Raizen despide trabajadores, el sindicato petrolero avala

Escribe Agrupación y Lista Rosa

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La crisis desatada en el país, tanto política como social, y una agenda marcada contra la calidad de vida de los trabajadores, no es ajena a nuestra refinería.

Desde agosto del 2020 hasta mayo del 2021, hubo 15 (¡quince!) aumentos en el precio de la nafta, solo como para dar un ejemplo concreto. En esas alturas, durante la parte más dura de la pandemia, los trabajadores petroleros, destacados por ser esenciales, asistieron ininterrumpidamente a la labor de todos los días. Sin embargo, las paritarias ese año no llegaron.

Las empresas petroleras, entre otras, se adjudicaban grandes pérdidas. Sin embargo de ese tiempo a esta parte, con los números sobre la mesa, las petroleras fueron completamente beneficiadas con esta “crisis” antes mencionada y la utilizaron como pretexto para no pagar aumentos de salarios, amenazar con despidos o suspensiones.

La refinería, en plena pandemia, crecía: ingresaron nuevos operadores, se desarrollaron instalaciones para nuevas plantas/procesos y sin embargo, la inversión en seguridad e higiene dejó muchísimo que desear y es tinta para otro texto, pero que sigue condicionando lo que aquí se viene desarrollando.

El clima de la refinería fue cambiando para peor, como también la forma de manejarse de Raizen: su hostilidad y su arbitrariedad para con los operadores y la vía libre que da el sindicato petrolero, el accidente de Eduardo D C en movimientos, un incendio en el tanque T203 cuya única resolución empresarial (y gremial) fue “sacar las muestras del drenado” (anteriormente se extraían desde arriba del tanque, con una soga y un elemento que haga peso para sumergir las botellas) dejando a Eduardo con heridas de por vida, y cuyo sindicato y comisión interna, abandonaron completamente al compañero (y la lucha por la seguridad) sin siquiera mensajes mensuales para ver su evolución. Las traiciones en lo que respecta a las negociaciones de las paradas de planta, la canallada de la nueva recategorización, la falta de democracia sindical (no poder presentarse a elecciones - no poder elegir representantes por fuera de la lista azul y blanca), la falta de asambleas convocadas por la “vieja” y la “nueva” comisión interna, la suspensión de 9 compañeros (a 29 días) más el despido de Marcos Ortiz durante la pandemia (quien aún lucha por su reincorporación), son algunos ejemplos concretos del clima en el cual estamos sumergidos los trabajadores de refinería.

Raízen, que hasta despidió a personal de confianza por elevar una nota exigiendo (en todo derecho) aumentos salariales o, ha empezado a despedir compañeros con el artículo “245”. Días atrás se conoció la desvinculación de Ariel B., compañero del sector Mantenimiento. Sin previo aviso, aún con la delicada situación del país, utilizaron este artículo, que según la ley expresa lo siguiente: “El empleador que despide en forma arbitraria o injusta debe pagar la indemnización al trabajador aunque no haya ocasionado daño concreto y el trabajador tampoco puede pedir una indemnización mayor a la fijada por ley, aunque haya sufrido un perjuicio aún mayor“. Una ley que sólo es beneficiosa para la parte empleadora, en este caso Raízen. Más grave aún es la respuesta que dió la comisión interna al compañero: “frente a este artículo no podemos hacer nada, es muy difícil que se vuelva para atrás en una decisión así” diría el dirigente M M.

¿Qué significa esto? Significa que el sindicato se convirtió en una oficina de recursos humanos… Un sindicato, una comisión interna, un delegado que no lucha por un despedido por el artículo 245, le da a la empresa vía libre para efectuar una razia, “una limpieza”, ya que, como la memoria indica, (Shell) Raízen, ha despedido a más de 10 compañeros un 1 de mayo, en vísperas de las elecciones de comisión interna en el año 2013. Esto puede significar, como en el caso de Ariel, quedar atrapado en una ley completamente espuria que la empresa puede utilizar para despedir libremente, ocultando la persecución sindical, el despido por pensamientos políticos de los trabajadores, por expresar disconformidad o por exigir mejoras en lo que respecta a la seguridad e higiene. No solamente no podemos elegir nuestros representantes gremiales libremente sino que, además, este empieza a funcionar como verdugo o cómplice de lo que decida efectuar la compañía.

¿Se puede “hacer algo” con respecto al artículo 245? Sí, siempre se puede hacer algo. Desde asambleas en los cambios de turno donde se delibere como seguir frente a un despido arbitrario hasta un quite de colaboración, un paro de 24 horas, cualquier cosa que decidan los trabajadores para respaldar a su compañero despedido. Sólo la participación activa y consciente de los trabajadores petroleros puede detener el atropello empresarial que está llevando adelante Raizen. Solo la unidad nos puede llevar a un sindicato democrático, donde se respete la calidad de vida de los compañeros y de su familia y la dignidad como trabajadores.

Desde la Lista Rosa queremos acompañar en este difícil momento a Ariel y a toda su familia.

No vamos a bajar los brazos para organizarnos entre todos de manera activa y consciente por su reincorporación, para que no haya más despidos, y para que exista una comisión interna que represente a cada uno de los compañeros, sin distinción de pensamiento político, de bandera o de lo que fuera.

¡Basta de burocracia sindical, basta de despidos! Los trabajadores petroleros tenemos memoria!

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