Escribe Silvia Alocatti (precandidata a legisladora CABA)
La organización y la lucha van marcando el camino.
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Los trabajadores del CeSAC N°47 del barrio Padre Mujica convocaron a una asamblea en la cancha del playón del barrio. Su objetivo es alertar a la población sobre la crítica situación que atraviesan desde hace dos meses, cuando se detectó la presencia de la bacteria escherichia coli en el Centro producto de la precaria conexión de agua. Además, la presión es baja debido a que comparten las instalaciones con un galpón donde se reúnen organizaciones sociales. Los trabajadores hicieron reclamos para que AySA pueda darles un servicio propio, y esperan que el Ministerio inicie las obras. Se trata de una situación de gravedad que visibiliza la crisis sanitaria. Resulta inaudito que un centro de salud comunitario, que es el ingreso al sistema sanitario, funcione en estas condiciones y se evalúe la posibilidad de su cierre.
Hace tres meses ocurrió algo similar en el CeSAC N°25 del mismo barrio, cuando los trabajadores denunciaron falta de seguridad.
La medida del subsecretario de Atención Primaria de CABA, Gabriel Battistella, de trasladar a los CeSAC de la órbita de los hospitales y áreas programáticas a una dirección de Atención Primaria en Salud, se ha traducido en las situaciones mencionadas, colocando a estos efectores de salud en una situación de precariedad ante la falta de inversión. Ya alertamos sobre las consecuencias que acarrearía este traspaso. La inseguridad del CeSAC N°25 y las situaciones de insalubridad por falta de agua del CeSAC N°47 son un claro efecto de esta política, que además tiene como objetivo privar de acceso a la salud pública a los sectores más vulnerados de la Ciudad. Las acciones de los trabajadores y vecinos del barrio Padre Mujica permitieron la reapertura del CeSAC N°25. Es el mismo camino que marca la asamblea: organización y lucha.