“Salarios justos": un nuevo operativo contra el salario

Escribe Pablo Busch

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Los medios han anunciado una próxima reunión del ministro de Economía, Sergio Massa, con la cúpula de la CGT, para avanzar en el operativo de acuerdos salariales 2023 de alrededor del 60 %. La CGT además será convocada a continuar monitoreando los precios. Con una inflación interanual rondando un 98 %, la pauta del 60 % del gobierno actúa abiertamente cómo un cepo al salario, destinado a anclar la inflación. Según Ámbito Financiero, Massa ya denomina, en conversaciones reservadas, al techo salarial como "Salarios Justos", confesando algo que denunciamos hace tiempo desde estas páginas: que los programas de acuerdos de precios tienen como único objetivo condicionar a la baja la discusión de las paritarias.

El marco salarial en el que se lanza el nuevo cepo al salario no podría ser peor: según se publicó ayer desde el INDEC, "el 50 % de los asalariados formales percibieron un ingreso por debajo de los $130.000, es decir, por debajo de la línea de pobreza. Los ingresos de la mitad de los asalariados registrados del sector privado fueron inferiores a $129.288 de bolsillo por mes. En el mismo mes la canasta básica total para un hogar de cuatro personas fue de $ 145.948". Las paritarias que se anunciaron porcentualmente por arriba de la inflación, se hicieron sobre salarios de miseria.

El Salario Mínimo, Vital y Móvil perdió contra la inflación en seis de los últimos siete años. En diciembre de 2022 estaba un 8,3 % por debajo de diciembre de 2019 y un 30,5 % debajo de diciembre de 2015. Los haberes jubilatorios en 2022 fueron un 9,3 % más bajos que en 2019 y un 27,4 % inferiores a los de 2015. El impuesto a las ganancias, con su piso actualizado por debajo de la inflación, cepilla los salarios mejores pagos y se comerá una buena parte de los aumentos 2023.

El ajuste en las asignaciones familiares impactó en el monto y en la cantidad de prestaciones. Este trimestre su valor en términos reales será un 10,8 % más bajo que en el mismo período de 2019/20 y un 25,4 % más bajo que en 2015/16. Además, la caída de la cantidad de prestaciones es ininterrumpida. En 2021 la ANSES liquidó un 15,4 % menos de asignaciones por hijo que en 2017.

Por otra parte, al igual que los programas anteriores de controles de precios, Precios Justos está condenado a fracasar: la inflación del 94 % se dio en el marco de la transición entre los "precios cuidados" y los "precios justos". Lo que efectivamente ocurrió es una pérdida real de los salarios, ininterrumpidamente desde 2015, en medio de los programas de "precios cuidados", "productos esenciales", "precios máximos " y ahora "precios justos". Fracasaron como programas de control de precios, pero cumplieron su objetivo de bajar los salarios.

El 25 % de caída de los salarios de 2015 a hoy, es la base material del crecimiento de la actividad económica de 2021 (10,4 %) y 2022 (5,5 %), recuperando toda la caída de la pandemia y del derrumbe macrista de 2018/19. Han crecido exponencialmente la precarización laboral, los contratos a terminó y el monotributo.

En la línea de los "Salarios justos", ya firmó la dupla de UPCN y ATE la semana pasada. Dos gremios de los más importantes que firmaron sus primeros tramos de la paritaria anual fueron los choferes (UTA) -un 29 % para el primer semestre del 2023- y el SMATA -un 18,4 % trimestral. También se menciona a la Asociación Obrera Textil (AOT), la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y Sanidad como los próximos sindicatos que se alinearán al corset del 60%. En el mismo sentido se anotará la paritaria nacional de la CTERA. La burocracia sindical de la CGT y de la CTA se apresta a sacrificar los salarios en pos de pavimentar una candidatura todavía incierta de Sergio Massa.

El operativo común del gobierno y la CGT incluye además la movilización de los sindicatos, no para la defensa de los salarios, sino como contralores del funcionamiento del programa de "Precios Justos". En esta línea ya se han sumado tanto Camioneros como los sindicatos de la CASIA. La burocracia busca colocar a los trabajadores como furgón de cola de los programas del gobierno.

Un sector de la burocracia sindical, en particular de la CTA, le resta importancia a esta etapa de acuerdos. Al fin y al cabo, dicen, lo que importa es no tirar muy lejos la cláusula de revisión y firmar en la menor cantidad de cuotas. Todo esto claro, para dejar pasar el plan de Massa sin perder poder adquisitivo. Es una verdadera farsa: salvó una mínima cantidad de convenios, el grueso no ha recuperado ni de cerca el 94,5 % de inflación de 2022. Las cláusulas de revisión difieren por varios meses las compensaciones de la inflación a favor de las patronales, por lo que, aún ganando nominalmente, se pierde en términos reales.

A esta política del tándem gobierno y CGT hay que oponerle un programa propio de la clase obrera: salario mínimo igual a la canasta familiar; jubilaciones al 82 % móvil, derogación del impuesto a las ganancias a los salarios, restitución de las asignaciones familiares. Ante la escalada inflacionaria, indexación mensual de los salarios.

VER EL SIGUIENTE VIDEO:

La ministra de los "salarios cuidados". Editorial político semanal de Marcelo Ramal 24/2/2023 Pueblicado en el canal de You Tube de Política Obrera el 24/02/2023.

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