Terciarios: la reforma del Régimen Académico Marco, expulsiva e inconsulta

La reforma del Régimen Académico Marco (RAM) se da en un contexto de crisis y ajuste económico, donde los estudiantes deben trabajar más horas para poder solventar sus gastos personales, familiares y de estudio.

La profesión docente es una de las golpeadas por el ajuste, el gobierno nacional le ha quitado el 10% que representaba el FONID, sumado a la imposición de paritarias por debajo de la inflación por parte del gobierno de Kicillof y las patronales de la escuela privada, con la complicidad de los sindicatos docentes (SUTEBA y Sadop) que lo permiten. La principal causa de la deserción en el nivel superior es dado por la crisis económica y el empobrecimiento social.

Analizando el RAM nos encontramos con varios apartados.

“Consulta exprés”

La consulta fue exprés. No hubo ningún representante estudiantil y docente que participara en la elaboración del nuevo RAM. La “consulta”, por lo tanto, es un medio para justificar una participación que no fue tal.

Virtualidad sin recursos

El nuevo RAM propone la implementación de la virtualidad como modalidad híbrida de cursada. La intención es adaptar la educación a los nuevos tiempos de trabajo, por lo tanto, se propone un 30% de virtualidad sincrónica, pero también propone la posibilidad de que se dicten materias con un total de 49% de cursada asincrónica, si se presenta una Propuesta Pedagógica Digital (PPD). En el caso de los profesorados técnicos puede ser del 70% la virtualidad asincrónica. Esta cursada asincrónica es ningún momento podrá ser sincrónica, el estudiante solo deberá abocar su actividad a realizar actividades virtuales.

En ninguna de las modalidades virtuales el RAM dice que el Estado se vaya a hacer cargo de la conectividad y las computadoras para los estudiantes. Tampoco habla de un plan de infraestructura que prepare a los institutos para brindar recursos tecnológicos para poder dictar esa modalidad de clase. Por lo tanto, responsabiliza al estudiante de poder acceder a la cursada. En lo que se refiere a la cuestión pedagógica, es conocido que el formato virtual rompe con el vínculo entre estudiantes y docentes, además de que el docente puede quedar como un simple facilitador de las tareas.

Exámenes médicos

Entre los documentos que se solicitan para acceder al nivel superior está el apto médico y fonoaudiológico. Ahora se le incluyen dos aptos más, el apto psicológico y odontológico. El argumento es que la ciudadanía haga valer su derecho a la salud. En un momento donde los hospitales públicos están colapsados y la salud privada es impagable, esta medida termina siendo excluyente para el estudiante.

Faltas, promoción y finales

A lo que refiere al Régimen de Faltas, el nuevo régimen no modifica los porcentajes de las faltas, pero le quita al Consejo Académico Institucional (CAI) la potestad de poder reducir el límite de las faltas a los estudiantes que se han quedado libres. De nuevo, le quita al estudiante que, por distintos motivos se ha quedado libre, poder retomar su cursada.

En el caso de los exámenes, el nuevo RAM elimina los 15 llamados, que son cinco años, a ocho llamados, que equivale a 2,5 años para rendir un final. Los profesorados son anuales, por lo tanto, los tiempos de cursada y de preparación son distintos a una universidad: perder un final o una materia por quedarse libre, lleva a que el estudiante deba recursar todo un año.

La frutilla del postre para aceptar estos cambios es que ahora las materias son promocionales. Lo cual tampoco es cierto: solo se ha quitado la instancia de que el 30% de las materias de cada año podrían ser promocionales. Ahora depende de las propias cátedras resolver si son promocionales o continúan con la modalidad final.

“Identidad bonaerense”

En la fundamentación se habla de la creación de una identidad en el nivel superior, pero no se coloca en ningún lugar la necesidad de un espacio propio. Es sabido que hay montones de institutos sin un edificio propio, y que tienen sus carreras dispersas en distintas sedes. No solo representa la imposibilidad de crear una identidad propia, sino que también representa una sobrecarga laboral tanto para los directivos y los preceptores, como además un costo en viaje para los docentes.

Estudiante itinerante

El estudiante itinerante es la segunda frutillita del postre: al estudiante se le presenta la posibilidad de rendir un 30% de su cursada en otro instituto. Lo que logra la DGyE con esta modalidad es no ofrecer una mayor oferta académica en los institutos, ya que esto le conlleva tener que cumplir con la creación de los edificios o abrir nuevas sedes/anexos. Este tipo de modalidad también representa una mayor sobrecarga laboral para el equipo directivo, el cual, sin ningún recurso para efectivizar el trabajo administrativo, deberá controlar quiénes son los estudiantes itinerantes matriculados en su instituto y cuales no están matriculados en el suyo.

Ciclo Cerrado

El nuevo RAM incluye el como accionar ante un ciclo cerrado, por lo cual hace pensar que la PBA puede estar pensando en cerrar aquellas carreras que no tienen la cantidad de inscriptos necesarios para continuar abiertos.

Conclusiones

El querer aprobar de forma express un régimen académico, muestra que posee fuertes puntos débiles que deben ser sumamente debatidos por los docentes y estudiantes. El régimen actual no se condice con la realidad que tienen los estudiantes. El gobierno busca solucionar los problemas de la deserción con una mayor virtualidad, la cual excluye porque no brinda ningún recurso al estudiante para poder cursar virtual. A esto se le suma la reducción de los llamados y la posibilidad de no quedar libre. Le pide más estudios médicos para continuar su cursada u obtener su título.

El Estado y por lo tanto su gobierno con este nuevo RAM hace responsable al estudiante de su rendimiento académico, además de generar una mayor sobrecarga laboral en el equipo directivos, secretarios y preceptores.

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