Elecciones en Ademys: vamos con el Frente Unidad para Luchar por la Docencia

Escribe Darío Molinari

Tiempo de lectura: 4 minutos

El 29 de noviembre, se desarrollarán las elecciones en Ademys. Es el segundo sindicato en importancia de la Ciudad, luego de UTE Ctera, por cantidad de afiliados.

Se presentarán cuatro listas: la Multicolor -integrada por las agrupaciones del FITU-, la Haroldo Conti, la agrupación Carlos Fuentealba (N MAS) y el “Frente unidad para luchar por la docencia” Lista 1969, que integramos la Naranja (Tribuna Docente Tendencia + independientes) y los compañeros y compañeras del Colectivo Docentes en Clase, con quienes venimos realizando planteos comunes durante los últimos años, en diferentes asambleas.

La dirección de Ademys fue recuperada en 2013 de manos de la Violeta-CTA por un frente de izquierda y activistas agrupados en la Multicolor. Desde entonces, ha corrido mucha agua bajo el puente.

Multicolor descolorida

La proliferación de listas es el producto de una lucha intestina en la Multicolor por el reparto de candidaturas. La ruptura de la Haroldo Conti, que integraba ese frente hasta el presente mandato, no responde a otra cuestión. En vísperas del cierre de listas, aún como parte de la Multicolor, firmó un comunicado conjunto con Tribuna Docente (oficialista) y Alternativa Docente (MST), en el que se denunciaba el intento por parte de Lista de Maestrxs y Profesorxs (dirigida por IS) y la 9 de Abril (PTS), de querer acaparar el sindicato, en el marco de las negociaciones de una lista común. El resultado, fue su sorpresiva salida de último momento. En el caso del N MAS, negoció hasta último momento su ingreso a la Multicolor.

La Multicolor, lejos de ser un reagrupamiento para el activismo docente, como se había planteado en su fundación, se ha convertido en un campo de disputa donde prima el apetito de grupo.

Por un sindicato que organice a la docencia

La lista alternativa que hemos presentado es el resultado de una delimitación política clara con la dirección del sindicato durante los últimos tres años, como puede verse en varias notas publicadas en este sitio, que finalmente motivaron el rechazo de la memoria y balance del último mandato.

El proceso de adaptación política al régimen por las corrientes que tienen la mayoría del Consejo Directivo de Ademys ha postrado al sindicato, dejando a la docencia sin una orientación clara enfrentar los ataques que desarrolla el gobierno.

Esto se pudo observar con claridad durante la pandemia. Mientras el capital forzaba a la apertura escolar, a través de sus gobiernos, la orientación del sindicato fue “10 puntos para un retorno seguro”, en vez de una confrontación abierta contra los intereses del capital, que pretendían ´normalizar´ la economía a costa de la vida de los trabajadores y trabajadoras. Las convocatorias a asamblea que dieron origen a las medidas de paro contra esa presencialidad criminal tuvieron lugar cuando la necesidad de la huelga era materia de debate por toda la docencia. Algo similar ocurrió cuando el gobierno porteño se dispuso a reformar el Estatuto. Las medidas de fuerza fueron convocadas cuando esa reforma ya estaba siendo tratada en la legislatura.

Como agrupación, fuimos promotores de las autoconvocatorias contra la presencialidad pandémica y frente a la quiebra no declarada a la que Larreta y las burocracias sindicales llevaron a ObSBA, nuestra obra social, perjudicando a más de 300.000 afiliados, frente a la inacción del sindicato durante meses.

En relación al ajuste que desenvuelven los gobiernos de Nación y CABA, que mantiene el salario por debajo de la línea de pobreza y la reforma laboral en curso, colocaron al sindicato en el campo de la exigencia a la burocracia para que esta convoque a un plan de lucha.

El envoltorio de esa adaptación por parte de la directiva es ´luchar en unidad´. Sin embargo, la unidad debe ser con los trabajadores y trabajadoras de la educación, no con aparatos sindicales burocráticos. En este sentido, Ademys, a la expectativa de un acuerdo con UTE para un ´plan de lucha conjunto´, renuncia a su rol de organizador del gremio docente.

Producto de esa adaptación, Ademys ha pasado de ser una referencia de lucha.

Nuestro planteo

Frente al intento de convertir al sindicato en una capilla donde se refugie la izquierda, proponemos la apertura del mismo para organizar a la docencia. Frente al intento de Larreta y Acuña de convertir a la Ciudad en cabeza de playa de la reforma laboral a través de las contrarreformas educativas en beneficio del capital y la destrucción del Estatuto Docente, proponemos un sindicato que se encargue de organizar a la docencia en un congreso de bases. Donde se discutan las medidas de lucha, incluida la huelga, en defensa del Estatuto, un salario igual al costo de la canasta familiar para el cargo testigo de jornada simple (indexado por inflación), el rechazo a la reforma previsional y laboral que el FMI coloca como agenda, la defensa del 82% móvil en las jubilaciones, una obra social dirigida por los trabajadores y usuarios, y todas las reivindicaciones específicas de los diversos sectores del gremio. Es decir, un congreso que reorganice el sistema educativo sobre nuevas bases sociales.

Desde estos planteos, vamos a una importante lucha política en estas elecciones de Ademys. Llamamos al activismo a sumarse a la campaña.

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