Escribe Pablo Busch
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La renuncia de Fabián Doman a la presidencia de Independiente ha puesto al rojo vivo la crisis del club de Avellaneda. La renuncia se hizo pública en medio de un clima de amenazas cruzadas en caso de no ganar el clásico del domingo próximo. El agravamiento de la crisis económica, la falta de resultados futbolísticos y la división de la Comisión Directiva desbordaron al novato presidente del CAI.
Al pasivo dejado por los Moyano, de más de 4.600 millones de pesos, una cantidad enorme de juicios en contra del club y la inhibición judicial para inscribir jugadores, hay que sumarle el reciente fallo de la Justicia Laboral a favor del futbolista Gonzalo Verón, que obliga a Independiente pagarle una indemnización por 2.332 millones de pesos, por atrasos en los pagos de sueldos y por despido injustificado.
El fallo Verón hizo saltar por los aires los compromisos de inversiones y los planes políticos, pues deja sentado un precedente para otros juicios y convierte a la deuda del club en una bomba de tiempo.
Según La Nación, este fallo laboral de marzo precipitó la decisión de la Comisión Directiva de avanzar en una denuncia penal contra Hugo Moyano. Esto hizo estallar a la actual dirección, por la sencilla razón de que más de la mitad de los directivos actuales provienen de la primera gestión de Moyano. Doman explicó a Clarín que "el día que la Comisión Directiva votó por unanimidad el mandato para llevar adelante la denuncia contra la gestión anterior, sería muy injusto decir que se resquebrajó la comisión porque fue unánime, pero sí decir que, desde ese día, dos semanas para atrás, se rompió el clima en Independiente. (…) “yo siento… que ahí se resquebrajó todo".
El armado macrista, que llevó a Fabián Doman a la presidencia del rojo con el 72,3 % de los votos, fue un frente integrado por los ex moyanistas y sectores visibles del macrismo –por citar algunos, el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y el pre candidato a gobernador Cristian Ritondo, ambos aliados de Patricia Bullrich, otra hincha ´notable´ del club-. Estos últimos tenían la responsabilidad de armar un fideicomiso de inversiones como premisa para el salvataje del club. Pero la ´lluvia de inversiones´ nunca llegó y, según el propio Doman, para pagar los sueldos del último mes tuvo que recurrir a un crédito de emergencia del kirchnerista Carlos Heller, presidente del Banco Credicoop y ex presidente de Boca, gestionado por Ritondo.
Los resultados futbolísticos, que suelen servir para tapar el quebranto económico de un club, tampoco acompañaron. Independiente se encuentra en los últimos lugares de la tabla, no tiene técnico designado -Pedro Monzón, DT de las inferiores, actúa como interino- y se encuentra a pocos puntos de puestos de descenso. La utilización del fútbol del club como plataforma para negocios capitalistas de todo tipo no empezó de ninguna manera con los Moyano y ha convertido al equipo en una sombra de lo que supo ser.
Los socios y simpatizantes del club han salido a protestar ayer frente a la sede de Avellaneda. Los negociados de los Moyano y la “lluvia de inversiones” macrista han fracasado. La renuncia de Doman y la explosión de un "todos contra todos" al interior de la Directiva macrista -en la misma semana que se desata el todos contra todos en la interna del PRO a nivel nacional- convierten a Independiente en una maqueta de la crisis política nacional.