Esclavistas y subsidiados: yerbateros reclaman se oficialice el "plan empalme"

Escribe Mario Coutouné

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Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) reclamó que se aplique y promocione el ´empalme´ de los planes sociales con el trabajo registrado a los productores yerbateros. “Le pedimos al Estado que sea el que salga a promocionar y transmitir seguridad a los peones” (Primera Edición, 13/5). Pretende que su sector firme con el gobierno un acuerdo similar al que ya suscribieron con madereros, turismo y gastronómicos. El mecanismo es presentado como ´promoción´ del trabajo en blanco cuando, en realidad, es un subsidio al trabajo semiesclavo. El problema de los ´productores´ de yerba mate es que se les complica reclutar fuerza de trabajo entre los desempleados que cobran la asistencia social, debido a la precariedad laboral del sector y los bajos salarios.

La cosecha de la yerba requiere de tarea manual para arrancar ramas de un metro y medio poblado de hojas. Una vez que junta más o menos 100 kg el tarefero (cosechero) debe llevar sobre sus hombros los raídos, recorriendo a veces hasta 150 metros para llegar hasta donde los deposita para el traslado ulterior. Un trabajador joven, en buen estado físico, en un yerbal de buena producción puede llevar hasta 9 ponchadas, o 900 kg, en un día de labor que se extiende desde el amanecer hasta la puesta del sol. Se paga por kilo de yerba cosechada a razón de $6,50 el kilo ($650 el raído o ponchada de 100 Kg), según el precio acordado en el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate). El trabajador es trasladado hasta los yerbales en camiones sin seguridad, vive en campamentos que muchas veces no tienen agua y tampoco baños y se cubre de las inclemencias climáticas con plástico negro colgantes; no tiene relación de dependencia con el chacarero o gran propietario, la tarefa está tercerizada por un contratista que le cobra las herramientas, la ropa, las botas que retiró en forma gratuita en el INYM y no aportan las carretillas para el traslado del raído, también aportadas por el Instituto; un pantalón dura alrededor de una semana, la exposición a la humedad del medio, a la transpiración y secado repetidas veces hace que el hilado se pudra.

Los contratistas están estrechamente vinculados al partido que gobierna y los partidos de la burguesía y ejercen como concejales en los municipios. Otros, como es el caso del titular del Sindicato de Tareferos de Montecarlo, tiene a su hija de contratista. Pocos tareferos están registrados como trabajadores y los contratistas tienen seguro “libre” para una o dos personas por si ocurre algún accidente. Luego de los 5 meses que dura la cosecha, el tarefero que está registrado recibe un subsidio interzafra y lo percibe más o menos tres meses después del fin de la cosecha. Este “subsidio” en el 2021 significo entre $7.000 y $12.000 mensuales durante los cuatro o cinco meses hasta el inicio de la siguiente cosecha.

La representación en el INYM es reconocida a la UATRE, la CTA intentó agrupar en sindicatos, como el de Tareferos de Montecarlo, y otros agrupamientos sindicales fueron creados de la mano de las corrientes K, que en su conjunto hacen lo posible para mantener separados y desorganizados a los trabajadores.

La cosecha es prácticamente la única actividad manual en todo el proceso de producción de yerba mate. Un kilo de hoja seca lista para el consumo se produce con tres kilogramos de hoja verde que cotiza el kilo $46,89, mientras que el kilo de yerba canchada -seca- puesta en secadero es de $178,18. Desde el secado hasta el envasado, el proceso es automatizado. Por la alta demanda de yerba mate y apertura de mercados internacionales, el precio que se paga al productor por kg de hoja verde es más alto, sobre todo si está vinculado a cooperativas.

Es necesario la realización de plenarios y el desarrollo de un congreso de tareferos y desocupados, para organizar un plan de lucha por un salario igual a la canasta familiar, jornada de 6 horas de trabajo con aportes, seguros, ropas y herramientas a cargo del patrón, subsidios desde la primera semana de término de la cosecha.

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