A qué vamos a las elecciones nacionales

Escribe Marcelo Ramal (precandidato a presidente por Política Obrera)

Tiempo de lectura: 5 minutos

Un estudio reciente del Ministerio de Economía revela que las dos terceras partes de los gastos que las familias argentinas hacen con tarjeta de crédito corresponden a alimentos y a remedios. O sea que el salario ya cobrado se ha esfumado por completo, para pagar el resumen de cuenta precedente. Quienes superen el tope de débitos admitido deberán pagar intereses usurarios.

Pero si esta situación la viven aquellos cuyos ingresos y condición laboral le permiten consumir a cuenta, ¿qué puede esperarse de los precarizados y tercerizados, o de la masa inmensa que no llega a cobrar la canasta de pobreza? Las elecciones nacionales no vienen a resolver esta situación, porque en ese caso las medidas necesarias ya se habrían puesto en práctica. Vienen a agravarla, como se desprende del programa de los partidos principales –todos patronales.

Argentina se encuentra en una nueva cesación de pagos. Por eso, la prioridad de esos partidos es definir como pagarán la deuda financiera de 550.000 millones de dólares-el 60% de ella en manos de la misma burguesía argentina. A cambio de esta elevada deuda no tenemos en contrapartida mayores inversiones ni mejor nivel de vida. Todo lo contrario. El pueblo no debe seguir haciéndose cargo de ella: hay que repudiarla y anularla.

Nuestro partido, POLÍTICA OBRERA, va a estas elecciones con esa reivindicación, para preparar y producir una movilización histórica de los trabajadores contra otra gran confiscación capitalista.

Oficialistas y opositores

El kirchnerismo-pejotismo tiene una intención de voto de entre el 20 y el 30 por ciento. ¿Por qué será? Atraviesa una pugna escandalosa de candidaturas por las sobras que le dejará la elección. Esta disputa ocurre mientras ingresamos a una inflación del 10% mensual. Massa recurre al Tesoro norteamericano, al FMI y a China para evitar que una hiperinflación provoque una caída anticipada del gobierno. La competencia por quién conquista mejor un rescate internacional y quién le ofrece la mano de obra más barata al capital extranjero y nacional es la carta electoral principal de los candidatos patronales. La sede de gobierno no es ya la Rosada de un gobierno descuartizado, sino la embajada norteamericana, por donde desfilan funcionarios, políticos y burócratas sindicales. Argentina asiste a una perversa extorsión al electorado: ‘Nosotros y nuestros socorristas internacionales o una crisis social peor a la de 1989 y 2001/2002’.

Nuestro partido, POLÍTICA OBRERA, denunciará en la campaña esta extorsión y denunciará que el precio de ese rescate internacional es la abolición del derecho laboral y del previsional, y un derrumbe histórico de las condiciones de vida de nuestras masas. Nuestra reivindicación será: un salario y jubilación mínimos igual al costo de la canasta familiar, la indexación de estos ingresos, la abolición de la precariedad laboral; la defensa de la jornada de ocho horas y el reparto del empleo disponible entre todos los trabajadores.

Nuestra plataforma no tiene solamente un carácter electoral: es la línea que aplicaremos en toda la campaña para arrancar estos reclamos mediante la movilización. Como lo hacen los docentes autoconvocados de Salta, los portuarios de Rosario, los obreros del Neumático, los trabajadores de la Salud en todo el país; los desocupados.

La otra extorsión son expectativas de que un relanzamiento capitalista de la mano de la energía y el litio elevará las condiciones de vida del pueblo. No es lo que ocurre en el Congo, en Zambia y en Gabón, ni tampoco en Chile, Perú o Colombia –donde a la pobreza se le suma más pobreza, al acaparamiento capitalista más acaparamiento; y a la inestabilidad política, los golpes de Estado. Es la destrucción del clima, como ocurre con los humedales o con los pesticidas en el agro. Hoy mismo las inversiones para esos rubros son superadas por el subsidio del Estado, el déficit fiscal y la inflación. Los intereses vinculados a Vaca Muerta, el litio, la minería, la agroindustria y otros de carácter extractivista, son partidarios de la dolarización, o sea la liquidación del último rubro de independencia política y una brutal desvalorización del salario. Lo demostraron bajo el gobierno de Menem-Cavallo y sus gobernadores peronistas, como los Kirchner.

Nuestro partido, POLÍTICA OBRERA, denuncia el endeudamiento creciente, el default y la quiebra de todas las economías de la periferia capitalista, y reivindica un desarrollo de las fuerzas productivas bajo un gobierno de trabajadores, al servicio de las necesidades populares y del florecimiento de la naturaleza.

Para qué

De todo lo anterior, se desprende nuestra política electoral, así como las importantes tareas presentes. Nuestra agitación electoral está dirigida a preparar y orientar una intervención histórica independiente de la clase obrera. La huelga indefinida y autoconvocada de la docencia salteña, que acaba de desencadenar una manifestación de 40.000 personas, es muy instructiva, porque ocurre después de un triunfo del oficialismo provincial con el 58% de los votos. Es la prueba más rotunda de la falacia política de las elecciones manipuladas por grandes intereses, cuando no de una completa estafa. Ningún voto aislado puede superar la intervención directa de las masas ni la deliberación política. Es lo mismo que ocurrirá, eventualmente, después del 10 de diciembre próximo.

En medio de esa crisis, el FIT U se ha embarcado en una disputa faccional y sin principios en torno de prelaciones y cargos, que continuará hasta el final de las PASO. Es la culminación de varios años de adaptación parlamentaria, donde fue incapaz de atraer la atención de los obreros y servir como impulso a la movilización. No ha desempeñado un papel propio, y en votaciones importantes ha acompañado a los partidos patronales, como lo hemos informado en esta prensa en cada ocasión. Los partidos del FIT U han borrado de la agitación electoral a la lucha contra la guerra imperialista de la OTAN y Rusia, y varios de ellos hacen campaña por la guerra que impulsa la OTAN. Política Obrera será la única corriente política que se servirá de la campaña para llevar adelante una agitación contra la guerra imperialista y por poner fin al imperialismo mundial.

Convocamos a los luchadores y trabajadores activos a sumarse en forma organizada a la campaña de POLÍTICA OBRERA.

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Autofagia en el FITU La labor liquidacionista de los aparatos. Por Marcelo Ramal, 23/05/2023.

Programa de Política Obrera para las elecciones nacionales de 2023 II° Congreso Nacional de Política Obrera. Publicado en politicaobrera.com el 11/04/2023.

Tesis políticas aprobadas en el II° Congreso de Política Obrera II° Congreso Nacional de Política Obrera. Publicadas en politicaobrera.com el 11/04/2023.

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