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El domingo último Cuba asistió a elecciones a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), una especie de parlamento unicameral que elige 470 miembros. De esta asamblea surgirán las nuevas autoridades del país, en abril próximo. Según la mayoría de las versiones, Díaz Canel sería reelegido.
El sistema electoral cubano establece que sólo el partido comunista en el gobierno tiene derecho a presentar candidatos. Estos surgirían, en teoría, de un proceso de selección popular. Las elecciones no constituyen factor movilizador alguno. La propia burocracia se jacta de no hacer campaña electoral en nombre de que “eliminamos la influencia corruptora del dinero en la política con esta medida”.
En las condiciones presentes de Cuba, la restauración capitalista campea raudamente por la Isla. La inflación es galopante, igual que el desabastecimiento, los cortes de luz, etc. Se estima que hay un millar de presos políticos tras aquellos incidentes, muchos de los cuales recibieron penas de más de 20 años de cárcel. El proceso electoral tampoco puede ocultar el fenómeno de un creciente vaciamiento del país: en 2022 emigraron casi 400 mil cubanos, más de 320 mil ingresaron a EE.UU. Desde 2018 Cuba tiene un decrecimiento absoluto de su población.
La burocracia dibujó del mejor modo que pudo la lista de los 470 delegados a la ANPP: hubo un “leve incremento en la cantidad de jóvenes menores de 35 años y de personas negras y mestizas” y se mantuvo “una fuerte presencia femenina” (La Joven Cuba, 27/3).
Las elecciones en Cuba no son obligatorias. No significa que para la burocracia sea indiferente la asistencia electoral o su resultado. Mientras que incluso en el período especial´ (1990/3), cuando Cuba sedesacopló` de la ex URSS y sufrió un brutal derrumbe económico, la concurrencia a los comicios nunca bajo del 95 %. En cambio, en todos los últimos procesos electorales nunca se alcanzó más del 75 %.
Ahora, “entre la abstención, los votos nulos y blancos, uno de cada tres cubanos no siguió la consigna oficial” (El País, 27/3). De acuerdo a La Jóven Cuba, sobre el 68.54 % del padrón que votó en forma positiva “solo un 49.42 % de ese padrón hizo un voto por toda la lista de candidatos, y un 19.12 % votó de manera selectiva” -sólo por un candidato. Resumiendo, el voto por el conjunto de la lista oficialista estuvo apenas por arriba del tercio del padrón electoral.
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