Escribe Pablo Busch
Marketing para ocultar la picadora de carne.
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En un comunicado emitido el día de ayer, Unilever de Argentina anunció la implementación de la semana de cuatro días de trabajo, una vez por mes. La medida se integra en un plan denominado "FlexyVida" que además integra otros beneficios para los empleados, como el viernes Flex -que permite retirarse antes-, el día por cumpleaños, beneficios para mejorar el homeoffice, tres semanas de vacaciones desde el primer año de trabajo e incluso créditos a tasas más bajas que las del mercado.
Desde la empresa comentaron que la iniciativa "tiene como objetivo ofrecer nuevas maneras de trabajar, más dinámicas y flexibles y al mismo tiempo, continuar mejorando la experiencia de los colaboradores, a través de iniciativas que permiten conectarlos con lo que más les gusta y potenciarlos a ser su mejor versión". “En Unilever estamos constantemente pensando de qué manera podemos desafiarnos para adaptarnos a las necesidades de nuestros colaboradores y este anuncio es un paso más de la cultura flexible que venimos construyendo desde hace más de 10 años. Creemos que hay tantas vidas como formas de vivir el trabajo, por eso invitamos a todos a vivir el trabajo en su mejor versión con un modelo más ágil y flexible que otorga un mayor bienestar para nuestros equipos”, afirmó Melina Cao, Head RR.HH. en Unilever Argentina (Ámbito, 17/10).
Flexibilización laboral no es vida
En verdad la medida no pasa de una operación de marketing: para los trabajadores bajo convenio de Unilever los beneficios no rigen, incluidos los administrativos cuyas tareas están vinculadas a la producción.
En las fábricas de Unilever en Argentina rige un sistema de trabajo de 6 días por uno de descanso. Es todavía más duro que el sistema americano –en el 6x1 se descansan 4 días cada 28; en el americano, en cambio, se descansan 7 cada 28. En algunas de las plantas como Hellmanns y Knorr, el 6x1 es rotativo por tres turnos, algo que impide a los trabajadores cualquier atisbo de vida social o de proyección profesional.
Para conquistar la reducción de la semana a 5 días (!) del turno tarde los trabajadores de Knorr tuvieron que hacer en el 2014 un mes de medida de fuerza reduciendo la velocidad de las máquinas. Entre Knorr y Hellmanns, llevaron adelante una semana de huelga indefinida, en 2016, para reducir la jornada semanal del turno noche a 5 días. En Unilever La Rioja, hoy cerrada por la multinacional, bastaron unas horas de huelga para que la empresa cediera el sábado a la tarde también en 2016. La política de la empresa fue siempre antagónica con el descanso del fin de semana de los trabajadores.
Durante la pandemia, en medio de un pico de producción -y de contagios- Unilever hizo funcionar las plantas los 7 días corridos de la semana, sin posibilidad de que los trabajadores accedan al descanso obligatorio. Los francos compensatorios, obligatorios por el régimen del 6x1, fueron acumulados por los trabajadores de a decenas. En la actualidad, los trabajadores de Unilever planta Tortuguitas tuvieron que rechazar una propuesta de la empresa que cambiaba el régimen de trabajo a 6 días por 2 de descanso, que le deja a los trabajadores con un fin de semana libre cada seis. Todo lo contrario de lo que se declama en la publicidad del "FlexyVida". Estos ritmos de trabajo tienen un impacto directo sobre el cuerpo de los trabajadores, en su mayoría padecientes de enfermedades laborales.
Las plantas de Unilever son también verdaderos centros de tercerización, en dónde los trabajadores trabajan en forma permanente para Unilever pero con contratos para empresas de Mantenimiento, Limpieza, Comedor, Construcción, etc. Además desde la pandemia en adelante, se ha incorporado a producción un porcentaje permanente de trabajadores de agencias, que son renovados cada seis meses.
La reducción de la jornada semanal a 4 días para los administrativos de Unilever opera como una cobertura de la "picadora de carne" que son en verdad las fábricas de la empresa.
La realidad en el mundo
"La semana laboral de 4 días es una tendencia que se viene probando en el mundo. Días atrás se conocieron los resultados de una prueba en el Reino Unido, con buen augurio. Las iniciativas apuntan a que los trabajadores desarrollen su labor en 4 días en lugar de 5, cobrando lo mismo. En la mayoría de los casos no es que trabajen menos, sino que repartan las horas en menos días" (Ámbito, 17/10).
La realidad es exactamente la contraria: la tendencia es a una sobrecarga de los trabajadores a través de las horas extras y de la liquidación del descanso del fin de semana, siempre con la complicidad de los sindicatos. Ninguna de las empresas que se ha plegado a la reducción de la semana lo ha hecho para sus plantas productivas, es decir que los beneficios se reducen a un sector ultraminoritario de la plantilla laboral, desvinculado de la producción.
Como en Unilever, a nivel mundial la reducción de la jornada laboral a cuatro días opera como un taparrabos del incremento de la explotación de la clase obrera.