Puerto de Rosario: el levantamiento de la huelga

Escriben Emilio Blanco y José Tablada

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El miércoles 18, en reuniones y asamblea, los portuarios resolvieron levantar una huelga histórica.

Estos 40 días de paros dejaron una enorme experiencia de lucha. Fue un proceso de organización y de auto convocatoria de la huelga de los propios trabajadores, que tuvieron que enfrentarse (en el desarrollo de la lucha) a la patronal, el Estado, a la burocracia del Supa, a la policía y al gobierno.

El origen del conflicto fue el desconocimiento por parte de la patronal del puerto (TPR-Vicentín / Ultramar) del reclamo de la revisión paritaria. La paritaria se había firmado en abril de 2022 y las diferentes cuotas no eran acumulativas sino sobre el sueldo de abril del año pasado, lo que significó la destrucción de los salarios por la enorme inflación. Hoy los sueldos son el 50% de lo que ganan los estibadores en otros puertos. Los trabajadores reclamaron la revisión salarial y la aplicación de una cláusula de reajuste automático de acuerdo a la inflación mensual.

La huelga autoconvocada surgió por el descontento de la base portuaria con la política salarial de la conducción del Supa y por los métodos que utilizó para tratar de imponerla. Aybar, secretario general del Supa, bajó la propuesta de la patronal y, aunque fue rechazada en la asamblea convocada por el sindicato, igualmente la aceptó, desconociendo la votación. Este atropello de la burocracia del Supa y el rechazo de los estibadores dieron lugar al inicio de un plan de lucha que comenzó con un quite de colaboración y que luego llevó al paro del puerto.

En esta situación la patronal se largó a una serie de provocaciones despidiendo laburantes y amenazando con aumentar la jornada laboral actual de 6 horas a 8 horas. Por su parte, la conducción del Supa realizó maniobras para tratar de tener el control del proceso de lucha que se estaba desarrollando y nuevamente se sentó a negociar con la patronal. Firmó un nuevo acuerdo a espaldas de los portuarios.

En esa acta se planteaba completar un aumento salarial del 90%, pero sobre los salarios de abril de 2022; dejar de lado el cambio de la jornada laboral manteniendo las 6 horas y la reincorporación de 20 de los 25 despedidos. Una nueva Asamblea en el Sindicato rechazó este acuerdo por amplísima mayoría y resolvió continuar con la huelga reclamando la reincorporación de todos los despedidos. En el rechazo a los 5 despidos se estaba rechazando lo que podía venir con posterioridad –nuevas cesantías y avances con la reforma laboral.

Es la propia burocracia de Aybar la que rompe con la base portuaria y con el movimiento huelguístico y se pasa abiertamente con la patronal para tratar de derrotar la huelga e imponer los despidos. Las dificultades en conseguir estos objetivos los llevaron a recurrir a la Justicia, al Gobierno y al Estado. El Ministerio de Trabajo de la Nación avaló los despidos. La justicia avanzó en la judicialización de los compañeros y la policía de Perotti reprimió a portuarios y familiares.

Fue una huelga histórica no sólo por la cantidad de días sino, fundamentalmente, porque fue autoorganizada por los propios trabajadores con los métodos históricos de la clase obrera; las resoluciones en Asambleas, la movilización a los centros del poder político y los piquetes de convencimiento y organización. La fuerza de la huelga estuvo en la base portuaria, en la asamblea, en el piquete y en el apoyo de los familiares y organizaciones solidarias.

La patronal, la burocracia de Aybar y el Estado usaron todos los recursos a su disposición para derrotarla. Hambrearon a las familias, dejando a los trabajadores dos meses sin cobrar los sueldos; con la represión policial, la detención de compañeros y recurrieron al desgaste y el aislamiento de la lucha.

La solidaridad concreta estuvo en las organizaciones que intervinieron. Mientras que la CGT Regional estuvo jugada a la derrota de la huelga y la CTA Regional Rosario no hizo nada práctico, de lucha, que ayudara a darle un impulso más general a la huelga portuaria.

Los cinco despedidos

En el balance hay que señalar que estos despidos son un golpe sobre los luchadores y los trabajadores del Puerto, que la patronal va a aprovechar para tratar de imponer sus condiciones.

En última instancias, lo que está en discusión es quién domina las condiciones de trabajo dentro del Puerto, si la patronal o los trabajadores.

En este sentido, la organización interna es fundamental. Hace años que el Supa no convoca a elecciones de delegados – con renovaciones dudosas de mandato. Como así también es importante el agrupamiento de los luchadores.

Los reclamos siguen pendientes: la cuestión salarial, con el reajuste automático, se van a volver a plantear en forma inmediata porque en marzo/abril tiene que ser convocada la paritaria de este año; además, por otro lado, está el reclamo del pase a planta de los eventuales entre otras reivindicaciones.

Por el cierre de las causas a los compañeros detenidos

Como parte de la presión sobre la huelga, fueron detenidos 3 compañeros que el jueves 19 fueron liberados y recibidos con el calor de la lucha por los portuarios, familiares y organizaciones. Sin embargo, quedaron causas abiertas y se les impusieron una serie de reglas de conducta por 90 días. Reclamamos el cierre de las causas a los compañeros.

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