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Hasta ahora los intentos por quebrar la lucha de los portuarios rosarinos han fracasado. Los piquetes frente a los portones, la movilización de familiares, el apoyo de las organizaciones y, fundamentalmente, la continuidad de la huelga resuelta en una Asambleas que había convocado la propia conducción del Sindicato -donde resultó desautorizada-, representan una fuerza disuasiva al retorno al trabajo.
Desde que la burocracia del SUPA firmó, sin el aval de los trabajadores, un acta poniendo fin al conflicto con 5 compañeros despedidos, los llamados a que retomen el trabajo fueron de fracaso en fracaso. Así ocurrió desde el lunes 9, cuando la patronal convocó a volver al trabajo y no se presentó nadie. Hoy, miércoles a la mañana, la conducción del SUPA convocó a una asamblea en el sindicato para tratar de organizar el ingreso y romper la huelga; también amenazaron a los estibadores eventuales con que ya no serían convocados nuevamente. Para reforzar esta política, mandaron a la policía para garantizar la seguridad de los que fueran a retomar el laburo.
El punto clave es que nadie se presentó a trabajar. Una victoria de la huelga.
Los medios de comunicación masivos de Rosario cubrieron esta situación. Allí los voceros de los huelguistas volvieron a explicar los motivos de la huelga, la importancia del reclamo de reincorporación de los 5 compañeros; pudieron mostrar que la lucha está respaldada por muchos trabajadores que estaban presentes en el piquete y que tienen el aval de la asamblea, que fue donde se resolvió la continuidad. Ante la pregunta de los periodistas sobre si había una interna sindical, respondieron haciendo un llamado al secretario general del SUPA a que venga al piquete a defender junto con todos los trabajadores la reincorporación de los despedidos. Igualmente hicieron un llamado al gobernador Perotti a que intervenga en la resolución positiva del conflicto.
La cita es una hora antes de los ingresos en los 4 turnos en el piquete para fortalecer esta enorme lucha.