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La empresa de telecomunicaciones Arsat, con participación estatal, despidió esta semana a 25 trabajadores sin causa. Estos despidos marcan el paso de la agenda de las patronales ante la crisis económica nacional y son un botón de muestra de la política de ajuste del propio gobierno, especialmente del flamante super-ministro de Economía, Producción y Agricultura, Sergio Massa, a quien responde Matías Tombolini, presidente de Arsat.

La conducción de Foetra ha emitido un comunicado explicando que es “conocida la posición del gremio en cuanto a defensa de los puestos de trabajo”, pero sin convocar asambleas en el gremio, ni tampoco en la propia Arsat. Tampoco convocó el Plenario de Delegados, y se limitó, hasta el momento, a la denuncia de los despidos y declarar el estado de Alerta en el Ministerio de Trabajo. Se pierde tiempo que vale oro. Por otro lado, ¿qué papel juega el director representante de Foetra en el directorio de Arsat?

La ausencia de medidas enérgicas contra despidos masivos coloca la situación de una negociación que se alarga y desgasta a los trabajadores que terminan desistiendo de pelear por sus puestos de trabajo, como ha ocurrido en otros momentos.

Las patronales de las telecomunicaciones vienen de un proceso de achique furioso bajo la forma de “retiros voluntarios”, mientras observan un incremento de sus ganancias debido a incrementos tarifarios por encima de la inflación, según sus propios comunicados, pero sin duda miden el pulso del conflicto y la reacción sindical y de la base del gremio, en el cuadro de un avance de la crisis política y social.

La cautela y la instancia de la vía de negociación sin conflicto son el medio de darle oxígeno a un gobierno que está contra las cuerdas y que incrementará su ataque a los trabajadores, pero no a fortalecer a los trabajadores de las telecomunicaciones ante los atropellos patronales, como está sucediendo en Telecom.

Debemos impulsar asambleas contra los despidos en todo el gremio, porque lo que necesitamos es un plan de lucha hasta reincorporar a todos los despedidos. El Plenario de delegados debe reunirse urgente.

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