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En la semana del 1 al 4 de noviembre se desarrollaron las elecciones en la UNQ para todos los centros de estudiantes. La Juventud de Política Obrera de Quilmes participó de las del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales y Escuela de Artes (CECSEA), el de mayor caudal electoral y centralidad política en la Universidad. Participamos de un frente junto a otras organizaciones de izquierda enroladas en el FITU (PTS-MST-PO oficial e IS), llamado Unidad de la Izquierda. Las otras listas fueron La Juana Azurduy ligada al gobierno nacional y la gestión universitaria; Estudiantes x UNQ (Franja Morada) y el Nuevo MAS.
Participaron de las elecciones 1.333 estudiantes, duplicando la participación de 2021 (sólo 709 asistieron a las urnas el año pasado). Este salto se debe, principalmente, a la vuelta a actividades plenamente presenciales.
El gobierno nacional representado por la lista Juana Azurduy -La Cámpora, Alianza Universitaria (PJ), MUI-PC y CEPA-PCR- retuvo el centro con 641 votos (47%), un leve retroceso porcentual en relación al 2021. Su campaña estuvo centrada en una reivindicación de su propia ´gestión´ en el centro como conducción, que en los hechos se tradujo en colaboración con las autoridades universitarias y subordinación política al gobierno nacional.
Por su parte, Franja Morada logró sostener su segundo lugar con 257 votos (20%), sin avances en términos porcentuales respecto del año pasado. Realizó una campaña que reivindica su actitud de “oposición responsable” y gestión de servicios. Franja encubre permanentemente su ligazón con la coalición macrista, cuyos planes educativos provocaron en 2018 una movilización generalizada en todas las universidades del país.
En tercer lugar se ubicó la Unidad de la Izquierda, con 241 votos (18%) y obtuvo dos secretarías en la directiva del Centro. Actualmente, la izquierda solo contaba con una. Por último, el Nuevo MAS obtuvo 198 votos (15%), reteniendo la secretaría obtenida en 2021. A la luz de los resultados, la presentación en soledad del Nuevo MAS, debido a una rencilla por los cargos con el FITU, restó posibilidades de pelear por la conducción del centro.
En relación a 2021, las que más votos han sumado han sido las listas de izquierda (un 98%) tomadas en su conjunto, que crece en representación en la directiva, pasando de 2 a 3 secretarías. El PJ-K retrocede una, mientras la Franja Morada sostiene su presencia.
Nuestra campaña
Nuestra intervención estuvo centrada en la presentación de un programa integral para dar respuesta a las problemáticas más apremiantes de la universidad, como el problema de la privatización educativa; la falta de nombramientos docentes que se traduce en un límite para el desarrollo de las cursadas; la necesidad de becas integrales y una bolsa de trabajo para defender la permanencia de los compañeros más golpeados por la crisis y un llamado de conjunto a la lucha general contra el gobierno agotado de los Fernandez-Massa. El señalamiento de una perspectiva estratégica permitió el desarrollo de una lucha política en conexión a las reivindicaciones más urgentes. Esto despertó un interés entre estudiantes y docentes que perciben nuestro planteamiento como un hecho distintivo ante el resto de las corrientes presentes.
El espíritu de la agitación estuvo centrado en la necesidad de una preparación y una alerta a la juventud sobre el porvenir de la crisis y su desenlace, la necesidad de unificar una intervención política con el conjunto de los trabajadores del país. Este es el basamento histórico del movimiento estudiantil desde sus orígenes, la unidad en la lucha con los trabajadores. Nuestra organización ha salido reforzada con esta campaña.
Perspectiva
Este cuadro permite observar que estamos ante un reanimamiento político de la juventud, expresada en la toma de los colegios porteños. Las elecciones en la UNQ han demostrado un avance de la izquierda tras varios años de retroceso. Sin embargo, esto no ha llamado la atención de ninguna corriente.
Es necesario desarrollar a fondo una agitación política en favor de la lucha junto con la presentación de un programa. Los resultados electorales han demostrado que el germen de la rebelión popular, para expresarse, precisa de una clarificación política.
