Aluar: las imposiciones de Madanes Quintanilla

Escribe Juan Ferro

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La patronal de Aluar ha mantenido a sangre y fuego su proceso productivo. Elaboró un protocolo referido a la mejor higiene y al aumento de personal contratado para la limpieza, donó un par de respiradores, licenció a los trabajadores de riesgo (menos del 10% de la fábrica), pero se mantiene trabajando con la mayoría de los operarios y la inmensa mayoría del personal administrativo. La resultante es que Aluar sigue produciendo y sigue mofndose del aislamiento social. Oficialmente anunció que empezó la cuarentena con un 25% de la producción y, días más tarde, supero más de la mitad de la capacidad. El alumino es uno de los rubros que incluyó la UIA en el reclamo que presentó a la Rosada, para que sea declarada actividad esencial.

La dirección de la UOM de Puerto Madryn (ahora seccional) nunca ha jugado rol alguno como organización gremial. Al poco tiempo de nacer fue intervenida por la dirección nacional, pero ni los interventores de hoy ni los de ayer tienen ningún planteo alternativo ante las decisiones que imponen los Quintanilla.

Infobae (7/4) informa que “según la Unión Obrera Metalúrgica, el descuento para los salarios de abril que propone Aluar es de 50%, pero Madanes asegura que será menor. ´La rebaja es para aquellos empleados que no van a trabajar, pero como eso es rotativo se termina prorrateando y el porcentaje que pierden del sueldo es menor´, explicó el titular de la compañía”. Como se aprecia, la burocracia de la UOM está absolutamente entregada a aceptar las propuestas patronales.

En la misma la pelea están las comisiones internas como las de Acindar de Villa Constitución, Acindar Tablada, de muchas fábricas de la alimentación, de los frigoríficos y la formidable pelea de los trabajadores de la salud, ante el frente único de la burocracia con las patronales para reanudar la producción.

La patronal de Aluar ahora quiere imponer también una reducción de salarios, que vendrá acompañada de quita de conquistas históricas. Esto cuando, junto con las grandes sojeras, sigue produciendo y exportando en la crisis.

Nadie en la Argentina como la patronal de Aluar está en condiciones más ventajosas para reducir las horas de trabajo sin afectar el salario. Las ganancias de su último ejercicio son siderales, exporta 300.000 toneladas de aluminio. Además, hay que sumar las fabulosas ganancias con la generación de electricidad de su parque eólico. Que Madanes se quiera acoger a los mismos beneficios que las PyMES es un atropello a la clase obrera amenazada por la pandemia.

El cuerpo de delegados de Aluar debería establecer su propio protocolo y rechazar la posibilidad de una rebaja salarial. La clase obrera mira como modelo de resistencia de los trabajadores la organización de base de las grandes fábricas.

Abajo la dictadura de Madanes en Aluar, abajo los despidos hormiga, ninguna rebaja salarial. Y que todo trabajador que ingrese en la planta esté bajo convenio de la UOM.

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