Sanatorios de la Providencia y Güemes: negligencia patronal

Escribe Gonzalo, Rosa Lux y Soledad D.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde el comienzo de la pandemia, los trabajadores de establecimientos de salud del sector privado se encargaron de denunciar que no estaban en mejores condiciones que los trabajadores de los hospitales públicos, debido a la falta de elementos de protección personal (EPP) y protocolos para resguardar a trabajadores y pacientes. Donde existen fueron conquistados con organización. Pero al día de hoy la situación de conjunto no se modificó.

Al menos 40 trabajadores del Sanatorio Providencia, del barrio de Balvanera, dieron positivo para COVID-19. No se descarta más casos una vez analizados los 200 test restantes, aún a la espera de su resultado. Esta situación fue advertida por sus propios trabajadores que denunciaron la falta de EPP y protocolos frente a la patronal que calificó los pedidos como “caprichos” y resultado de una “paranoia”. Lo ocurrido es resultado de la negligencia patronal.

ATSA Bs As es cómplice

La conducción de ATSA se hizo eco de lo sucedido, pero de manera tardía y muy alejada de los planteos de las bases, al punto en que el Sanatorio continuaba con normal funcionamiento horas después de la denuncia. Su titular, Héctor Daer, se limitó a “reclamar” a los organismos de estado en los medios de comunicación y declaró que “alguien tiene que actuar”, desconociendo deliberadamente (y a esta altura como provocación) que ese “alguien” ya está actuando y son los trabajadores que están haciendo una experiencia de organización a pesar de sus conducciones. Lejos de ser el motor de luchas a través de sus comisiones internas, hoy la “Celeste y Blanca” se encarga de contener cualquier planteo y actuar solo cuando las bases lo desbordan.

La situación tampoco se revierte en establecimientos que tienen como una de sus tareas el hisopado de pacientes con sospecha de COVID-19. En el Sanatorio Güemes, por ejemplo, sus trabajadores también debieron reclamar los EPP y, ante la negativa de la patronal, consiguieron mascaras faciales que fueron donadas por los trabajadores de la Cooperativa Gráfica MadyGraf. Pero aun así, denuncian la precariedad del resto de los elementos y la falta de organización por parte de la empresa que provoca que cada trabajador se exponga innecesariamente varias veces con los mismos pacientes sospechosos aumentando el riesgo de infección para ambos. También denuncian que las capacitaciones además de tardías fueron realizadas en principio por personal no profesional y de manera ineficiente y no presencial. Frente a todo esto, una vez más, la conducción de la “Celeste y Blanca” de ATSA de borró y se demuestra incapaz de exigir a la patronal el cumplimiento de mínimos protocolos. Por el contrario, la burocracia extorsiona a los trabajadores planteando que la preocupación en este momento es el sueldo y no las condiciones laborales y sanitarias. Nada muy diferente de lo que nos dice la patronal y muy alejado, en cambio, de las exigencias de las bases que no condicionan el salario a su salud.

Organizarse es vital

A la vista están las consecuencias y las patronales ya tomaron posición: su objetivo es quebrar el aislamiento y “reactivar” la economía a costa de nuestra salud. Pero ante tantos contagios confirmados los EPP y protocolos no son una opción para los trabajadores. Debemos continuar organizándonos exigiendo reducir al máximo el personal expuesto a través de home office cuando la tarea lo permita o de lo contrario reduciendo los turnos al máximo para defender el aislamiento y el cumplimiento estricto de protocolo de seguridad e higiene o la redacción de propios.

Pongamos en pie asambleas y conformemos comités para controlar su cumplimento y exigir el testeo masivo a todo el personal de salud, además de exigir el pase a planta de todo personal contratado. Reclamemos que el bono decretado por el gobierno sea para todos los trabajadores del gremio.

No somos descartables. Nuestros reclamos no son caprichos. La negativa de la patronal no solo atenta contra la salud de los trabajadores, sino que debilita el sistema sanitario encargado de contener la crisis.

Algunos gremios ya están pactando a espaldas de los trabajadores suspensiones y reducciones salariales y sectores como la UIA ya plantean medidas de fondo para precarizar aún más a los trabajadores, por ende, toda organización que logremos hoy será la base para enfrentar cualquier intento de reformas y atropellos contra la clase trabajadora.

Como ya demostraron decenas de establecimientos de todas las ramas, el motor de las iniciativas y conquistas que se están dando son producto de la unidad de todos los trabajadores y trabajadoras sin distinguir entre convenios y categorías.

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