Hospital Mercante: cómo nos organizamos

Escribe Silvia Mitchenko

Tiempo de lectura: 4 minutos

Los trabajadores de la salud asistimos a una crisis sanitaria antes de la llegada masiva de los casos esperados por el C19; a la fecha no se cumple con el protocolo, no hay una adecuada provisión de insumos, materiales, y personal, ya que muchos se encuentran de licencias varias.

En nuestro hospital tuvimos que hacer una charla de epidemiologia a instancia y exigencia de los delegados. Allí aprovechamos la presencia de todo el personal directivo para leer el pliego de nuestros reclamos. Nos respondieron, cínicamente, que el mismo estaba en marcha y no faltaban insumos. La reacción de los presentes fue no dejar salir al director expresando que todos padecíamos la falta de barbijos, alcohol en gel, etc.

Llamamos una asamblea y se decidió, como Junta interna de ATE, tomar las medidas correspondientes si la dirección no se ocupaba de efectivizar la provisión a todos los sectores, ya que nos encontramos en situación de vulnerabilidad y riesgo. El planteo nuestro fue claro e inequívoco: sin insumos no se trabaja.

Al otro día le bajamos la ventanilla de turnos, a pedido del personal que seguía sin insumos, allí logramos que se haga presente, una vez más la dirección. Al medio día, la dirección citó de urgencia a una reunión al servicio de infectología, docencia, jefes de enfermería, encargados de limpieza y cuidador hospitalario, donde se informó la entrega de los kits a cada agente. Se logró además, la diferenciación de la circulación de posibles casos de C19. Nos informaron que la provincia había solicitado a cada hospital, el envío mediante un mail de los recursos destinados pero no tenemos fecha fehaciente de su concreción.

Planteo

La pandemia del coronavirus ha dejado al descubierto el derrumbe sanitario que se coronó con la descentralización sanitaria que impuso el menemismo, y que propició a la salud privada en detrimento de la salud pública. La regla fue el recorte presupuestario, y diversos contratos por fuera de convenio (residentes, becas sin estabilidad ni aportes, contratados diversos); esto incluye a los profesionales encuadrados dentro de la ley 10430 y 10471, alrededor de un 20% del personal. En cuanto a los trabajadores no profesionales, la salud pública se vio repleta de empresas tercerizadas como maestranza, cocina, y ropería que sirvieron para el enriquecimiento de los mismos funcionarios.

Para enfrentar esta crisis sanitaria:

  1. Evaluar los problemas operativos a partir de constituir centros de traslados terrestres y aéreos. Toda la flota aérea disponible debe estar a disposición del comité de sanidad. Los vehículos de las fuerzas de seguridad deben quedar bajo este control total, de los trabajadores de la sanidad
  2. En base a la proyección de casos, realizar el cálculo para estimar costos y presupuesto por cada paciente, de modo que sirva para abastecer a los hospitales, en relación al número de camas, respiradores, materiales descartables, dispositivos de flujo para oxigenoterapia, y contar con el recurso humano necesario por demanda de paciente, quien no debe estar expuesto a más de 6 horas de trabajo indiferentemente sean las áreas guardias e internación. Esto exige el nombramiento de todo recurso humano necesario, que será considerado personal en riesgo y doblemente asegurado e indemnizado en caso de contagio y/o muerte por la ART provincial, por estar en primera línea de contacto.
  3. Los lavaderos de ropa que proveen a los hospitales, deben ser puestos a garantizar al personal sanitario, mediante la contra-entrega de ropa de trabajo en el ingreso y egreso las 24 horas.
  4. Todos los trabajadores deben recibir el vale para la comida en los comedores de los hospitales, y recibir un refrigerio de acuerdo a las necesidades nutricionales determinada por edad, y sexo.
  5. Así mismo una crisis sanitaria de tal envergadura debe obligar a cualquier gobierno, a tomar entre las llamadas medidas “drásticas” la exigencia a la medicina privada, los laboratorios, clínicas y sanatorios, poner a disposición enteramente su infraestructura, junto a sus recursos humanos, materiales y producción, en función de paliar las demandas poblacionales frente al colapso sanitario pre existente al covid19, los que se verán sobredimensionados indefectiblemente.
  6. Los elementos represivos del estado no pueden ser tomados como medidas de contingencia; se malgasta un uso de recursos materiales de los cuales los hospitales hoy no cuentan, como ser el uso de barbijos y elementos de bioseguridad para enviárselos a la policía ( ¡!) Quienes además no tienen ninguna finalidad más que la del control y represión de las masas obreras.
  7. Frente a la actual crisis sanitaria, lo que está ocurriendo en diferentes lugares de trabajo, es la manifestación de los empleados sanitarios, por el incumplimiento del protocolo, en distintos hospitales como Vicente López, San isidro, San miguel y José C. Paz. La prioridad debe ser el abastecimiento urgente a la salud pública. El personal sanitario, debería a la fecha estar inmunizado con la cepa influenza h1 n1 cepa 2020. Sin embargo no se sabe con certeza la fecha del envío de la vacuna antigripal.
  8. Comité de crisis sanitaria resolutivo, bajo control obrero para realizar el seguimiento de la situación frente insumo y personal, integrados por la comunidad: docentes; y vecinos.
  9. Salario igual a la canasta familiar. Pase a planta de becarios y residentes.
  10. Capacitación inmediata sobre el uso de nueva tecnología y capacitación. La declaración de la emergencia sanitaria, es solo demagogia si no se destinan todos los recursos necesarios al diagnóstico, tratamiento y prevención del virus.

La autora es delegada ATE del Hospital Mercante

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