Reforma curricular: un recorte disfrazado de feminista, diverso, inclusivo y ecologista

Escribe Berenice Pamelin

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Los prediseños presentados, para el nivel terciario, por el gobierno provincial parten de una premisa que ningún funcionario público niega, un brutal recorte presupuestario que en algunas especialidades llega a la reducción de 600 módulos.

Todos los contenidos recortados son los específicos de cada disciplina, incluyen la eliminación total de la materia o el pasaje a un formato cuatrimestral. Por otro lado, en el caso de las Ciencias Naturales, desaparece el tronco común que permitía a los docentes obtener las tres especialidades en el área y la posibilidad de dictar materias comunes en el secundario. De esto último podríamos inferir un recorte de incumbencias que puede profundizar con una reforma de contenidos en el nivel medio.

Los agentes del gobierno han presentado la reforma como una necesidad de ajustarse a lineamientos federales so pena de perder la validez nacional de los títulos.

Para matizar la extorsión, los “prediseños”, que fueron escondidos por varios meses, llegaron a los institutos fundamentados en una política de aggiornamiento del siglo 21.

La estrategia de “modernización” está plasmada en dos de las tres líneas de formación del rediseño: “Transformaciones sociales contemporáneas: perspectivas de género, ambiental y cultura digital” y “Construcciones políticas, culturales y pedagógicas desde América Latina, Argentina y Buenos Aires”.

La incorporación de la Educación Sexual Integral (ESI) como materia de la currícula bien podría haberse realizado de muchísimas maneras. Sin embargo, el dictado de talleres en los institutos de formación es nulo y los cursos por fuera de éstos son pagos (superiores a los 30 mil pesos) y dependen de agrupaciones afines al gobierno enquistadas en las universidades que utilizan estos como pistas de carrera política.

En jornadas y reuniones, esto ha sido presentado como una necesidad vital frente a aulas donde se cuelan todos los debates respecto a los derechos de las mujeres, la diversidad sexual, etc.

La incorporación de la ESI es un fraude. La eliminación de contenidos y la destrucción de la educación deja sin herramientas a mujeres y diversidades que, como trabajadores, quedan a merced del trabajo precarizado, sin obra social, sin condiciones laborales, de la prostitución, de vínculos violentos y anulando su capacidad de conocer el mundo que los rodea para transformarlo.

Por otro lado, se incorpora de manera optativa la formación en Educación Ambiental Integral. El gobierno pretende que los docentes preparen a sus alumnos para separar basura en origen junto a los arroyos donde los gobiernos permiten a las fábricas largar todos sus residuos, o junto a los campos sojeros fumigados sin miramientos, o entre el humo de la quema de montes enteros para la especulación inmobiliaria. Mientras recortan la química que permite entender la importancia del pH del agua, o el impacto en el ADN de un agrotóxico o la física que permite comprender por qué cuando la fábrica rellena el humedal el barrio se inunda.

Sobre “Las construcciones políticas, culturales y pedagógicas desde América Latina, Argentina y Buenos Aires” podemos decir que esta manera extremadamente rebuscada de referirse a poblaciones enteras que viven en la pobreza y explotación viene a justificar supuestas nuevas modalidades de trabajo en la escuela secundaria y en el terciario, modalidades más flexibles y fuera del aula, en un terreno que no está descrito en ninguna parte del diseño y que se construiría “sobre la marcha”.

Sin perspectiva

Esta reforma está inscripta en una tendencia a rebuscar en el otro el responsable de las vicisitudes que padecen los explotados de la región para descomprimir las tensiones sobre gobiernos de un régimen totalmente descompuesto que no puede resolver ninguno de los problemas sobre los que esta reforma se monta.

“Reconocer las construcciones políticas y culturales” implica ríos de tinta para responsabilizar a los trabajadores blancos de los problemas que viven los trabajadores mestizos y negros; a los trabajadores de la ciudad de lo que les pasa a los trabajadores del campo; de los trabajadores locales a los inmigrantes, y así indefinidamente. La “perspectiva de género” implica reconocer mil diversidades distintas y descubrirse opresor de varias de ellas.

¡El gobierno le propone a los docentes dar una batalla cultural sin presupuesto! Se trata de educar a los jóvenes en una responsabilidad que no les pertenece. Un diseño curricular fundado políticamente en estos conceptos descarga la responsabilidad de cambiar los códigos éticos y morales que rigen las relaciones sociales y la ciencia en los docentes. Esto no tiene perspectiva alguna. Esos códigos son producto de un orden social basado en una explotación que no reconoce diversidad, ni ecosistema.

No se trata de una reorganización educativa, aquí no hay ningún plan. No hay ningún interés genuino en reorganizar la educación y la vida sobre la inclusión, la diversidad, el respeto por el medio ambiente, protección de las mujeres, ni nada. Tampoco es una contrarreforma porque no hay ninguna reforma anterior que haya significado una mejoría que esta modificación venga a cambiar.

Se trata de un recorte, liso y llano, la continuidad de un proceso de destrucción de la educación pública, la ciencia y la técnica.

¿Qué hacemos?

Por último esta reforma “pretende superar el carácter neutral atribuido a la ciencia y retomar su carácter histórico y complejo, vinculado con procesos sociales” Este planteo tiene dos problemas. El primero, que de ser verdad esta caracterización de la ciencia, semejante objetivo no puede llevarse adelante recortando recursos; el segundo y problema real es que los resultados de la ciencia en manos del régimen social capitalista se han convertido en elementos destructivos. No ha existido nunca una ciencia desvinculada de los procesos sociales. Superar este problema implica superar a los promotores de esta reforma.

Una reforma que destruye la formación y reduce las posibilidades de todos los trabajadores y sus hijos al acceso a la educación y la ciencia, disfrazada de inclusión y diversidad, basada en un recorte de presupuesto para pagarle al Fondo Monetario, nos pone frente a dos tareas.

La primera, reconocer nuestra homogeneidad como clase, diversa, claro, diversa como tantos trabajadores existen, para luchar y ganar contra estos ataques que no distinguen matices y así evitar las trampas distraccionistas. Y la segunda, abrir el debate profundo sobre la incompatibilidad del principio capitalista del lucro con la educación y la ciencia.

El profesor Pablo Rieznik escribió “La educación puede ser un arma liberadora si está al servicio de poner en claro las contradicciones mortales de este sistema y no de evitar la formación de los alumnos, desde pequeños, en un concepción científica y rigurosa”.

No podemos esperar de ningún gobierno de este régimen una reforma en este sentido, pero sí podemos defender esta idea mientras discutimos y luchamos para cambiarlo todo.

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