Paritaria en Salud: crecen las autoconvocatorias en repudio a la burocracia

Escribe Silvia Allocati - Secretaria Gremial de AGIHM

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Después de un mes de rechazar el ofrecimiento del gobierno, el pasado 3 de octubre y de manera sorpresiva -a espaldas de las y los trabajadores-, la Asociación de Médicos Municipales (AMM) acordó un reajuste en la paritaria anual del 2022.

En cuotas atadas al básico -destruido- de enero del 2021 de 10, 18, 15 y 5 % para los meses restantes desde septiembre “redondearon” un “86 %” anual. Del ridículo 12 % que pedían a fines de agosto pasaron, un mes después, a acomodar un 25 %. Pasaron cosas.

La escalada de la indigencia conmovió la estructura social del país y la lucha de los trabajadores del neumático dejó muy claro que la clase obrera está dispuesta a pelear por la defensa de sus condiciones más elementales de supervivencia.

La presión de las bases del conjunto del personal de salud frente a la inaceptable miseria salarial movió primero a la federación de profesionales (FP), que tuvo que convocar a asambleas, y luego a AMM que convocó al paro -con un total acatamiento- el pasado 27 de septiembre.

Este acuerdo, que no llega a cubrir el 100 % de proyección anual de inflación, incorpora un nuevo jalón de pérdida de poder de compra del salario. AMM y FP demoraron para estar en sintonía con un acuerdo más general entre la burocracia sindical de la CGT y el gobierno nacional, para cerrar acuerdos que arrimen al 100 % como han hecho bancarios y sanidad entre otros o incluso al 130 % que reclama Moyano para los camioneros.

Lo que ha firmado la nueva conducción frentetodista de AMM y FP está a la cola y marca la necesaria continuidad de la lucha en salud.

Lo firmado ha contenido parcialmente el enorme malestar que se manifestó en las asambleas y paros de las semanas anteriores. Sin embargo, las residencias junto a sectores autoconvocados del personal de planta sostienen asambleas por hospital rechazando el acuerdo. El reclamo es elevar los salarios para los ingresantes de 110 mil pesos a 250 mil.

Las residencias van por el 5° paro y discuten iniciar la huelga indefinida, lo que colocará en franca tensión la asistencia en los hospitales ya que los practicantes trabajan codo a codo con el personal de planta. Los residentes visibilizan la lucha de la salud y marcan un camino.

La lucha de las residencias expresa la crisis del régimen, ya que muchos jóvenes están desistiendo de sumarse a las prácticas por la necesidad de salarios que les permitan cubrir los gastos mensuales. Es una política de vaciamiento del sistema público de salud.

Los trabajadores sociales (APSS) y la asociación de interdisciplinaria del Moyano (AGIHM) también han rechazado el acuerdo y han confluido en las pasadas movilizaciones con las residencias. Sin embargo, la conducción del movimiento de residencias del Partido Obrero oficial ha rechazado la coordinación para las próximas semanas. Un retroceso.

Sigue en pie la lucha de los trabajadores del Garrahan, que esta semana resolverán nuevas acciones en la lucha por el salario. En noviembre enfermería moviliza nacionalmente en el Día de la Enfermería. Junto a la huelga de los residentes marcan una hoja de ruta.

Es necesaria una fuerte agitación y preparación de nuevas acciones para preparar un reclamo transversal, que coloque al salario básico mínimo del ingresante al sistema de salud sin distinción, en el valor de una canasta familiar, hoy arriba de los 250 mil pesos.

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