Ley de Reconocimiento Artístico y Literario de la provincia de Córdoba: ¿otra especie en extinción?

Escribe Eugenia Cabral

La situación actual, a 15 años de su aprobación.

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La ley 9578 de Reconocimiento al Mérito Artístico y Literario, dictada durante el primer mandato de Schiaretti, es un tipo de legislación protectora para quienes no habiendo cosechado un bienestar económico que le permita cubrir las necesidades humanas a partir de los 65 años o antes, si hay una discapacidad, el Estado provincial le retribuya con un pago mensual los esfuerzos realizados. No es un premio ni una jubilación de privilegio, es un reconocimiento a la trayectoria, por calidad y cantidad de obras y actividades producidas, con 25 años de currículum, o proporcional a su discapacidad.

Un derecho gremial conseguido con unidad y movilización

Anteriormente al dictado de esta ley existían en varias provincias retribuciones similares, algunas con el nombre de pensión o jubilación. A comienzos de 2007, un amplio grupo de escritores de Córdoba (50) decidimos en asamblea que reclamaríamos una jubilación para escritores. Difundimos nuestro objetivo en la prensa gráfica, radial y televisiva y conseguimos audiencia en la legislatura provincial. Aún así, la ley no fue aprobada hasta fines de 2008, con un nuevo articulado que redactó el oficialismo, pero con la ventaja de que abarcaría a todas las ramas artísticas, que se habían ido sumando al reclamo de los escritores.

No es preciso haber hecho aportes previos a ninguna caja del Estado, porque es gratificación, similar a la que perciben los excombatientes de Malvinas. El monto del haber mensual es de tres jubilaciones mínimas y media, sin detrimento por el cobro de un haber nacional, municipal, de otra provincia o privado, con obra social a cargo de la provincia de Córdoba. Los beneficiarios llegaron a ser alrededor de 200 artistas y escritores.

El artículo 11 de la ley 9578 dice con respecto a la asignación de los recursos correspondientes: “Presupuesto. Los gastos que demande el cumplimiento de la presente Ley se solventan con una partida específica del presupuesto provincial que anualmente se destine a la Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba, o el organismo que en el futuro la reemplace”. Pues bien, ese artículo solo se cumplió en 2009 y 2010; desde la segunda gobernación de De la Sota, la partida comenzó a extraerse del presupuesto de la Agencia Córdoba Cultura, que hasta el presente remplaza a la Secretaría, sin que Schiaretti diga ni mu. Ello implica una extracción voluminosa de fondos que en principio deberían asignarse a otros fines, no al pago del Reconocimiento. La presidenta Nora Bedano (2017-2022) decidió que era una molestia eso de conceder la paga de este beneficio y, si bien no pudo dejar de cumplir con esa obligación, nunca en los cinco años que estuvo volvió a convocar aspirantes. A fines de 2022, entre una huelga por despidos en el teatro General San Martín, una auditoría contable que se le impuso y el petitorio que hicimos circular escritores y artistas, Bedano renunció, se nombraron nuevas autoridades y la ley volvió a convocarse… pero esta vez el pago mensual se retrasa casi hasta el mes siguiente, no se aplican los aumentos y se habla oficialmente de “introducir reformas”, cuyo proyecto sería girado a la legislatura provincial para “adecuar” la ley a la presunta realidad. O sea, al ajuste del FMI, y que la imaginación artística se las aguante.

La extinción de bosques y especies culturales

La única provincia cuyo organismo estatal encargado del sector denominado cultura, en vez de secretaría o ministerio, tiene una agencia es Córdoba. Se trata de un organismo mixto público-privado, cuya autoridad es un directorio conformado por presidencia, secretaría y vocalías. Es un auténtico organismo pionero en la privatización de la cultura. Ofrezco prueba: en sus objetivos institucionales no figura la protección de artistas y escritores, es decir, los sujetos que producen arte y literatura, sino del patrimonio y del público, o sea, los objetos estéticos y sus consumidores. Si bien existen algunas becas y premios, la finalidad que nos llevó a reclamar nuestro derecho a percibir un haber digno de una vida de creadores, está en peligro de extinción, como la fauna y flora nativa de Córdoba.

Basta de agrotóxicos culturales

Necesitamos una ley de Reconocimiento Artístico y Literario del Estado nacional, que abarque a todo el territorio argentino para que el derecho se aplique por igual, con su partida específica en el presupuesto, sin afectar a ninguna otra para el sostenimiento de actividades, instituciones y producciones estéticas.

Necesitamos crear una corriente de opinión favorable a nuestro derecho y organizarnos para lograr que se apruebe en el Congreso de la Nación.

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