ningún trabajador por debajo de la línea de pobreza”. Mientras su integración a las filas del gobierno siga van a defender el método de anular la deliberación y la lucha hacia adentro de los organismos, por eso ganarle a la línea de pobreza es un eje que se contrapone con cualquier acuerdo con el FMI donde es sabido que, estatales y jubilados, somos gran parte de la variable de ajuste.

¿Con perspectiva de género?

Otro de los anuncios fue el aumento del 100% del reintegro por jardín materno parental que significa que la suma ascendió a 11.754 pesos. Las tres horas de un jardín privado en el barrio de Boedo tiene un costo de 20.800 pesos sin materiales de trabajo. La única política de género que las trabajadoras estatales podemos festejar es que se abran los jardines materno-parentales según dicta la ley desde 1974 o que el Estado cubra la totalidad de la cuota mensual en la medida que los salarios no equivalgan al costo de la canasta familiar. Son parches que alivian solo por el nivel de asfixia en el que estamos viviendo quienes tenemos trabajo en blanco. (Va de suyo que los monotributistas del Estado ni siquiera tienen esos 11mil).

Entre el costo del alquiler y el pago del cuidado de los y las niñas para poder trabajar la jornada completa una trabajadora pierde la totalidad de su salario y no, no come si no tiene otro ingreso. La autoexplotación a través de las horas extras extendiendo la jornada de 8 hs a veces hasta llegar a 12 por día ya se ha convertido en moneda corriente en el Estado Nacional al igual que en cualquier otro trabajo, es la única forma de arañar la canasta mínima necesario que según los propios trabajadores de ATE del Indec marcaron para el mes de abril en $145.546.-

El rechazo a esta paritaria debe darse a través del debate en los lugares de trabajo, en asambleas y reuniones para mostrar que el único camino es el del salario igual a la canasta familiar y la indexación automática mes a mes. La inflación no va a dejar de crecer en el contexto mundial de la suba de precios de los combustibles a causa de la Guerra de la OTAN, Putín y Ucrania. Sin los y las trabajadoras en la calle la situación de quienes vivimos de nuestro salario no va a cambiar.

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