Salarios: en 2022 el precio de la canasta básica le ganó a la inflación

El INDEC publicó esta semana un informe sobre la evolución de los precios y las canastas de pobreza e indigencia en el 2022. En el mes de diciembre la canasta de pobreza (Canasta Básica Total) subió a $152.515, aumentando un 103,8 % en el total del año y luego de subir un 4,5 % en su último mes. La canasta de indigencia (Canasta Básica Alimentaria) subió a 67.787$, acumulando otra variación anual por encima del cien por ciento y luego de una suba de 5 % en diciembre.

Claro, esto aún no considera el impacto total de la inflación, la suba de tarifas, el aumento de alquileres y también la reciente corrida del dólar de estas semanas de enero. Estas subas se colocan por encima del índice de precios del consumidor (IPC) que acumulo en 2022 un 94,8 %, el más alto en 32 años. Se estima que, en el segundo semestre de 2022, la pobreza abarcó al 40,2 % de la población. Una suba de 3,7 puntos con relación al primer semestre del año.

El gobierno de Alberto Fernández festejó que la inflación de diciembre fuera del 5,1 % y que la de todo el año quedara unas décimas por debajo del 100 %, a pesar duplicar la del 2021 del 50 %. Según el INDEC los aumentos acumulados más fuertes se encontraron en ropa y calzado por 121 %, restaurantes y hoteles 109 %, bienes y servicios 98 % y alimentos 95 %.

El aumento en diciembre de “solo” 4,7 % en alimentos e indumentaria es presentado como un éxito del programa Precios Justos, que controla un listado de 1.000 productos de la canasta básica. Sin embargo, los especialistas consideran que lo que está detrás de la ´desaceleración´ es la merma del consumo.

Existe un operativo para maquillar estos números. Los pulpos del sector alimentos desabastecen las góndolas y derivan sus productos hacia los puntos donde el acuerdo de “precios justos” no rige. Y como ya lo muestra el INDEC, exigen una nueva remarcación mientras especulan con la corrida del dólar. Con índices de indigencia históricos entre los trabajadores asalariados, la ´desaceleración´ de la inflación va de la mano de una nueva entrega salarial y una nueva ola devaluatoria.

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