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El debate entre los cuatro contendientes a la gobernación de Santa Fe que se votará el próximo domingo ha pasado totalmente desapercibido. Para los medios, se trató de una discusión “moderada” (El Litoral, 04/09). Una observación singular en una provincia que ocupa los titulares del mundo por el narcotráfico.
El tema que ocupó el tiempo fue, precisamente, la violencia del narcotráfico –no la adicción mortal a las drogas de un sector considerable de la población. El PO oficial, por ejemplo, defiende e impulsa “el consumo recreativo”, lo cual significa legalizar el comercio e importación de las drogas. Maximiliano Pullaro, el candidato de JxC, gran vencedor de las PASO acusó al candidato del peronismo, Marcelo Lewandosky, de que 2022 fue el año en que se perpetró la mayor cantidad de homicidios. Lewandosky replicó que el problema tiene más de 15 años, lo cual involucra la gestión de Pullaro como Ministro de Seguridad entre 2015-2019. Pullaro tiene en su haber una cantidad de irregularidades. Entre otras, se le endilga haber armado los concursos de los ascensos policiales, nada menos que por Carolina Losada, su rival en las PASO del macrismo. Del ´episodio Traferri´, en cambio, nadie dijo nada. Al senador se le endilga nada menos que la formación y jefatura de una asociación ilícita dedicada al juego clandestino, con ramificaciones dentro del Estado, con la complicidad de policías y fiscales. La Legislatura Provincial rechazó el desafuero de Traferri porque temía un “efecto dominó” que afectara al resto de los legisladores. Pullaro ni siquiera atinó a traer el tema, una omisión deliberada. La crisis política desatada por renuncias de ministros y denuncias de complicidades, tampoco.
Es incuestionable que este escenario era un bocado de cardenal para un agitador socialista, que podría haber denunciado el entrelazamiento entre el negocio de la droga, los bancos y la Bolsa, para plantear la necesidad de terminar con el capitalismo y el régimen político que lo protege y establecer un gobierno de trabajadores. Era una gran oportunidad para denunciar la destrucción material y moral de la juventud trabajadora, con la complicidad de los otros tres disertantes. Esta voz tronante faltó en el debate, aunque se contaba con la presencia de Carla Deiana, del PO oficial. El compartimiento de los temas en la organización del debate tiene siempre el propósito de las grandes cuestiones se traten en forma tangencial.
En cuanto al tema económico, el oficialismo reivindicó al Estado provincial como promotor de pymes y del desarrollo tecnológico. Por su parte, Pullaro denunció las retenciones a la exportación. La burguesía litoraleña, que en 2019 optó por Perotti contra el socialismo y el Frente Progresista, se ha volcado hacia el armado radical-macrista, y lo hará en las generales también con los llamados libertarios.
Lewandosky no mencionó al actual gobernador, Omar Perotti, candidato en la lista de legisladores. Ni siquiera llamó a votarlo. Juntos Avancemos (Frente de Todos provincial) contiene múltiples fracturas. Perotti dijo que optaría sobre Milei contra Bullrich. En espejo, Pullaro manifestó que apoyaría a Milei si el balotaje fuese contra Massa.
Pullaro tampoco mencionó a Patricia Bullrich, que no ha cesado de perder intención de votos desde las PASO. El domingo, de todos modos, se espera una apabullante derrota del peronismo.
El candidato “libertario”, Edelvino Bodoira, utilizó sus minutos para destacar el estado de excepción que ha impuesto Bukele en San Salvador, y en atacar la educación sexual y derecho al aborto. Bodoira no ha sido “apadrinado” oficialmente por Milei, ni siquiera goza del nombre de La Libertad Avanza. Luego de las elecciones nacionales que Milei ganó en toda la provincia, decenas de listas han buscado usufructuar el fenómeno ultraderechista.
En cada una de sus intervenciones, el FIT-U atacó tanto a Pullaro como Perotti, y les atribuyó el progreso de Milei. Es la versión del “voto castigo”, que busca desautorizar algo fundamental –que Milei es una tentativa extrema de salida a una crisis imparable del capitalismo. Mejor un Pullaro o un Perotti que un Milei.
Deiana no hizo referencia a los candidatos del FIT-U a nivel provincial; cada grupo cuida su quinta. El PO también se desentendió de la candidatura presidencial de Myriam Bregman. Este boicot es obviamente funcional a la candidatura de Massa. Con estos métodos, el FIT-U es un signo negativo en la crisis y en las elecciones.
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