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El próximo 23 de marzo, se cumplirá el año de plazo establecido en el decreto presidencial para la implementación de las guarderías en los lugares de trabajo de más de 100 trabajadores. La UIA se ha pronunciado en contra al respecto, en una reunión con la ministra de Trabajo, “Kelly” Olmos.
Hasta ahora, ninguna empresa las ha puesto en marcha. Los capitostes de la UIA aducen el "difícil contexto económico" y que la ley contiene "complejidades interpretativas". Para decirlo en criollo: la UIA reclama que las guarderías no sean obligatorias, que sean solo para los hijos de las mujeres que trabajan y que sean solo para el personal efectivo que presta tareas en las empresas. Como dijimos en su momento, las patronales iban a cuestionar, si los trabajadores tercerizados “son contabilizados a la hora de determinar si las empresas llegan a cien empleados, pero en ningún punto dice de qué manera accederán a este derecho. Cómo siempre ocurre con estos grises, las empresas principales se desentienden del derecho. El punto es que, si los trabajadores cuentan para llegar a cien, es claro que deberían contar para acceder al derecho de guardería".
Otro punto controversial es la implementación del régimen de guarderías en el caso de la gran industria, sometida a regímenes de turnos americanos, rotativos, etc. Si los trabajadores son sometidos al trabajo obligatorio en el turno noche y durante los fines de semana, las guarderías deberían tener también un funcionamiento de 24x7.
La CGT, por su parte, no ha reclamado nunca, en los 50 años de existencia de la ley de guardería, por su reglamentación. Ahora que la crisis ha colocado el tema en vigencia, la posición general es ponerle precio al estipendio por guardería, del cual la burocracia se valdrá para disfrazarlo de ´aumento salarial´.
Efectivamente, como la reglamentación de la ley permite que se establezca un pago equivalente al 40% del salario de una persona de cuidados, el Sindicato de Comercio ya acordó que no se construya guardería en ningún lado, a cambio de una suma de 30 mil pesos por trabajador con hijos de 45 días a 3 años. El acuerdo de Cavalieri promete ser replicado en cada una de las paritarias que la burocracia ´negocie´ en los próximos meses.
Todos contra las guarderías
El origen del decreto presidencial que reglamenta las guarderías no fue una iniciativa del gobierno ´popular´ de los Fernández, sino que se produce a raíz de un fallo de la Corte Suprema, que ordenaba al Gobierno a reglamentar la ley de guarderías aprobada en 1974.
El Gobierno, por su parte, se tomó un año para publicar las reglas de implementación de la ley y le otorgó otro año de plazo a las empresas para adecuarse. La prórroga que reclama la UIA para implementar las guarderías, por lo tanto, ya lleva 48 años. Un dato no menor es que la reglamentación de las guarderías dejó afuera a los establecimientos de trabajo del Estado.
La lucha obrera conquistó en 1974 la ley de guarderías. El ascenso de la lucha del movimiento de mujeres volvió a colocarla en agenda, con un agregado: que las guarderías en los lugares de trabajo sean un derecho para padres y madres. De otra manera, las empresas podrían recurrir a la tradicional maniobra de esquivar el derecho de guardería contratando solamente a trabajadores hombres, y una ley concebida como una protección para la maternidad terminaría dificultando el acceso de las mujeres al derecho al trabajo.
Es estratégico que la lucha por el establecimiento real de guarderías en los lugares de trabajo sea discutida como un problema de conjunto de la clase obrera, y no como una cuestión de género. Es el activismo de hombres y mujeres el que tiene la tarea histórica de llevar esta reivindicación a la victoria.
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