La burocracia negocia las salas maternales por una suma fija

Escribe Soledad Domínguez

Tiempo de lectura: 3 minutos

La UIA y la CGT, bajo el paraguas de los ministerios de Trabajo y de la Mujer y Géneros, llegaron a un acuerdo para la implementación de salas maternales en establecimientos de más de 100 personas. Como se había adelantado en estas páginas la UIA había expresado su rechazo y solicitado una prórroga de un año. El acuerdo suscripto por la burocracia canjea las salas maternales por una suma fija.

El acuerdo por un lado prorroga el cumplimiento efectivo de la ley (que data de 1974 pero se reglamentó 47 años después, tras un fallo de la Corte) del 23 de marzo al 31 de julio de 2023, estableciendo que “cuando no hubiera disponible un espacio de cuidado y/o no se hubiera previsto el reemplazo de dicha obligación en los convenios colectivos de trabajo, las entidades empleadoras quedarán obligadas a efectuar el reconocimiento de gastos durante 4 meses, período durante el cual se comprometen a ajustarse a los lineamientos de la ley”. Según establece el artículo 4,”… el monto a reintegrar en concepto de pago por guardería o trabajo de asistencia y cuidados no podrá ser inferior a una suma equivalente al 40 % del salario mensual correspondiente a la categoría “Asistencia y Cuidados de Personas” del Personal con retiro del régimen previsto en la Ley 26.844, o al monto efectivamente gastado en caso de que éste sea menor”. En relación a aquellos gremios que cuentan con disposiciones en torno a la sala maternal en sus convenios, establece que pueden optar por el pago de la suma. Lo mismo establece para aquellos sectores que se encuentran fuera de convenio. Es decir, el acuerdo asegura el cambio de la sala maternal en el espacio de trabajo, por un monto fijo.

Esto implicaría un $ 33.800, que debe efectivizarse a partir del 1 de abril de este año. Una sala maternal privada en CABA ronda entre los $30.000 y $40.000 por jornada simple, y entre $60.000 a $100.000 por jornada completa. En provincia de Buenos Aires, y resto del país los montos pueden ser algo menores. A esto se suma que muchas veces, además, se debe contratar personal para el cuidado de los niños y niñas, para completar las horas en las que el padre, madre o ambos, se encuentran trabajando.

Por su parte, en relación a quiénes pueden acceder, el acuerdo firmado establece que se extiende para niños o niñas desde los 45 días de edad hasta los 4 años. Superando en un año a lo establecido en el decreto 144/2022 que reglamenta la ley (https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/259691/20220323). A su vez el decreto y el acuerdo mencionan que se puede aplicar el derecho a cualquiera de los progenitores (madre o padre) mientras que en muchos convenios colectivos de trabajo, actualmente, sólo se aplica a las mujeres.

¿Guarderías?

La implementación de salas maternales en cada espacio de trabajo, significaría una verdadera revolución: para aquellas fábricas, supermercados y sanatorios que se manejan con turnos rotativos significaría adecuar las jornadas de trabajo a los horarios de la sala maternal, por ejemplo estableciendo turnos fijos. En los hechos significaría una mejora de las condiciones de trabajo. Lo mismo sucede con el personal tercerizado y fuera de convenio, que podría acceder a un derecho como trabajadores plenos de la empresa, mientras que el pago de la suma fija sólo afectaría al personal efectivo y dentro de convenio. A su vez, las salas maternales son un ámbito de organización de las y los trabajadores, como también lo es el comedor. Sobre esta base, tanto burocracia como patronal no piensan en que un espacio de estas características deba existir. La burocracia, alineada al FMI, pacta acuerdos salariales a la baja que distan mucho de lo necesario para sostener actualmente a una familia garantizando educación, salud, alimentación y ocio. (Hoy la canasta familiar supera los $250.000). La instalación de que la implementación de la ley sea por medio de un monto a abonar, es utilizada para sumar dentro de la negociación paritaria, sumas fijas que no incrementan el básico. Al estado también le cabe una responsabilidad: mientras las escuelas se caen a pedazos, escasean las vacantes en jardines y escuelas públicas, subsidia a escuelas y jardines privados y religiosos, que abonamos los y las trabajadoras con parte de nuestro salario.

La plena implementación de las salas maternales en cada espacio de trabajo es un reclamo que nos une a trabajadores y trabajadoras, porque implica una mejora concreta de nuestras condiciones de trabajo. Así como la necesidad imperiosa de la lucha por un salario igual a la canasta familiar. A la entrega sistemática de la burocracia sindical, opongamos la organización y deliberación autoconvocada en nuestros lugares de trabajo. Por la plena implementación de salas maternales, por un salario igual a la canasta familiar.

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