Villa Mascardi: exijamos la inmediata libertad de las presas mapuche

Escribe Elena Florín

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Finalmente tuvo lugar en Buenos Aires la “Mesa de Diálogo” entre las comunidades mapuche tehuelche, funcionarios de Derechos Humanos y Parques Nacionales después de un largo impasse desde febrero.

El 4 de octubre de 2022 el Comando Unificado de Fuerzas Federales enviado por el gobierno nacional desalojó violentamente a la comunidad Lafken Winkul Mapu del territorio de Villa Mascardi. Cuatro mujeres fueron detenidas y trasladadas a Buenos Aires, a 1.200 kilómetros del lugar de los hechos y de sus familias. Actualmente, las cuatro se encuentran cumpliendo prisión preventiva en sus domicilios, en una violación flagrante de sus libertades más elementales. Se encuentran alojadas con sus hijos en una casa muy precaria que pertenece a su comunidad. El juicio por usurpación se inició en diciembre pero está paralizado a la espera de los resultados de esta “Mesa de Diálogo”, mientras continúan como rehenes de las negociaciones. El delito de usurpación nunca amerita una prisión domiciliaria tan prolongada. El ensañamiento con las luchas mapuches es máximo.

En diciembre de 2022 Alberto Fernández convocó a esta “Mesa de Diálogo”, que se reunió por primera vez el 11 de enero en Bariloche. La segunda reunión fue en Buenos Aires, en la ex ESMA, en febrero; después de un largo cuarto intermedio, finalmente se volvió a reunir recién el 1 de junio. El propósito de esta última reunión era la firma de un acuerdo ya preparado en febrero en el que se establecía que se restituiría una pequeña parte del territorio en disputa, llamado Rewe, terreno sagrado para la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, la construcción de tres casas, la entrega de territorios en el Lago Guillelmo y la libertad de la Machi Betiana Colhuan. Durante la jornada del 1 de junio hubo manifestaciones en Bariloche reclamando la libertad de las presas y la firma del acuerdo. En tanto circularon versiones alrededor de que Parques Nacionales no lo firmaría, pero después de ocho horas de reunión en la ex ESMA, finalmente se firmó.

Al salir algunos participantes de las comunidades declararon que no se iban totalmente conformes porque no era lo que habían ido a buscar, que era obtener como pueblo lo necesario para vivir. El acuerdo establece que el estado reconoce al Rewe como sitio sagrado para el pueblo Mapuche a fin de que la Machi Betiana Colhuan pueda establecerse allí y ejercer sus tareas espirituales y medicinales. Para eso se construirán tres casas (Rucas), para los pacientes, los colaboradores y para la propia Machi. Estará a cargo del estado nacional. Se otorgará permiso para usar el terreno para esos fines. El resto de la comunidad, en cambio, será relocalizada en otras tierras y eso se discutirá en la próxima reunión de la Mesa de Diálogo. La comunidad continuará con los trámites de inscripción. También se acordó que el Poder Ejecutivo podrá habilitar en los territorios de Mascardi diversas oficinas en lugares no colindantes con el Rewe.

Finalmente, las partes querellantes y la defensa de las imputadas presas en el juicio por usurpación se comprometen a presentar en el juzgado un acuerdo de conciliación antes del 9 de junio, según contempla el artículo 34 del Código Procesal Penal. El incumplimiento por parte de alguna de las partes implicará la caída del acuerdo conciliatorio. Intervendrán en la preparación del acuerdo el resto de los integrantes de la Mesa de Diálogo. Es una espada de Damocles sobre la cabeza de esta comunidad, para ´encuadrarla´ mediante el Código Penal.

Como se puede observar se trata de un acuerdo endeble. Por ejemplo, la pretensión de que las mismas fuerzas de seguridad del Ministerio Nacional que ejecutaron el desalojo en octubre garanticen la seguridad a los desalojados es absurda. Respecto de la libertad de las presas, que es el punto más reclamado, esto dependerá de un acuerdo conciliatorio entre el estado (Parques Nacionales) y la comunidad. En tanto las mapuches continúan privadas de su libertad, es obvio que el Estado y el juez a cargo serán quienes impongan las condiciones.

La comunidad Lafken Winkul sigue sin sus tierras para trabajar y vivir.

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