El aparato del PO, “un partido de combate”, judicializa los derechos democráticos de los trabajadores

Escribe Agustín Fernández

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Ante el paro general del próximo 24 de enero convocado por las centrales sindicales, Patricia Bullrich ha refrendado que llevará adelante el protocolo antipiquetes. La CGT lo ha aceptado sin chistar. La cúpula cegetista se ha reunido con las cabezas de seguridad del gobierno de CABA para que los manifestantes se ‘autorregulen’ a las disposiciones del protocolo.

Esta directiva ha llevado al aparato del Partido Obrero a presentar un amparo a los efectos de que se garantice la libertad de circulación. Aduce que el Ministerio de Seguridad carece de capacidades reglamentarias sobre derechos constitucionalmente reconocidos y que, por lo tanto, es un ataque al principio republicano de gobierno y la división de poderes. El aparato del PO solicita una cautelar para que el juez que entienda en el caso suspenda de inmediato la vigencia del protocolo hasta que se discuta y se resuelva la cuestión de fondo. El pasado 20 de diciembre, bajo argumentos muy similares, pero con otra etiqueta (un habeas corpus colectivo preventivo), el amparo fue rechazado por la Justicia.

¿Cómo es que una organización que se autorreivindica un “partido de combate" confiere al Poder Judicial la capacidad de arbitar acerca de una medida represiva, lo que supone el acatamiento de un fallo desfavorable? El amparo y la cautelar prueba que lejos de ser un partido de esas autodesignadas características, no es más que un aparato que se mueve en los entresijos del aparato del Estado en general.

En diversas entrevistas, los dirigentes de Política Obrera han denunciado que la burocracia de la CGT ha decidido no fletar el transporte para los manifestantes para no entrar en conflicto con el protocolo. Lo correcto hubiera sido proceder de manera inversa y armar caravanas de omnibuses y camiones para imponer en los hechos la vigencia de la democracia política. En 1965, cuando la Justicia ordenó el allanamiento de la sede de la UOM, en la calle Hipólito Yrigoyen al 3100, para imponer la intervención del sindicato, Augusto Timoteo Vandor procedió a electrificar el local y a convocar a los metalúrgicos de Capital a venir a defender el sindicato. La intervención al sindicato nunca tuvo lugar. Vandor era incuestionablmente un burócrata sindical, pero de combate, que por aquellos años no era todavía una contradicción en términos. Ni Belliboni ni Pitrola son Vandor, claro, pero tampoco se preocupan por disimular que no llegan a su altura.

El paro de mañana puede marcar un gran retroceso -otra contradicción impensada– si Bullrich impone su protocolo a los manifestantes y a la CGT. El derecho a la manifestación quedará constreñido a veredas y carriles, o sea que perderá su poder de confrontación con el Estado capitalista. Los partidos del FITU no han denunciado la ausencia de paro del transporte, decidida por la burocracia, que es un sabotaje claro a la huelga y hasta un anuncio de que la CGT quiere reducir los métodos de lucha a jornadas de 12 horas –pues una huelga indefinida o de varios días es incompatible con la autorización a la actividad del transporte. La ‘famosa’ y ‘poderosa’ CGT ha sido rebajada a la condición de una ONG por parte de un presidente que, más allá de un semicertificado electoral (ballotage), no ha exhibido ningún apoyo popular ni la capacidad de obtenerlo para su política de tierra arrasada con los salarios y las jubilaciones, y los derechos democráticos. Los otros partidos del FITU no han abierto la boca sobre este asunto, lo cual es una práctica arraigada en ese pseudo frente. ‘Hoy por mí, mañana por vos’.

Un partido de combate no se convierte en tal por que se ponga la etiqueta. Esa condición depende de las circunstancias históricas –un período de guerra civil– y de una estrategia –una política revolucionaria internacional. Esgrimir un diploma no es un requisito suficiente cuando todavía no se ha salido de la primaria. Sería un gran paso adelante el desarrollo, simplemente, de un partido obrero consciente que imprima una dirección socialista a la lucha de clase de los trabajadores.

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El sabotaje de la burocracia de la CGT al paro nacional y cómo lo combatimos Por Comité Editorial, 20/01/2024.

El funcionamiento del transporte es un sabotaje al paro del 24 Por Comité Editorial, 16/01/2024.

El 24, un paro de aparato Declaración de Política Obrera, 09/01/2024.

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Jorge Altamira en Letras del Paraná por FM Cambalache (21/01/2024) Publicado en el canal de YouTube de Política Obrera.

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