Exigimos la aparición con vida de Mónica Aquino

Escribe Vicky Medina

A un mes de la desaparición.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Mónica salió de su casa en barrio Varadero Sarsotti, al sur de la ciudad de Santa Fe, el viernes 5 de mayo pasado y no se volvió a saber de ella. Inmediatamente sus familiares radicaron la denuncia y salieron a buscarla a la par de la policía. Por el caso detuvieron a su pareja, quién ejercía violencia sobre ella y la obligaba a prostituirse; a su suegra y a un tercer hombre. Sin embargo, no hubo más avances en la causa. Las pistas falsas y los rastrillajes por el río y las islas cercanas al barrio no dieron frutos.

La desaparición de Mónica pone en evidencia la poca preparación de la policía de Santa Fe a la hora de investigar un caso que envuelve desde violencia de género hasta trata. Al cabo de un mes de ausencia de la mujer, los rastrillajes y allanamientos en su búsqueda han cesado. Su familia, en el medio del sufrimiento, ha salido a buscar a Mónica, siguiendo pistas anónimas y falsas. Organizados con los vecinos del barrio, hay piquetes cada uno o dos días en el Puente Carretero, que une Santa Fe con Santo Tomé, reclamando por su aparición y por una búsqueda efectiva.

El caso de Mónica se da en el escenario de un movimiento de la mujer fraccionado y orientado a las campañas electorales, como quedó demostrado en el 3J. Por un lado está la Asamblea Ni Una Menos, conformada por el PJ, PS, PCR, Amsafe y Sadop, entre otros sectores, que no irá en contra del gobierno provincial al que defiende y pertenece. Sin intenciones de denunciar la barbarie que atraviesa la vida de las mujeres trabajadoras, la marcha comenzó con la Asamblea NUM a la cabeza, mientras que, en una "columna independiente", le siguieron la Mesa NUM y los partidos de izquierda. Esta ruptura ya fue caracterizada en Política Obrera. Estos espacios y estas grandes instancias de lucha del movimiento de la mujer, como lo es el Ni Una Menos, debe servir para denunciar la responsabilidad del Estado en las desapariciones y los crímenes de mujeres, su complicidad y la poca capacidad a la hora de actuar en un caso de violencia.

Como lo demuestra la búsqueda de Mónica Aquino, las mujeres debemos organizarnos en los lugares de estudio y de trabajo, y en las barriadas. Somos las mujeres quienes sostenemos a nuestras familias y las ollas populares, quienes aguantamos día a día la lucha contra la crisis. Hay que permitir la apertura de instancias de deliberación donde se discuta como enfrentar las condiciones de vida que nos quiere imponer el régimen y salir, junto a nuestros compañeros, a enfrentarlo.

Solo la organización de las familias, allegados y vecinos va a encontrar justicia, dada la complicidad de la policía, la Justicia y el Estado con la explotación y trata.

Por la aparición con vida de Mónica Aquino. El Estado es responsable.

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