Covid-19, tuberculosis, dengue, sarampión y glifosato

Escribe Lisandro Martínez y Omar Merino

Acerca de los trabajadores en el ferrocarril

Tiempo de lectura: 3 minutos

Los ferroviarios trabajamos siete días a la semana atendiendo o compartiendo, estaciones, andenes, secciones, talleres y el propio tren, junto a cientos de trabajadores y miles de usuarios que diariamente transitan por esos espacios. Así atendemos y convivimos con millones semanalmente.

Las tareas son de riesgo para la salud, el trabajo que se desenvuelve en el ferrocarril es insalubre, por lo que la primera medida a tomar es que la jornada sea de 6 horas.

El otoño es temporada de resfríos y gripes y además está instalada la emergencia sanitaria de la pandemia Covid-19 por lo que necesitamos medidas higiénicas profundas que sean la primera barrera que defienda nuestra salud.

Hay que disponer de controles médicos efectivos con postas sanitarias que recorran las líneas poniéndose a disposición de los obreros adelantándose a posibles brotes de tuberculosis, sarampión, dengue y otros cuadros, como el que padecen los obreros en Vía y Obra donde se fumiga con glifosato sin que haya exámenes médicos semestrales que determinen el estado de salud. No hay que naturalizar que venimos a trabajar a lugares precarizados con filtraciones en estaciones y depósitos, talleres inundables y cables colgantes en cortocircuitos. Que cumplir con las tareas no signifique enfermarse o accidentase gravemente.

En marzo se creó un “comité de crisis” entre el Ministerio de Transporte y La UF, La Fraternidad y Señaleros, para prevenir el contagio de conid-19 en el transporte terrestre, ferroviario y fluvial (www.infobae.com13/3/2020) y la primera medida fue un fraude ya que la Empresa Trenes Argentinos hizo limpiar con bactericida los molinetes de Constitución frente a las cámaras de TV. Allí el Dr. Claudio Zin en el canal A24 dijo que era una medida inútil limpiar con bactericidas y que para combatir el virus había que utilizar antivirales.

La cuarentena en el ferrocarril no ha estado dirigida a asegurar la defensa de la salud de los obreros ni asegurar “el inestimable capital de trabajo” que los ferroviarios representan como tal.

La defensa del derecho al trabajo y la salud depende de la organización de los obreros ferroviarios para eso hay que elegir los mejores representantes para instalar Comités de Seguridad e Higiene que recorran las instalaciones evaluando los sectores que inseguros o peligrosos para la integridad física de los compañeros o que carezcan de garantías sanitarias, esos enclaves deberán señalizarse y adecuarlos quitándoles toda peligrosidad.

Las medidas que necesitamos

En lugar de apretadas y apuradas que encargados y supervisores –instruidos por la jefatura- dispensan al personal que reclama por la falta de higiene general en cada lugar del ferrocarril, la iniciativa patronal es continuar las tareas en la mugre y la precariedad.

Lo primero y fundamental es volver a aplicar la Ley 19587/1972 sobre Higiene y Seguridad en el trabajo. La ley señala que la patronal debe disponer que el lugar de trabajo sea limpio, aireado e higiénico e impone otras determinaciones para cuidar la salud obrera e impedir accidentes laborales.

Los trabajadores ferroviarios hacen sus tareas en ámbitos superpoblados y allí existen condiciones para contraer cualquier enfermedad. Por lo tanto, hay que disponer medidas adecuadas a la preservación de la salud ante el peligro del Covid-19, gripe, tuberculosis, dengue, sarampión, glifosato y enfermedades infectocontagiosas.

Para ello será imprescindible la provisión en de suficientes elementos de aseo personal y secado de manos en los vestuarios, además de trabajadores destinados a mantener la higiene. En ese cuadro virtualmente infectocontagioso es urgente la construcción de vestuarios exclusivos para las trabajadoras ferroviarias.

Por otra parte, planteamos que, cuando los trabajadores consideren que están expuestos a riesgos “graves o inminentes” de peligro o contagio, informarán inmediatamente acerca de la existencia de riesgo para su salud. El trabajador, con solo el aviso oral al encargado o supervisor, interrumpirá su actividad. Al tomar esa determinación, ni los trabajadores ni sus representantes gremiales deberán sufrir perjuicio alguno.

Las tareas deben ser organizadas de forma de disminuir el número de trabajadores expuestos, estableciendo reglas para evitar el tipo de contacto de persona a persona. Asimismo, se debe disponer de medidas adecuadas para licenciar a trabajadoras/es que deban permanecer en su hogar al cuidado de sus hijos o mayores enfermos.

Para derrotar al Covid-19 en el ferrocarril hay que asegurar el bienestar físico de los compañeros con turnos de 6 horas, un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar de $70.000 y el ingreso a planta de un tercer turno cuyos integrantes sean seleccionados en primer término entre los familiares de los trabajadores del ferrocarril.

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