Enfermería: el 22, a la lucha por aumento de salario y reconocimiento para todas y todos

Escribe Maxi S. Cortés

Tiempo de lectura: 2 minutos

Este 22 de noviembre, en el Día Internacional de Enfermería, seremos parte de un conjunto de movilizaciones en todo el país para exigir un aumento salarial acorde a la canasta familiar, lo que representa el primer paso fundamental para el reconocimiento de una labor esencial.

Es lo que plantea el movimiento de lucha autoconvocado de los residentes y concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires, que ha logrado sumar al personal de planta. Las burocracias sindicales han entregado el salario. Los gremios que “representan” en CABA a enfermería han hecho lo propio dejando salarios que rozan la indigencia.

El Estado y sus gobiernos favorecen a los capitalistas de la salud privada y la industria de los medicamentos, avanzando en el achique del acceso a la salud pública (desfinanciamiento del presupuesto), allanando el terreno de los grandes negocios de las prepagas y avanzando hacia la privatización de la salud y el conocimiento. La destrucción del salario de los trabajadores de la salud pública pone la vara baja para lo que deben pagar los capitalistas en el sistema privado. La burocracia sindical que firma los convenios y la que acompaña en la pasividad son socias y garantes de todo este entramado. La lucha por un salario mínimo acorde a la canasta familiar sólo podrá desenvolverse de forma independiente de la burocracia sindical.

El derrumbe del salario privado y público explica la crisis fenomenal de las obras sociales, incluida Obsba y todo el régimen de cobertura de discapacidad. Ha explotado todo este régimen de precarización y privatización en curso, surgido en los años 90 con la desregularización de las obras sociales.

La pandemia -que no terminó- ha acelerado irreversiblemente esta crisis y pone de manifiesto que, contrariamente al achique, lo que necesitamos es un sistema de salud mucho más amplio y preparado para grandes contingencias humanitarias.

La enorme cantidad de juicios al Estado y las ART por insalubridad plantea la necesidad de la defensa de un régimen de jornada reducida en Enfermería. Pero esto solamente es posible partiendo de una base salarial inicial que desestime la necesidad del pluriempleo y las horas extra. Es decir, la defensa del salario mínimo igual al costo de la canasta familiar y una jornada de 6 horas.

Son estos los dos pilares que planteamos para construir la unidad de enfermería. El legítimo pase a la carrera profesional de los licenciados divide a los trabajadores, ya que la gran mayoría no son licenciados, favoreciendo a la burocracia sindical, los gobiernos y las patronales privadas. Planteamos un principio básico: igual salario por igual trabajo. Todos debemos estar en un único convenio profesional junto al resto del personal de Salud en todo el país.

Nuestras derrotas y enormes luchas (2014- 2018) están plagadas de grandes pequeñas luchas en cada hospital. La lucha de los residentes en 2019, la movilización autoconvocada de enfermería a Plaza de Mayo en 2020, el paro general de los 33 hospitales de CABA que tuvo que convocar la burocracia el año pasado y las grandes gestas en todo el país como la lucha de Neuquén en 2021 y la de Rio Negro de principios de este año, han sido parte de una lucha general de la salud de la cual todas y todos aprendemos.

Apoyemos la lucha de residentes y concurrentes; preparemos asambleas y reuniones autoconvocadas en cada hospital para reabrir la paritaria. Este 22 de noviembre, movilicemos todas y todos juntos a Plaza de Mayo expresando la voz de enfermería de todo el país.

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