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En los próximos días, los 160.000 jubilados docentes nacionales cobrarán sus haberes de junio sin ningún aumento salarial. De no mediar cambio, sus haberes serán reajustados recién en septiembre. En marzo pasado tuvieron el último aumento.
A diferencia del régimen general, los jubilados docentes disponen de un régimen “especial” con aumentos semestrales, en marzo y septiembre, vinculados con los salarios de los activos que aportan a la Anses tomando los semestres calendarios.
El año pasado, el Gobierno adelantó en diciembre el incremento, a cuenta del siguiente aumento. El retraso hoy se repite, pero agravado por una inflación galopante. Los jubilados docentes acumulan -entre 2018 y 2021- una pérdida del 17% frente a la suba de los precios, casi sin recuperar en 2020/21 el fuerte retroceso de 2018/2019. Sin ajuste, en el primer semestre de este año la pérdida es de poco más de 15%.
Jorge Molina, Secretario de Asuntos Previsionales de CTERA (principal sindicato docente nacional), señaló en Clarín (3/6) que, por la altísima inflación, le reclamaron al gobierno en este mes de junio un aumento a cuenta del correspondiente a septiembre, o por la diferencia que recibieron en el primer semestre los jubilados del régimen general (29,12%) y el 9,38% que percibieron en marzo. A pesar de las reuniones con el gobierno, asegura Molina, desde distintas áreas de Seguridad Social le respondieron que la definición “está en manos del Ministerio de Economía” (ídem).
Lo concreto es que, como el Ministerio de Economía no fijó ningún criterio a seguir, ANSeS está enviando a los bancos la liquidación de junio, que incluye el medio aguinaldo, sin ningún ajuste sobre los haberes de los maestros. La burocracia adelantó que la semana próxima harán una movilización con el reclamo de que Economía otorgue el aumento sobre los haberes de junio y el medio aguinaldo y que, para el segundo semestre, se trimestralicen los aumentos.
La iniciativa de la burocracia sindical es una completa impostura. Los acuerdos paritarios que han firmado en todos los últimos años han perjudicado sistemáticamente a los jubilados, porque contienen en su gran mayoría cifras “no remunerativas”, como el FONID. La ultima paritaria nacional docente firmada por la CTERA y el gobierno consagró salarios docentes que apenas orillan la canasta de pobreza, en ese momento (febrero de 2022) en $80.000. La movilización que la burocracia dice convocar, hasta el momento, no la conoce ningún docente del país.
Es vox populi que el FMI tiene por fin barrer con todo “régimen especial” establecido, y convertir a la jubilación en una pensión mínima universal de indigencia, enterrando definitivamente el 82% móvil. Está planteada una lucha por el aumento del 100% sobre los salarios y las jubilaciones, que se indexen mensualmente por inflación.
