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El Gobierno de Javier Milei atraviesa el momento de mayor debilidad desde que asumió, hace tan solo 45 días. Una situación contradictoria, ya que, mientras consiguió dictamen para aprobar su Ley Ómnibus en el Congreso, lo hizo a costas de acuerdos muy precarios, principalmente con bloques del PJ, entre los que se encuentran los diputados salteños de Gustavo Sáenz, los tucumanos, los catamarqueños, entre otros. La debilidad de Milei radica justamente en acuerdos que no está dispuesto a cumplir. La postergación hasta el martes para la mega sesión representa un pantano, ya que, cada día que pasa, la solidez de sus acuerdos se desvanece.
En las últimas horas, Pichetto, uno de los "dialoguistas", para hacer pasar la mega Ley, anunció que se retira del debate y de las negociaciones. La crisis se precipita por la denuncia del bloque de legisladores de Carrió; el oficialismo está redactando un nuevo dictamen, a espaldas del ya votado en la comisión del Congreso, un delito grave, inclusive para ellos.
Las amenazas y extorsiones que derivaron en la expulsión de Ferraro del Gabinete, -el primero-, confirma la agonía del gobierno que acaba de asumir.
Salteño pa'lo que guste mandar
Sáenz, como fiel representante de los intereses de la burguesía con negocios en Salta (agroexportadores, capitales mineros, especuladores inmobiliarios, entre otros), aprovechó su visita a CABA para conversar en el programa de Alejandro Fantino, -quien parece cultivar una amistad con el Presidente-. Sáenz reiteró en la entrevista que "tiene toda la voluntad del mundo de acompañar, de ayudar” (“La cosa es así” 23/01/24). En diciembre pasado, luego de la primera reunión de Milei con gobernadores, Sáenz tomó el micrófono en la conferencia para decir: “vamos a acompañar lo que haya que acompañar” (InformateSalta 19/12/23). Así pues, ordenó a sus tres legisladores nacionales acompañar la Ley Ómnibus en la medida en la que elimina el cobro de retenciones a los productores regionales y no se afectan los subsidios a la producción de bioetanol, dos aspectos clave para los negocios azucareros de todo el norte.
No hicieron falta amenazas contra Sáenz, éste ya iba entregado. En el PJ local despierta desconfianza, aunque publicaron un comunicado contra la Ley de Bases y un llamado a los diputados a rechazarla, ninguno va a romper con Sáenz.
En un mes y medio de gobierno, las consecuencias del golpe de estado económico del gobierno contra el mundo del trabajo, se corroboran en la práctica. Los ingresos obreros se desplomaron. Tenemos en Argentina un 60 % de la masa de explotados debajo de los índices de pobreza, la situación se agravará con el impacto de los tarifazos, la tendencia hiperinflacionaria y una nueva devaluación.
Esto es lo que acompaña Sáenz, él desarrolla la misma política en su provincia con congelamiento de salarios, suspensión de todas las partidas presupuestarias para el año en curso; los hospitales suspendieron cirugías, se redujo el 50 % la carga horaria de centenares de trabajadores contratados, las salitas no tienen insumos, mientras la provincia atraviesa una nueva ola de contagios por covid. Según la Cámara de Comercio, el consumo entre diciembre y enero, cayó un 20 %.
En vísperas del paro del 24 de enero, convocado por la burocracia de la CGT, Sáenz cuestionó la medida de "inoportuna". Es el mismo que le reclamó a la docencia provincial "paciencia", mientras congela sus salarios en un contexto hiperinflacionario.
Las medidas de ajuste fiscal que lleva adelante el gobierno no atacan la gigantesca crisis financiera como resultado del pago de los vencimientos de la deuda con el FMI. Los sacrificios que reclaman a los trabajadores, no aseguran, la luz al final del túnel.
Mientras el círculo rojo de Milei discute la pertinencia de una posible derrota en el Congreso, el gobernador de Salta se enrola en las filas liberales como quién tiene solo un pasaje de ida a un destino incierto. Milei se encuentra en la disyuntiva de imponer una transformación reaccionaria y regresiva del conjunto de las relaciones sociales y de explotación en Argentina, sobre la base de una transición traumática y la destrucción del valor de la fuerza de trabajo, para abrir un nuevo curso al viejo régimen político agotado, sin condiciones políticas, ni legisladores para hacerlo. Si no lo logra, Milei no pasará la prueba y podría caer. Sáenz, y la burguesía que lo sostiene, se dan cuenta que no arriesgar esa carta significa enfrentar una tendencia cada vez mayor a la rebelión popular que pueda pasarlos por encima. El salteño se postula como capitán de un navío que sabe que puede naufragar, pero más que al naufragio le teme a la huelga general de la clase obrera.
Los trabajadores asistimos a un escenario de crisis de características excepcionales que anticipa grandes giros y contra giros en la situación, necesitamos nuestras propias herramientas de organización política, los escenarios de deliberación como las asambleas, las autoconvocatorias, mediante las cuales, coordinar nuestras medidas de acción. A los responsables de la tragedia social y económica debemos oponerles un programa que represente el interés vital; aumento del 100% de salarios, jubilaciones y asistencia social, indexación inmediata de los ingresos obreros atados a la inflación. Ante semejante crisis y bancarrota del régimen político, los trabajadores podemos abrir un nuevo rumbo.
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