Universidad de Rosario: la marcha del 22 de mayo y los desafíos del movimiento estudiantil

Escribe Guillermo Toledo

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En la tarde-noche del miércoles 22 de mayo, desde la Facultad de Ingeniería hasta la Plaza 25 de Mayo, nos movilizamos miles de estudiantes y docentes en la marcha federal de antorchas, en defensa del presupuesto universitario y contra la Ley Bases, encabezados por el sindicato COAD de docentes e investigadores de la UNR.

Uno de los datos relevantes fue que esta marcha federal del 22 no logró sostener la numerosísima concurrencia que la histórica del 23 de abril último, e incluso fue menos difundida mediáticamente.

Esto se debe principalmente a que, en las horas previas a la movilización, brillaron por su ausencia las convocatorias por parte de las direcciones de los centros de estudiantes y la FUR dirigidos por la Franja Morada (los radicales) que responden al rector Bartolacci, así como el conjunto de las gestiones y centros de estudiantes dirigidos por el peronismo y la centroizquierda. Han jugado a desmovilizar al movimiento estudiantil; no hubo una sola asamblea convocando y organizando a los estudiantes por parte de estos sectores. La FUR directamente no participó de la movilización.

Esto demuestra que no son gratuitos los acuerdos políticos que tienen sus diputados y senadores con el gobierno nacional, y que están negociando y votando la Ley Bases en el Congreso. Quedó demostrado con la habilitación del presupuesto a la UBA cuando el vicerrector radical Yacobitti dio los votos de sus diputados para la media sanción de la Ley Bases.

Para esta ocasión bastó solo con la voz de Adorni anunciando el otorgamiento al resto de las universidades del presupuesto de gastos de funcionamiento, que todavía estaría en tratativas. Ese 5% del presupuesto total fue anunciado por el rector Bartolacci como el que “nos daría el oxígeno suficiente para poder llegar a fin de año sin lesionar las actividades básicas y el funcionamiento de las universidades” (La Capital, 22/5).

El rector, los decanos y las direcciones estudiantiles que lo cubren, por más demagogia que hagan llenándose la boca de universidad pública, han obtenido el oxígeno que necesitan para continuar con los negociados de privatización educativa que vienen llevando adelante con la Ley de Educación Superior menemista. Un proceso de larga data de privatización contenidos de grados gratuitos pasados a posgrados pagos; el ingreso de las empresas al interior de la Universidad y del CONICET, como la transgénica Bioceres, entre otras; los cientos de convenios de pasantías de precarización estudiantil con empresas y el estado municipal y provincial. Han construido una enorme caja de negociados privatistas, que expulsa a miles de trabajadores y estudiantes por cuatrimestre, y que van a seguir su curso más que nunca con el gobierno del libre mercado que les plantea Milei y su Ley de Bases.

Por esto es más necesario que nunca defender el 100% del presupuesto para las universidades públicas, para terminar con la asfixia a la que nos llevan estas políticas expulsivas, que arruina el salario docente, la política de becas y de infraestructura.

Desde Política Obrera promovemos una amplia lucha en todas las facultades, junto a un activismo que comienza a perfilarse como el elemento más dinámico.

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