Una ofensiva reaccionaria contra el movimiento estudiantil

Escribe Fede Fernández

La complicidad de los K y el PO (o) en la FUBA.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Este viernes 11 se realizará en la Facultad de Medicina un “Congreso Extraordinario” de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). La actual conducción de Franja Morada no lo hizo público ni informó a ningún estudiante sobre todo esto, repitiendo el método adoptado a mitad de año cuando asumieron la conducción convocando al Congreso “Ordinario” 24 horas antes. Las pretensiones de este “Congreso” clandestino son reformar los estatutos de la FUBA para cancelar las elecciones anuales de los Centros de Estudiantes y adoptar un nuevo régimen electoral, cada dos años. El propósito es “pegarlas” a las elecciones de consejeros de profesores. Durante la cuarentena, otro acuerdo “por arriba” canceló las elecciones en la FUBA en 2020 y en 2021. Para este año se organizaron los comicios durante la primera semana de clases, y este nuevo acuerdo cancela las elecciones de este año, que deberían haberse realizado en estos momentos (en la Universidad de La Plata, por el contrario, se votó a principio de año y nuevamente hace una semana atrás).

Si la nueva maniobra de la Franja prospera recién volvería a haber elecciones… ¡en 2024!. De votar todos los años los estudiantes pasarían a votar sola una vez en 5 años.

Complicidad

En todas estas decisiones, incluso en la convocatoria a este nuevo Congreso, los “pibes” de Yacobitti contaron con el acompañamiento del conjunto de las direcciones de los centros de estudiantes, que por acción u omisión avalaron -y avalan- todo este derrotero. Ni el kirchnerismo al frente de los centros de Filosofía y Letras y de Exactas ni el Partido Obrero (oficialista), al frente de los de Veterinaria y Farmacia, se han opuesto. Durante la pandemia el voto afirmativo a la cancelación de las elecciones fue justificado por “cuestiones sanitarias”; ahora deciden no convocar a sus elecciones y perpetuarse junto con la Franja al frente de cada centro. El acuerdo entre la Franja, los K y el PO (o) le ha otorgado a la FUBA facultades que no le competen. La Federación no tiene nada que hacer con el calendario y las convocatorias a las elecciones de los Centros, que son autónomos y tienen su propia representación.

Ninguna conducción de los centros ha propuesto un boicot al Congreso del 11, con mayoría de Franja. Franja Morada ya advirtió que modificará el estatuto de forma antiestatutaria. Como no reúne los dos tercios necesarios creó una “comisión de interpretación” para pasarlo con una mayoría simple de delegados. Es una vieja aspiración de la Franja destruir la dinámica de elecciones anuales y reemplazar esto por un padrón estable atado a los “servicios” y negocios que proveen las agrupaciones del rectorado. El PO (oficialista) ha difundido una crítica “propositiva” en la Junta Ejecutiva que preparó este Congreso. No rechazó participar del mismo y sugiere complementarlo con “paneles debates y comisiones”, como también opina que sería mejor realizarlo el año entrante por una cuestión de preparación. El kirchnerismo (La Cámpora, La Mella) sencillamente reclama que la Franja “haga pública” la reforma del estatuto.

Ataque de conjunto

La cancelación de la democracia estudiantil es un plafón de una ofensiva contra la Universidad. La gestión de Gelpi-Yacobitti, rector y vicerrector de la UBA, señaló la necesidad de “planes de estudio más flexibles, con títulos intermedios que posean certificaciones para la empleabilidad”. En el reciente “plenario de decanos y decanas de Ingeniería” con la presencia entre otros del ministro Daniel Filmus y el secretario de Políticas Universitarias Oscar Alpa, se anunció una ruta para que en los próximos 5 años se acrediten 500 carreras a la Coneau, un organismo externo que “audita” los títulos y los equipara con la descalificación de la enseñanza y las carreras cortas que son la norma en América Latina y especialmente en Europa.

Las ingenierías son las primeras carreras apuntadas, el secretario de ese plenario de decanos, Alejandro Martínez, fue categórico: “tenemos carreras muy largas, tenemos abandono. También tenemos que ir hacia el financiamiento privado. Pensar cómo hacer para que no solamente sea el Estado quien financie sino también empresas que podrían apoyar el desafío de mejorar esos valores”. La UBA viene de acreditar la carrera de Arquitectura a la Coneau y se prepara para hacerlo con Psicología. Este ataque a los títulos ocurre en el contexto de la enorme reducción presupuestaria, el deterioro completo del salario docente y la proliferación de la Universidad como una plataforma de empleo precario.

Qué hacer

Política Obrera reclama en todos los centros de estudiantes el boicot a cualquier decisión que se tome en el “Congreso extraordinario” de la FUBA. En ese sentido cada uno de los centros tienen la responsabilidad de convocar a elecciones antes de fin de año y desafiar el golpe de la FUBA. Esas elecciones pueden estar acompañadas de un gran plebiscito contra la maniobra de Franja Morada en la FUBA. Los reclamos de la Universidad, la defensa de las reivindicaciones dependerán del surgimiento de un nuevo activismo que saltee todo este acuerdo por arriba entre las conducciones de los centros e impulse las autoconvocatorias y la lucha.

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