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Mientras el país se sumerge entre las medidas de ajuste criminal del gobierno libertario, los comedores en los barrios populares aquí, en el Bajo Flores, como entre tantos barrios se encuentran en un desabastecimiento profundo. Cada día están más lejos las esperanzas de poder brindar un poco de comida a las familias, mismas que, para el gobierno de la libertad y de las redes sociales, son fantasmas... en todo caso, en la Argentina de Milei, hasta los fantasmas tienen hambre.
El vocero presidencial Manuel Adorni confirmó la retención de más de 5 millones de kilos de alimentos sin entregar, encerrados en los galpones del ex Ministerio de Desarrollo Social y trató de justificar la desidia de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello. Los alimentos quedaron guardados hasta el grado de que una parte está al límite de su vencimiento y putrefacción.
En un país con más de la mitad de la población sumergida bajo la línea de pobreza y con sueldos de miseria que comprimen diariamente el bolsillo de los trabajadores, son los desocupados y sus familias quienes están sufriendo el impacto principal del ajuste violento del gobierno para salvar la deuda pública. Está medida de crueldad demuestra que, para el gobierno de Milei y sus ministros liberales y macristas, no es importante el hambre de las familias carenciadas. Tampoco el sufrimiento e impotencia de quienes intentan sostener los comedores a como dé lugar y son quienes ven la tristeza directamente en los ojos de la gente que se quedó sin su alimento.
Según los informes, estos 5 millones de kilos de alimentos están guardados desde diciembre del año pasado (6 meses actualmente). Mientras tanto el gobierno pone oídos sordos a los reclamos de los trabajadores de comedores y merenderos comunitarios que salen a reclamar el abastecimiento de alimentos, pero a cambio reciben denuncias judiciales donde afirman que dichos comedores "no existen" o, como los definen despectivamente son: "comedores fantasmas", cuando hace 6 meses que no llega un grano de arroz a ninguno.
Bajo esta situación de urgencia alimentaria y después de privar inclusive hasta el pan dulce navideño a las familias que asisten a los comedores y merenderos en diciembre del año pasado, el gobierno se desentiende y tira la cuestión a la gestión anterior de los alimentos que se les están venciendo en su propia gestión. Seguramente cuándo, tras orden judicial, empiecen la distribución forzosa de estos productos a sus allegados, empezarán a aludir con exquisitos infundios, qué el pan dulce sabe mejor en el otoño de mayo.
Mientras tanto el gabinete del gobierno elude la situación de emergencia laboral, desempleo creciente y el caos económico que está detrás de la multitud de reclamos de los últimos días en distintos sectores del país, como los muestran las medidas de protesta y la rebelión popular en la provincia de Misiones.
La ministra de Capital Humano Sandra Pettovello y su armado mediático persisten en la persecución en contra de dirigentes de organizaciones sociales con allanamientos domiciliarios y aludiendo a supuestos actos de corrupción considerados inconsistentes hasta por el mismo juez.
Mientras tanto, el presidente es "líder mundial en empobrecimiento récord", de un país qué vio con estupor, cómo el mesiánico del libertinaje en el Luna Park continuó degradando el encanto de los grandes clásicos del rock.