Escribe Darío Molinari
Por una asamblea general con mandato para votar un plan de lucha
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El 18 de mayo, luego del enorme paro de la docencia porteña, el gobierno de CABA convocó a reunión de mesa salarial. A espalda de la docencia y sin ningún mandato para ello, sindicatos burocráticos firmaron un techo salarial que mantiene a la docencia por debajo de la línea de pobreza. El acuerdo, se trata de 8% de aumento para el mes de mayo (sobre el salario de febrero), es decir, $10.480. De este modo, el cargo de jornada simple será de $156.666.
El gobierno, a través de los medios, salió a presentar esto como una recomposición salarial. Sin embargo, se trata de una estafa. La canasta de pobreza del mes de abril cerró en un $208.000. Un reciente relevamiento de los trabajadores del INDEC, fijó el mínimo para una pareja con dos hijos $322.290. La pauta, del acuerdo establece que una nueva revisión salarial tendrá lugar en el mes de julio. Dicho de otro modo, hasta ese momento permanecerán congelados los salarios, pese al aumento inflacionario. Bajo ese escenario, el Ministerio de Educación invita a realizar un curso autoasistido para una planificación financiera para contribuir "a la eliminación de la brecha económica" ¡Una burla contra la docencia!
El único sindicato que rechazó este acuerdo fue ADEMyS, llamando a deliberar en las escuelas, pero sin fijar hasta el momento una instancia de asamblea.
La UTE, se limitó a recepcionar la oferta para debatirla en sus organismos. Es decir, que no moverá un solo dedo en organizar a la docencia por el rechazo. Una prueba de ello es que, del otro lado de la General Paz, la burocracia Celeste aceptó pasivamente el adelanto de la cuota prevista para junio, pero sin reabrir la paritaria provincial. No quieren agitar las aguas en un cuadro de deliberación de la docencia por el salario que está generando procesos de luchas y huelgas por abajo. Su rol consiste en mantener la gobernabilidad Nacional y el plan de ajuste Massa y los Fernandez llevan adelante. Por eso, en materia salarial el planteo de la burocracia es, en el mejor de los casos, correr detrás de la inflación.
El gobierno y la burocracia pretenden que naturalicemos trabajar dos y hasta tres cargos para llegar a fin de mes. Trabajo que, en nuestro caso, también continúan en nuestros hogares: planificaciones, armados de materiales, correcciones, etc. Frente a esto debemos, pronunciarnos en contra de este aumento miserable en cada una de las escuelas y colegios.
La demolición de nuestro salario, por la inflación, requiere impulsar el reclamo de un aumento de emergencia de $150.000 y la reapertura de la paritaria por un salario igual al costo de la canasta familiar para el cargo de jornada simple, que se indexe mensualmente según los índices de inflación. Además de una verdadera recomposición salarial, esto supone la recuperación del tiempo de descanso y ocio que perdimos los trabajadores y las trabajadoras de la educación.
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