El FIT-U con tres candidaturas

Escribe El Be

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El último sábado, el Partido Obrero oficial proclamó en un “plenario abierto” las fórmulas de Solano-del Pla, para la presidencia, Pitrola para gobernador bonaerense y Biasi para jefa de Gobierno. El PTS ya lo había hecho hace un año (Bregman-Vilca) y luego el MST (Fierro-Bodart). El FIT-U tiene, de esta manera, una variedad generosa de alternativas para las elecciones generales de 2023. Izquierda Socialista es la única a la que se le ocurrió proponer una fórmula única para la presidencia (Bregman-Solano). Vistas las cosas de este modo, pareciera que el FIT-U se aprestaría a protagonizar una interna nacional a tres bandas. Pero el PO oficial ya advirtió, en su prensa, que no será así, porque dice que las internas son distorsivas de la real representación de cada una de las fuerzas en pugna. Da como ejemplo de ello que en las PASO podría votar incluso el patrón de Techint, Paolo Rocca, aunque sin adelantar por cuál de las tres fórmulas en pugna (https://prensaobrera.com/politicas/el-pts-un-conservadurismo-peligroso). Para resolver las candidaturas, propone un Congreso de la Izquierda, sin aclarar cómo haría para impedir la asistencia del mandamás de Techint. Como sus rivales en el Frente ya le advirtieron que no comparten la propuesta (el PTS y el MST no rehúyen las PASO), la historia indica que el PO (O) podría terminar anulando las candidaturas que pomposamente proclamó el sábado y que se inclinará por un acuerdo que reparta todos los niveles de cargos (desde diputados a concejales y consejeros escolares, además de las candidaturas en elecciones provinciales, en muchas de las cuales no habrá Internas Abiertas).

Nada de estas maniobras es algo ajeno al ajetreo político. Lo que sí debería ser extraño es proclamar una cosa, votar candidatos propios, y hacer otra: dejarlos de lado en función de un reparto de cargos y hacer cómplice de esta maniobra a todo un plenario. Es una educación para el oportunismo. En el caso de un frente que pretende convertirse en la dirección de la clase obrera, las propuestas deben ser unitarias desde el vamos, aunque se reclame la primacía en esa unidad. No puede ser una puja para imponer la exclusión. Por el régimen electoral, por otro lado, las propuestas excluyentes otorgan el monopolio de las candidaturas ejecutivas al ganador de las PASO. Ha quedado en evidencia un carrerismo por el cargo público, que es más notorio en el caso del PO (O) porque sus candidatos constituyen el liderazgo político de la organización.

Por otra parte, la proclamación de candidatos que enseguida dejarán su lugar en el reparto interno del FIT-U, en un “plenario abierto”, violenta los métodos de construcción de un partido revolucionario. Primero, porque se sustituye al partido por una multitud heterogénea. El “plenario abierto” contó con la participación de otras organizaciones de la Unidad Piquetera, como el MTR 12 de abril o el MDT. El partido revolucionario no es una organización vaciada de contenido, que puede ser cambiado en favor de cualquier componenda (reúne una experiencia histórica que debe corporizarse en sus militantes). Segundo, porque ha estado ausente el debate del programa para el período político atravesado por las elecciones. Como Argentina atraviesa una fase de transición hacia estallidos financieros y colapsos políticos, de un lado, y luchas crecientes de trabajadores, del otro, el programa debe servir de orientación frente a crisis políticas ascendentes. El PO ha abandonado este método de construcción desde las elecciones de 2015. Nada de esto es improvisado, porque en su último Congreso ha llamado a constituir “un movimiento popular con banderas socialistas” (no un partido político socialista del proletariado).

Aunque improbable, la disputa de candidaturas podría derivar en una “interna abierta” para cargos ejecutivos y para ordenar la distribución de candidaturas. Nada de esto ha sido considerado en el FIT-U. Una “interna abierta” tampoco debería estar cerrada al FIT-U. Pero lo fundamental es lo siguiente: cada partido debe exponer su programa. Una cosa es el cuarto oscuro, otra la oscuridad política. Un programa es la traducción de una estrategia.

Los 'precandidatos' de junio

El primero en proclamar sus 'precandidatos' fue el PTS, que los votó en su Congreso del mes de junio de 2022; es decir, casi un año y medio antes de los comicios. Como dijimos, la proclamación de una fórmula presidencial decidida unilateralmente por uno de los partidos que lo integran violenta la política frentista. El PTS arrojó a sus candidatos a la arena electoral sin un programa. La desmesurada anticipación del lanzamiento de las candidaturas se basa solamente en la expectativa de que la situación política no podrá dirimirse en otro plano que no sea en el terreno electoral. En definitiva, la campaña del PTS funge de valla de contención.

El PTS, en ocasión de la proclamación de la fórmula, no retomó la caracterización de que Argentina se encontraba en “una situación incipientemente pre-revolucionaria”, que había formulado a través de un texto de Christian Castillo. La dejó encarpetada. Tampoco dio forma concreta de acción a aquella caracterización política. Lo que hizo fue lo contrario: proclamar al FIT-U como “tercera fuerza”, que enseguida le usurpó Milei. No ha desarrollado un balance de estos desquicios (ni hablar de la política de ‘inmunidad de rebaño’ que abogó, mucho antes de las vacunas, junto al resto de la izquierda democratizante internacional). Ha quedado claro que esa ha sido la política de la patronal internacional (todos a trabajar en pandemia).

El “plenario abierto”

Ya en 2021 decíamos que el PO “propone un Congreso del FIT-U, que es puramente aparatesco porque está ausente el debate preparatorio. (...) Un ‘Congreso’ de 24 horas sería el marco de una disputa infernal. Es la propuesta de un grupo sin rumbo” (https://politicaobrera.com/5031-quien-quiere-internas-abiertas-para-una-lista-unica-de-la-izquierda).

En el reciente “plenario abierto” del PO (O), las intervenciones estuvieron centradas en la cuestión de la interna y la disputa por las candidaturas. Las candidaturas habían sido anunciadas a los medios con anticipación. Los oradores del “plenario” estaban también definidos de antemano, con diferentes tiempos para cada uno (los candidatos centrales hablaron más de media hora, los demás menos de cinco minutos). No fue un plenario, fue una escena orquestada. No hubo el atisbo de una caracterización u orientación política para la etapa. Solano, por ejemplo, se preguntó “a quién 'corno' le importa en este país la mesa que convoca Alberto Fernández. La gente no tiene para comer”. Pitrola mantuvo esa línea: el juicio político a la Corte “es un show”, dijo.

Solano también dijo en su discurso que “si logramos organizar a una enorme porción de las compañeras y compañeros que están con nosotros, y ellos organizan a sus vecinos, sus compañeros de trabajo, en las fábricas, en los lugares de estudio, en los barrios, en esta campaña electoral empieza la cuenta regresiva del capitalismo en Argentina”. El fin del capitalismo vendrá de una campaña electoral organizada con el libreto del asesor de la campaña de Bill Clinton (uno junta a cinco y así sucesivamente).

Faccionalismo

El acto del PO (O) se realizó en medio de una atmósfera de ataques mutuos. Ambos se lanzan las mismas acusaciones: ser una “izquierda light” y “no estar en las luchas”.

Para contraponer al PTS que “no está en las luchas”, Pitrola señaló que Solano “se transformó en el legislador que representaba a los huelguistas ante el gobierno de Larreta, que terminó en la conquista de un importante aumento salarial”. Solano, en realidad, era el mediador entre unos y otros, cuando debía estar con los huelguistas contra el gobierno de la Ciudad (https://politicaobrera.com/8318-solano-el-trotskista-liberal-saluda-el-enjuague-entre-larreta-y-la-burocracia-medica-y-oculta-la-huelga-indefinida-de-residentes-y-concurrentes).

Como la rencilla de candidaturas involucra al MST, este partido también fue atacado insistentemente en el acto del PO (O). Las críticas al MST, sin embargo, fueron más vulgares que las dichas contra el PTS. Finalmente, Solano reveló que, al igual que la del PTS, la fórmula presidencial del PO (O) es sólo un amague: “vamos a insistir e insistir, dijo, tenemos tiempo hasta junio”.

Un ruido ensordecedor por nada.

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