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En los últimos tres días, Rosario ha asistido a una espiral de violencia, especialmente contra la población trabajadora. Dos taxistas fueron asesinados entre martes y miércoles; el jueves fue baleado un chofer de la línea K que se encuentra en grave estado. Horas más tarde, fue baleada la comisaria 15. Los asesinatos y balaceras impulsadas por las bandas narco han tomado un modus operandi novedoso, al haberse sumado el asesinato de personas ajenas a cualquier tipo de disputa por el negociado. Esto quedó de manifiesto con el asesinato de Jimy Altamirano, un joven asesinado en las inmediaciones del estadio de Newells. Los asesinatos a taxistas y choferes de colectivos no son nuevos, y se convierten en moneda corriente.
Estas balaceras están indisolublemente ligadas a la disputa entre el gobernador Pullaro y las bandas narco por el control de los barrios. Días atrás, el gobierno provincial, con el Ministro de Seguridad Pablo Cococcioni a la cabeza, había publicado fotos en las cuales se veía a un conjunto de presos sometidos a la “Bukele” en cárceles de la provincia. El ministro prometió “celeridad” y dijo que no hay “limites” en el trato con los reclusos; se refería a cortar las conexiones de los jefes presos con las bandas que siguen operando, con complicidad policial y política, en los barrios. La fantochada “bukelista” de Pullaro y el Ministro de Seguridad ha sido pagada por tres trabajadores, mientras la provincia cae en un pozo ciego de pobreza, desocupación y descomposición social sin precedentes.
El gran Rosario cataliza todos estos fenómenos de manera agravada; la complicidad policial, judicial y política ha ocupado un rol clave. En puertos privados y “zonas francas” el negocio de la droga mueve millones. La sucesión de renuncias y desplazamientos de jefes policiales, ministros de Seguridad y otros funcionarios del área se ha convertido en moneda corriente.
El Sindicato de Peones de Taxis convocó a un paro que fue levantado en el día de hoy a las 6 de la mañana. Los colectiveros por su lado han lanzado un paro mientras aguardan noticias por la salud de su compañero, en gravísimo estado tras recibir un tiro en el cráneo. Advertimos que con motivo de los asesinatos el estado provincial está preparando una enorme movilización de fuerzas federales y locales, y destacó que “ninguna medida puede ser excesiva”. En la noche de ayer, cientos de jóvenes denunciaron haber sido detenidos por diferentes fuerzas para ser “requisados” con el motivo de “averiguación de antecedentes”. La militarización de los barrios no ha tenido un efecto positivo, solo ha puesto con más claridad el entrelazamiento policial con las bandas narco.
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