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El pasado martes 7 nos enteramos de que el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires pidió la renuncia a los directores del Hospital Mercante. Detrás de esto está también la intendencia de José C Paz a cargo de Mario Ishi. La intervención, a pedido de Ishi, tiene como objetivo abrir la puerta la municipalización del hospital.

El área sanitaria paceña se caracteriza por un primer nivel de atención (Centros de Salud), que presenta un vaciamiento de insumos, personal precario y con salarios de miseria. Por otro lado, los pocos hospitales que funcionan lo hacen mediante la contraprestación de un “bono contribución “. Mención aparte merecen los “hospitales cáscaras” (de especialidades, de Trauma, Oncología), recientemente inaugurados con la gestión Vidal, cuya labor consiste únicamente en derivar los pacientes hacia el Hospital Mercante, recargando y asfixiando aún más su exiguo presupuesto, pero sin dejar de cobrar la coparticipación provincial de dicho distrito.

Si tomamos en cuenta que el municipio paceño no tiene los recursos, ni la infraestructura material ni humana, el único modo de gestión es a partir del gerenciamiento y del arancelamiento, tal cual es su tipo de política sanitaria vigente.

Dicha intervención terminaba en una triangulación, con la participación en los nuevos directores provenientes del Municipio de Malvinas Argentinas, cuyo modelo de salud privatista y gerenciado fue puesto como modelo sanitario a seguir por el kirchnerismo, en palabras de la ex presidenta Cristina Kirchner.

El objetivo último de esta intervención (es la tercera embestida) es descabezar nuestra comisión interna, que tiene más de 20 años de experiencia, y que con una lucha audaz logramos quebrar la política de desidia que emana desde el Estado Provincial : ante la parálisis y falta de respuesta a nuestros reclamos, hemos llamado a Asambleas en distintos turnos y sectores que votaron la conformación de una Comisión de control donde los propios trabajadores, somos los que supervisamos, controlamos y gestionamos los recursos que llegan al hospital y su distribución. A partir de la misma hemos logrado el equipamiento de la sala Triage del Covid-19 (para atención posibles casos), dispuesto por el protocolo sanitario, lo mismo con el equipamiento necesario para los médicos y enfermeros y personal de limpieza como alcohol en gel, barbijo, camisolín, reactivos para muestras nasofaríngeas, la reducción de los horarios en el personal, e incluso las donaciones recibidas pasan por nuestras manos.

El miércoles 8 hicimos una asamblea con una fuerte presencia de más de 100 trabajadores; se votó unánimemente el rechazo y el repudio a la intervención municipal.

Advertimos a los delegados, comisiones internas, que la Intervención es la última carta (desesperada) que juegan los gobiernos para quebrar la lucha de los trabajadores de la salud, quienes están dando pasos decisivos contra la falta de EPP que pone al descubierto el carácter de una clase económica y política que no puede dar salida a las necesidades de la clase trabajadora ni la población a la hora de una crisis terminal del régimen en su conjunto manifestando sus propias contradicciones en esta pandemia declarada.

Nota

Al término finalizar la presente nota llegó la noticia que la dirección renunciada, fue llamada a una reunión de urgencia en la DPH (dirección provincial de hospitales), en la que se les informó que queda ratificada en su cargo. Es indudable que fueron “disuadidos” por la gran lucha que relatamos en el artículo. La amenaza sigue en pie.

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