Balance de las movilizaciones por Ni Una Menos

Escribe Alejandra del Castillo

Tiempo de lectura: 2 minutos

Como parte de la agenda del movimiento de mujeres, este 3 de junio se realizó la movilización por el 9° "Ni Una Menos". El femicidio de Chiara Páez, de apenas 14 años, a manos de su novio, también adolescente, en una localidad al interior de Santa Fe, fue la gota que disparó la indignación en el país nueve años atrás, dando lugar a una movilización masiva bajo esta consigna.

Las movilizaciones durante todos estos años, además de levantar la denuncia de los femicidios y travesticidios y la responsabilidad del Estado, fueron sumando denuncias sobre el cuadro de explotación y opresión y los atropellos que sufrimos las mujeres en el contexto de la descomposición capitalista. Fruto de una lucha política se instaló la responsabilidad del Estado aunque con perspectivas contradictorias. Las corrientes feministas reclaman la presencia del Estado a través de políticas de género y las socialistas que planteamos la necesidad de luchar por nuestros derechos pero señalando el carácter irreconciliable de nuestras aspiraciones con el régimen y Estado capitalista.

Este 3 de junio tuvo la particularidad de que las consignas principales estuvieron centradas en la política de ataque brutal del gobierno libertario sobre la clase trabajadora y sus mayores consecuencias sobre las mujeres y disidencias. El problema del hambre y la negativa del gobierno a entregar los alimentos, sumada la persecución a las organizaciones de desocupados, fue central en la mayoría de las convocatorias. El rechazo a la ley Bases y el DNU fue otro aspecto que estuvo entre las principales consignas. El retroceso histórico que implicarán la reforma laboral, como la eliminación de las indemnizaciones y la ultraprecarización a la que nos pretenden llevar, y la reforma previsional impedirán que nueve de cada 10 mujeres puedan jubilarse. El Fuera Milei ganó los cantos e, incluso en algunas convocatorias como Tucumán, estuvo presente entre las consignas.

En este cuadro de agravamiento de la miseria los femicidios no se detienen y los crímenes de odio crecen. La masacre de Barracas donde perdieron la vida tres lesbianas y otra quedó con graves secuelas, luego que un vecino prendiera fuego a la habitación del conventillo precario que alquilaban, mostró nuevamente la cadena de violencias que sufren las mujeres y disidencias que tienen su expresión final en los lesbicidios, los femicidios y travesticidios. La responsabilidad del Estado se manifiesta con mayor crudeza cuando desde el gobierno se atacan nuestros derechos y se plantea “la violencia no tiene género”. El reclamo de justicia por Pamela, Andrea, Mercedes y Sofía y todas las víctimas también se hizo sentir.

Si bien las movilizaciones, en general, tuvieron menores dimensiones evidencian que hay una voluntad de lucha del movimiento de mujeres y que los reclamos que se levantaron este 3 junio se enlazan con el programa de la clase obrera en esta etapa política. Lo que falta es abrir un curso de acción independiente de la burocracia sindical y de los partidos del régimen, los grandes ausentes en la jornada salvo delegaciones en cierta medida autoconvocados de estos aparatos, y la coordinación con las distintas expresiones de lucha de la clase obrera en la perspectiva de la huelga general para echar al gobierno liberticida.

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