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Los trabajadores estatales y municipales bonaerenses y sus familias afiliados al IOMA viven cotidianamente la crisis sin fin de la obra social más grande del país, después del PAMI. El afiliado que necesite atención médica debe esperar 30 o 60 días para conseguir un turno con algún médico especialista, si es que consigue. Las clínicas que hacen convenios con el IOMA y que el gobierno de Kicillof difunde profusamente no satisfacen ni un tercio de la demanda total de salud y por este motivo los afiliados que pueden deciden pagar y atenderse de manera particular. Cuando se pide un turno de cualquier especialidad a cualquier prestadora de IOMA nunca hay. Sin embargo, cuando al pedir el turno en forma particular a la misma prestadora de salud mágicamente aparecen los turnos. El afiliado que consigue ser atendido generalmente debe pagar suculentos copagos y si no paga, no lo atienden. La cobertura de los medicamentos es cada vez menos amplia y cubre porcentajes bajos de los precios de los medicamentos porque el IOMA no cubre un porcentaje sino una suma fija del precio que al aumentar en forma constante terminamos pagando casi precio pleno (precio de mercado). Según la ONG “Víctimas y familiares de violencia institucional del IOMA” son decenas y decenas los afiliados que perdieron la vida en los últimos 6 años esperando una atención médica adecuada que nunca llego.
Esta situación de crisis del IOMA es resultado de una sistemática política de vaciamiento llevada adelante por el FdT y por JxC. Los trabajadores aportamos 4.8% de nuestro salario bruto y el mismo porcentaje aporta el empleador sobre la nómina total de trabajadores. Según la “Fundación Soberanía Sanitaria” dirigida por Kreplak, actual ministro de salud bonaerense, el IOMA bajo la gestión de Vidal tuvo superávit cuando las demandas de salud de los afiliados no eran satisfechas en lo más mínimo. Ese superávit operativo, del cual se vanagloriaba Vidal, era destinado a honrar la deuda pública bonaerense con los banqueros. Dicha deuda no para de crecer desde el retorno de la democracia a la fecha.
La gestión de Kicillof-Kreplak usa, siguiendo la orientación política de los Fernández, los recursos de los trabajadores estatales, en este caso del IOMA, para pagar una deuda pública provincial insostenible y subsidiar a los capitalistas de la salud privada como ocurriera con el subsidio mensual de 400 millones de pesos otorgado a las Clínicas Privadas en “crisis” durante la pandemia (https://politicaobrera.com/3704-ioma-dejan-sin-atencion-medica-a-miles-de-docentes-y-auxiliares-del-plan-piedas). Esta política no puede ser tapada con los anuncios rimbombantes de Kicillof sobre una supuesta “inversión histórica” que consiste en aumentar los precios que paga el IOMA a prestadores y monopolios farmacéuticos en un cuadro de fuerte aceleración de la inflación.
Con el desgastado argumento de combatir la “ineficiencia” y promover la “democracia” los pseudo liberales agrupados en J x C tomaron la iniciativa de desafilar del IOMA a los trabajadores municipales de varios municipios. El primero en largar la campaña de desafiliación fue el intendente de Propuesta Republicana de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, quien meses atrás abrió la posibilidad a los municipales de desafiliarse al IOMA y afiliarse a otra obra social o pre-paga. Iguacel, ni lerdo ni perezoso recomendó a los municipales cotizar a una pre-paga llamada MepLaif. Luego el intendente de San Nicolás, el ex FdT Manuel Passaglia, tomó la posta e impulsó la desafiliación de 750 municipales para pasarlos a una “obra social particular” que todavía no se sabe cuál será, pero promete una prestación y cobertura mayor. Esta “promesa” está en contradicción con la lógica mercantil ya que una “buena prestación” supone precios altos y los nuevos cotizantes de la pre-paga son trabajadores cuyos ingresos están debajo de la línea de pobreza. En el capitalismo, las empresas de salud priorizan la rentabilidad del capital por encima del derecho a la salud.
El caballito de batalla con el cual J x C pretenden dar la estocada final al IOMA es que la obra social es ineficiente, es un nicho de corrupción y que los trabajadores estatales son “rehenes” del IOMA porque no tiene derecho a elegir. Estos argumentos ideológicos esconden el verdadero objetivo de la campaña de desafiliaciones que consiste en liquidar las obras sociales y el sistema de salud público para entregárselos al capital privado y de este modo hacer de la salud una fuente inagotable de ganancias para los capitalistas.
La crisis del Ioma se explica por el acaparamiento de los recursos del Estado provincial y de los trabajadores estatales por parte de los acreedores de la deuda pública provincial.
Planteamos la expulsión del directorio actual y su reemplazo por un directorio 100% de trabajadores con mandatos revocables que impulse la apertura de los libros contables del IOMA, el blanqueo total de los salarios estatales, el pase a planta de todos los trabajadores precarizados, la cobertura integral e inmediata de todas las prestaciones de salud solicitadas por sus afiliados y el repudio y cese de la deuda pública provincial usuraria.
Por qué los afiliados a IOMA no reciben atención odontológica Por Julio G., 09/06/2021.
Kicillof manotea $8.000 millones de IOMA para pagar la deuda Por Luciana Diaz, 05/12/2020.
Sindicatos avalan el vaciamiento de IOMA Para el rescate de las clínicas privadas y garantía para el pago de la deuda. Por Luciana Diaz, 08/07/2020.