Gasoductos y oleoductos en Río Negro

Escribe Elena Florín

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YPF estudia la construcción de una planta de exportación de Gas Natural Licuado en Río Negro.

La obra, sin embargo, está condicionada a la aprobación del RIGI -Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones-, contenido en la ley Bases. “Sin RIGI no hay GNL”, dice Horacio Marín, presidente de YPF. Entre junio y julio debería definirse si será Buenos Aires o Río Negro la “beneficiada” con el asentamiento. El gobernador rionegrino, Alberto Weretilnek, anticipó que su bancada de senadores votará a favor de la Ley Bases. Petronas, la compañía petrolera de Malasia es socia de YPF en este proyecto. Marín viaja a Kuala Lumpur con la elección de Punta Colorada en la mano.

Para la construcción del puerto en Punta Colorada, en el golfo de San Matías, YPF logró la derogación de la ley 3308 que prohibía la prospección, explotación y extracción petrolífera en el golfo de San Matías. En Punta Colorada se construiría el puerto de aguas profundas para la exportación de petróleo proveniente de Vaca Muerta. Ahí llegaría el Oleoducto Vaca Muerta Sur, del que recientemente se anunció el comienzo de la construcción de los primeros 130 kilómetros. Tanto la derogación de la ley 3308 como la construcción de los oleoductos son repudiados por el movimiento ambientalista patagónico.

El proyecto GNL Argentina implica el uso de buques licuofactores que enfrían el gas a -161 grados para comprimirlo y que ocupe seiscientas veces menos de lugar (el gas metano pasa a estado líquido) y, de ese modo, posibilitar su transporte por mar. La provisión de esos buques sería el aporte inicial de Petronas al proyecto. Luego vendría la construcción de la planta de licuefacción en tierra, prevista para 2031, y de los gasoductos que transportan el gas desde Vaca Muerta al puerto de salida.

Mientras se proyectan hasta 30.000 millones de dólares por la exportación energética a partir del Proyecto GNL Argentina, hace unos días se anunció que el gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado con bombos y platillos durante la última campaña electoral, funciona a un 50% de su capacidad. Eso se debe a que no se construyeron las tres plantas compresoras que estaban previstas por el freno de la obra pública, y por ese motivo el gasoducto no transporta el caudal previsto. Esto por otra parte redunda en mayores gastos, debido a la necesidad de importación de gas. Enarsa compró a Brasil un cargamento de 44 millones de metros cúbicos y espera comprar ocho barcos más de 56 millones de metros cúbicos. El gasoducto Néstor Kirchner prometía un ahorro considerable ya que distribuiría gas nacional de Vaca Muerta, más económico que el importado, a todo el norte del país. El fracaso de los proyectos energéticos responde a contradicciones insalvables del programa oficial.

La decisión del gobierno nacional de cortar el gas a la industria para responder a la demanda domiciliaria revela la ineptitud para planificar y resolver problemas fundamentales del país.

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Milei, Caputo y la crisis del gas Por Luciana Diaz, 30/05/2024.

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