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En el sanatorio San José, ubicado en el barrio de Palermo (CABA), sus dueños (el “Círculo de Obreros Católicos”) han comenzado un agudo proceso de vaciamiento en todo sentido. Los trabajadores denuncian cierre de prestaciones -entre ellas el tomógrafo y hemodinamia-, pago de hasta en 6 cuotas de los salarios y, como frutilla del postre, despidos y amenazas constantes.
La patronal aduce como razón la falta de pago o los atrasos en los mismos por parte de las obras sociales, incluido PAMI. Pero no ha abierto sus libros contables ni ofrecieron prueba alguna de ello. El argumento es utilizado para descargar la crisis sobre los trabajadores y los pacientes.
Por su lado, la burocracia de ATSA solo atina a informar por radio pasillo que estará concretando reuniones con la patronal, mediante el Ministerio de Trabajo, sin organizar ninguna asamblea ni respuesta obrera. Básicamente está funcionando como cadena de transmisión del interés patronal desorganizando al colectivo obrero mientras los despidos llegan hasta los supervisores. El agravio es tal que muchos trabajadores se han enterado de su despido al presentarse al lugar de trabajo.
Las constantes luchas de trabajadores de salud, a pesar de la acción de la burocracia sindical contra las autoconvocatorias y las medidas de lucha, la política de desmantelamiento de la precaria estructura montada para atender covid 19 (cuando el virus sigue circulando) y las noticias de pagos en cuotas en otras instituciones (como el sanatorio de Chacabuco, https://www.chacabuquero.com.ar/2023/02/sanatorio-sigue-el-pago-del-sueldo-en.html) plantean que estamos lejos de un rayo en cielo sereno. Más bien el marco es el de una crisis de conjunto del sistema de salud no solo en Argentina sino en el mundo -baste ver las huelgas en Inglaterra (https://politicaobrera.com/7653-reino-unido-trabajadores-de-la-salud-se-preparan-para-ir-a-la-huelga).
El fondo de la cuestión es la quiebra del Estado al calor del rescate de las patronales que, llegado un límite, no puede más que avanzar en un choque contra las condiciones de vida y salud de los trabajadores. Como sucede con discapacidad (https://politicaobrera.com/7873-discapacidad-una-lucha-que-hunde-sus-raices-en-la-defensa-de-la-salud-y-educacion-publicas), la interrupción de la cadena de pagos va directamente relacionada con la precarización laboral, que reduce los aportes obreros y patronales a las obras sociales, con el manejo discrecional de las cajas por parte de la burocracia y con la caída de salarios (producto de los acuerdos entre la burocracia, las patronales y el Estado, que constantemente están por debajo del crecimiento del costo de vida).
Este cuadro es ya insostenible por sí mismo y no puede derivar en otra cosa que en la quiebra de las obras sociales. Estalla en momentos en que el Estado está directamente envuelto en su propia quiebra. Los compromisos de deuda, el pacto con el FMI y demás reclamos patronales plantean para el gobierno y el conjunto del Estado avanzar contra los trabajadores. Una forma en que esto se expresa en el sanatorio San José es el retraso en los pagos de PAMI que la patronal traduce en los ataques descritos.
Esta misma ATSA que dentro del sanatorio San José deja pasar despidos, desmantelamiento de aparatología y pagos de salario en cuotas, es la responsable de la paritaria en línea con el gobierno y el FMI del 60% para un año con una inflación que ya se proyecta en más del 100%.
Frente al cuadro de entrega de las burocracias, distintos sectores de salud como los residentes y concurrentes en CABA en la segunda mitad del 2022 o los trabajadores de salud de Córdoba (https://politicaobrera.com/8999-la-lucha-de-salud-en-cordoba) han respondido con autoconvocatorias y coordinadoras. Y, en el caso de los residentes y concurrentes, desarrollaron una huelga indefinida para quebrar la negativa del gobierno a sus justos reclamos.
Estas experiencias plantean que está en manos de los trabajadores enfrentar la triple alianza del Estado, patronal y burocracia. Por ello es necesario reunirse y construir asambleas autoconvocadas que resuelvan un pliego de reivindicaciones empezando por la reincorporación de los despedidos y la exigencia del salario en un solo pago y la apertura de los libros bajo control obrero para ver donde están los recursos que durante todos los años de funcionamiento del sanatorio han sido creados por los trabajadores y apropiados por los patrones. Y resolver medidas de lucha para imponer estas y todas las reivindicaciones.