Pianelli dice que el Subte apoya a Massa sin convocar a una sola asamblea

En la primera reunión del cuerpo de delegados recientemente electo, la conducción del sindicato del Subte (AGTSyP) colocó a votación una declaración que llama a votar a Massa el próximo 19 de noviembre.

El texto asegura que fue aprobado por una “mayoría en el cuerpo de delegados” y sin fisuras en el Secretariado Ejecutivo, pero no da a conocer la posición de la “minoría”. Tampoco aclara que el voto de los delegados fue a título personal, porque ninguno concurrió con mandato de su sección de trabajo. En esas condiciones, solamente una treintena de delegados se pronunció como pedía la Directiva.

El texto señala que “no nos da lo mismo votar a Milei o en blanco cuando lo que está en pugna son nuestros derechos, nuestra educación, nuestra jubilación y tantas cosas más”. La cuestión es porqué asocia la defensa de derechos “y tantas cosas más” con Massa. Bajo el gobierno actual se produjo una de las mayores confiscaciones de salarios de la historia, así como un incremento descomunal del capital de las grandes compañías. El sindicato del Subte no ha visto reconocido su derecho a firmar convenios colectivos con la patronal. La precarización laboral avanzó por todas las vías –entre ellas, admitiendo una reforma laboral convenio por convenio-. El subte ha vivido esa precarización del modo más grave, pues hay que sumar el envenenamiento de trabajadores con asbesto. La declaración del grupo de Pianelli ofende la inteligencia de los trabajadores y es un aviso de que la lealtad a un eventual gobierno de Massa estará por encima de las reivindicaciones y derechos de los trabajadores. Massa pactó el reconocimiento de la victoria del macrista Jorge Macri, el próximo agresor a los trabajadores del subte, cuando correspondía una segunda vuelta electoral.

El texto de AGTSyP asegura que el voto a Massa, “no (significa) un cheque en blanco”. Pero Pianelli sabe que un gobierno de Massa será un vehículo del FMI, con una factura ‘salada’ –devaluación y tarifazos-, que tiene el apoyo de las asociaciones de bancos (que quieren cobrar las Leliq) y de la UIA (que quiere un mercado cautivo y una “reforma laboral”). El cheque de Massa no está en blanco; acaba de subir el precio de las naftas, ante un lock out patronal, con YPF incluida, y otorgado una jugosa reducción de impuestos a las petroleras. Lo que correspondía era rechazar a los dos candidatos patronales del balotaje, junto a un programa de reivindicaciones obreras. Esto es lo que defendimos en la reunión del cuerpo de delegados, sintetizado en el llamado a votar en blanco.

En el debate, los directivos de AGTSyP parangonaron a Argentina con la Alemania de 1933 y a Milei con Hitler. Para apoyar a Massa recurren a cualquier fantasía o sea que le otorgan un apoyo incondicional. Argentina no atraviesa una etapa de ofensiva política reaccionaria, sino un derrumbe capitalista hiperinflacionario. El bloque más fuerte de la derecha, JxC, se ha quebrado. Macri, que ha salido a copar a Milei, es un ex socio de Massa –y viceversa-. Aunque quisiera, Milei no puede ser un Hitler porque no está respaldado por una etapa política fascistizante ni por un movimiento de masas desclasadas. Probablemente se derrumbe como una creación artificial. Argentina se encuentra, como resultado del ajustazo que se anuncia, al borde de una crisis revolucionaria. En un mundo en guerra, dónde 4 conflictos bélicos tienen un hilo conductor. En esto no hay fisuras entre Massa y Milei, alineados con la OTAN.

En la misma reunión de cuerpo de delegados, la directiva anunció la presentación de un proyecto de ley nacional contra el asbesto, respaldado por algunos diputados de la CTA, dispuestos a conseguir un “consenso con otros bloques”. Veinte años atrás, los delegados del Subte impusieron ley de las seis horas, no con enjuagues parlamentarios, sino con una huelga general.

Política y sindicatos

La decisión de la directiva de AGTSyP ha generado un rechazo curioso del PTS y del aparato del PO. No se oponen al contenido de la declaración sino a que el sindicato viole la neutralidad política. La resolución “transgrede el principio de que un sindicato representa los intereses de todos los trabajadores, sin distinción de banderas, religiosas o ideológicas”, dice el aparato del PO; “divide”, dice el PTS; viola “la independencia política de los sindicatos”, dicen al unísono. En base a esta posición no presentaron al debate una propuesta política de voto, esquivando fijar posición por el voto en blanco. Concretamente, sin embargo, la neutralidad política de una organización obrera es reaccionaria. Para Marx y Lenin debían ser “escuelas de comunismo”.

En el caso del Subte, la directiva no convocó a los obreros a discutir el tema; les impuso su posición sin consulta ni debate. La unidad obrera la desarrolla la democracia sindical, no el silenciamiento político. Pero así como no presentaron su posición en la reunión de delegados, tampoco habían podido hacerlo en asambleas, porque la posición de estos grupos es esconder su posición, que es, como ocurre con Pianelli, el voto a Massa. Introducir el debate político en las asambleas sindicales daría un salto enorme al desarrollo político independiente y socialista de la clase obrera. Las únicas asambleas que aceptan estas dos organizaciones, son las que ellos mismos tutelan.

Lo que debemos reclamar en el subte es un verdadero debate político. Ese debate debe incluir la realización de asambleas en cada línea, y la publicación de las posiciones alternativas –las de mayoría y las de minoría-. El mismo camino debería adoptarse frente a la urgente agenda de reivindicaciones. Un amplio debate político reforzaría, en un número creciente de delegados y luchadores, la convicción de que la defensa de las reivindicaciones inmediatas del subte exigen una demarcación enérgica de los trabajadores, tanto de los Massa como de los Milei.

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