Discurso de cierre del congreso de Política Obrera (30/6/2024)

Escribe Jorge Altamira

Tiempo de lectura: 15 minutos

Compañeros, espero que el próximo Congreso se realice en una estación más templada que esta, porque realmente hace mucho frío…

El desarrollo del Congreso ha demostrado el acierto de la convocatoria. Nos ha permitido observar más de cerca cuál es el panorama de la lucha de clases en la Argentina e inclusive a nivel internacional. Es decir, las exposiciones que hubo sobre los frentes a lo largo del Congreso, así como las dificultades que fueron clarificadas en el debate, han permitido a un oyente atento descubrir problemas acerca del panorama del país y del panorama de nosotros mismos, cuál es el cuadro de situación real. Pero el Congreso también mostró un rasgo que es importante atender. Por ejemplo, no ha habido una discusión suficiente en el período previo al Congreso. Hubo que escribir un texto sobre una falta de contenido de la discusión. En un solo caso, se discutió acerca de la incompatibilidad del fascismo con el liberalismo económico; es un tema que no está cerrado. Es todo un tema por qué no hay una discusión suficiente. ¿Cómo se hace para discutir sobre por qué no se discute? Mostrando lo que la falta de discusión está ocultando. Recién ahora, en el Congreso hay críticas, observaciones y discusión. Esto debería ser habitual, un método. No es propio de un partido militante la improvisación de las críticas, en especial, porque hubo dos meses para desarrollarlas. Las resoluciones que se busca aprobar por el Congreso deben venir por escrito. Es importante observarlo porque el peor de los defectos que podemos tener es colocarnos en el plano más alto de la política revolucionaria y amonestar a los demás partidos políticos porque son democratizantes, etc., y no desarrollar por escrito o en minutas de las reuniones las posiciones de cada compañero. El trabajo colectivo consiste precisamente en acompañar las elaboraciones sobre todos los problemas, que son problemas vastos.

Por ejemplo, una compañera delegada señaló la dificultad de poder explicar en forma sencilla lo que es o parece muy complejo. Nosotros, sin embargo, sacamos una declaración política cada quince días, donde resumimos nuestros planteos en dos mil o tres mil espacios, y en el título concentramos la idea fundamental de la declaración. Tenemos que valernos de esa declaración para explicarnos, o señalar sus defectos. En una ocasión fue señalado que nuestra caracterización de los paros aislados de la CGT, en el título, era desmoralizadora. Un debate muy importante. ¿Por qué fue un debate importante? Porque el paro fue políticamente un fracaso y si nosotros decíamos, como dijeron todos los demás, que había sido un éxito, le estábamos vendiendo gato por liebre a los trabajadores, que los mismos trabajadores no tendrían dificultad en admitir. Entonces dijimos las cosas como son, que es el deber de todo militante. Pero sin una activa participación política en la vida del partido, interna y externa, no se puede construir una comprensión común de los problemas, ni explicar las cuestiones políticas con sencillez. La vida de los círculos debe estar dominada por la caracterización de los procesos en los que interviene y por las conclusiones prácticas que se derivan de esa caracterización.

Un examen de las intervenciones en el Congreso nos lleva a concluir que habrá una aceleración de los conflictos sociales y, en definitiva, políticos. Esa impresión, que es de todos los compañeros que están metidos en la lucha, está dada también por un análisis político, porque luego de aprobar la Ley Bases, el Gobierno dice bueno, si no le damos con todo ahora a nuestra política, vamos a un fracaso y a una derrota. Ahora tiene todos los instrumentos. Por ejemplo, hubo un señalamiento aquí de que en Avellaneda, Techint, la que armó los caños del gasoducto, realizó 200 despidos. Tenemos el agravamiento de la situación en las siderúrgicas, las advertencias sobre cesantías en el INTI y los despidos masivos en reparticiones y empresas del Estado. Esto es más amplio que las menciones que se hicieron acá, pero esas menciones nos advierten sobre una situación extremadamente importante y, al advertirnos sobre esa situación importante, también nos advierten sobre la insuficiencia de nuestra política.

En una asamblea en Fate, frente a los despidos, una lista del sindicato planteó la huelga general. El planteo de una huelga general debe apoyarse en un caracterización y debe seguir un método. Tiene que ofrecer un método para la victoria de la huelga. En primer lugar, la patronal tiene más resistencia para enfrentar la huelga, por la caída de la producción y, probablemente, una caída de las ventas. En segundo lugar, la disposición del Gobierno a reprimir ahora tiene el apoyo explícito del Congreso, con la sanción de la Ley Bases y la reforma laboral. Patricia Bullrich ha creado una fuerza de movilización rápida para reprimir huelgas. Quiere decir que la huelga tiene que ser con piquetes debidamente organizados. Una huelga con piquetes, bajo este gobierno, será un escenario de guerra civil. Ahora bien, un sindicato que se apresta (si se aprestara) a una guerra civil bajo el gobierno de Milei, no puede pelear en una sola fábrica, tiene que ganar la adhesión de otras fábricas y conglomerados obreros, más allá de Bridgestone y Pirelli. Entonces, tiene que preparar a los cuadros en Bridgestone y en Pirelli, o sea, al aparato sindical de Bridgestone y Pirelli, es decir, a las comisiones de seccionales de Merlo y de Llavallol, para desarrollar la conciencia y la organización para esa huelga. El otro aspecto de la cuestión es que, en este desarrollo, tiene que impulsar una solidaridad nacional. Tiene que convocar, por de pronto, al sindicato aceitero, que cada vez que para declara una huelga indefinida. Tendrá que convocar a ATE y tendrá que convocar a otros sindicatos en conflicto; no estoy hablando de la CGT, que ya ha dicho que se va a limitar a una apelación judicial o eventualmente a un paro aislado y distante. Debemos llamar a los sindicatos que están en conflicto a conformar un frente de lucha común, e incluso, a integrar en ese escenario de lucha a sindicatos seccionales de la siderurgia o el sindicato del subte o los SUTEBA multicolores. Nosotros, en esta etapa de aceleración de la ofensiva patronal y estatal, tenemos esta política. Una política que hay que explicar y agitar; por ejemplo, a favor de un plenario nacional de sindicatos y seccionales en conflicto o en lucha. Plantearlo, por ejemplo, en el SUTNA, en Aceiteros, en Villa, en el cuerpo de delegados del Subte, en Scania-Tucumán, en bancarios. Con esta política o estrategia planteamos la ocupación de fábrica en respuesta a despidos masivos. Nuestra posición sería: llevemos adelante la ocupación porque no alcanza la huelga si la fábrica está en recesión y tiene stocks. El programa es el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, la apertura de los libros, el rechazo al impuesto a la cuarta categoría, en fin, las consignas de transición en una crisis capitalista larga y de envergadura.

Esta es la propuesta que debemos plantear con inteligencia en una declaración política del partido. Tenemos que actuar enseguida frente a estos desafíos. Esto empieza mañana. Tenemos que tomar una disposición para estar mañana al pie del cañón con Fate y también en el INTI, donde está en marcha una limpieza enorme de personal, lo cual nos lleva a un problema fundamental: un partido revolucionario orienta y se delimita por medio de una orientación, no por medio de disputas faccionales en torno a cuestiones aleatorias.

Nadie que quiere luchar y vencer puede privarse de aliados, por parciales y momentáneos que sean, y caer en el doctrinarismo y el sermoneo. Entonces el partido que no hace política y que hace de la delimitación el encierro sobre sí mismo no puede abrir un camino a las masas.

Junto a Fate, el SUTNA, el INTI, otra tarea urgente tiene que ver con Acindar y Villa Constitución. Una reivindicación que no está presente en lo que nosotros planteamos es un plan de obras públicas y un ataque a Milei por el cierre o el freno de las obras públicas, pues uno de los sectores de mayor demanda de la industria siderúrgica es la obra pública, es la construcción. En los programas de la Cuarta Internacional siempre ha figurado un plan de obras públicas, sobre la base de la lucha de clases, para contrarrestar la desocupación y los despidos. Además, tiene una ventaja pedagógica: ocupamos las fábricas para que haya obras públicas y se combata la desocupación masiva. Es un planteo útil para los obreros no especializados. Nosotros no somos extremistas, el extremismo es una enfermedad infantil del comunismo, nosotros desarrollamos un planteo de conjunto para situaciones concretas. Con un planteo de ese tipo, los compañeros de Santa Fe y de Rosario tienen que formar una brigada y organizar una actividad sistemática en Villa Constitución, San Nicolás, Campana. Tenemos una presencia importante de compañeros nuestros extremadamente luchadores, que han organizado una agrupación y que defienden un programa; con otras características lo mismo ocurre en Campana. La peculiaridad de esta lucha es que afecta a comunidades enteras, es decir, afecta al conjunto de la ciudad. Acindar no es cualquier empresa y Villa Constitución no es la ciudad de Buenos Aires. Una de las tareas que tenemos como partido es organizar una agitación política en la población de Villa Constitución. Por ejemplo, nuestros compañeros de Rosario podrían hacer una agitación semanal en plazas y colegios de Villa. Reparten el periódico, reparten los volantes y tratan de acercar y reclutar a quien se interese por nuestras posiciones, no importa la clase social a la que pertenezca, si es un estudiante secundario o terciario, porque son parte integral de una lucha.

La delimitación de la burocracia de la UOM, como la de otras burocracias, está dada por la orientación. Y acá viene un tema que quiero que quede grabado: en el Encuentro que se hizo en la plaza del Congreso convocado por el FIT-U y otros, nosotros nos dimos un método: presentar un documento a la discusión, en lugar de discutir y discrepar con los que presentarían los democratizantes. Política Obrera no se define por oposición, sino que vamos a forzar a que critiquen lo que nosotros planteamos. Entonces, fuimos con nuestro programa. Es decir que el debate era en torno a nuestra posición y la delimitación se iba a producir de esta manera. Quiero señalar un punto fundamental: si la iniciativa histórica tiene algún sentido y no son palabras que se repiten porque suenan bien, significa que un partido revolucionario, por pequeñísimo que sea, de cuatro personas, tiene que tomar la iniciativa porque es el único que puede desarrollar una iniciativa histórica. El otro partido es diez veces más grande, mil veces más grande, pero no puede tomar una iniciativa estratégica, no sale de la maniobra. Y ¿cómo hacen cuatro personas para tomar la iniciativa histórica? Van y presentan su iniciativa. Es un problema metodológico que, si no se supera, no vamos a reclutar y no vamos a crecer. La iniciativa se manifiesta en el contenido de la agitación política sobre todas las clases sociales porque es una lucha contra el Estado, contra el Estado capitalista, Para nosotros sería muy importante que hubiera jóvenes secundarios ligados a nosotros en Villa Constitución. Nosotros fuimos en una época dirección del Colegio Nacional de Buenos Aires, dirección del colegio Pellegrini, dirección del Joaquín V. González, ¿por qué no podemos ganar la dirección de escuelas en Villa Constitución? Y en la misma Villa Constitución tuvimos un reclutamiento muy grande en el pasado. Fue cuando el PTS se ensañó en forma vil, personal, misógina, estos feministas del PTS, contra una compañera nuestra que era madre sola y se tenía que encargar de todo y era valiente como la puta madre. Así que cuando se trataba de luchar contra nosotros, el PTS no era feminista, era misógino, por el ensañamiento que tuvo con esta compañera.

Villa Constitución es un centro de conflicto agudo. En la variante menos explosiva, la población de Villa Constitución va a sufrir un gran retroceso social. La calidad de nuestro trabajo político-sindical es incuestionable, pero nosotros tenemos que contribuir al desarrollo de esa actividad, como partido.

En el cierre del debate sobre la situación nacional se señalaron una cantidad de asuntos que va a tratar el Comité Nacional. Después que son resueltos, que se ponen en marcha, pero el tema es que todo el partido se declare en estado de iniciativa; la situación histórica de Argentina es explosiva. Les cuento una anécdota porque este punto es decisivo. Adivinen: ¿cuál fue la primera tarea que hicimos en Política Obrera cuando se fundó? Dijimos vamos a las fábricas, etcétera, pero nos adaptamos a las circunstancias, y ¿cuál fue esa circunstancia? Se presentó una inmensa inundación en Buenos Aires y fuimos a intervenir en los barrios, a ayudar a la gente a superar la inundación y a formar comités en los barrios contra la inundación. Estoy orgullosísimo de eso, porque nuestros manifiestos iniciales proclamaban la revolución mundial, pero, ante una inundación que era el problema del momento, ya teníamos un programa de transición. Éramos exactamente siete. Por eso insisto mucho en esto. No hay ningún bloqueo a la hora de tomar la iniciativa, salvo, claro, nuestras propias limitaciones. El mismo Lenin dice, en el ¿Qué hacer?, somos un pequeño grupo, un pequeñísimo grupo al cual atacan de todos lados… ¿Cómo pudieron llevar una revolución a su conclusión victoriosa? Porque desarrollaron, en todo momento, una iniciativa histórica. Sobre la base de nuestra orientación nos delimitamos de todas las fuerzas que comulgan, cada una a su manera, con el orden existente. Este es un punto recurrente, es el más importante para mí.

Ustedes fíjense en un aspecto de este Congreso: virtualmente no se discutió SUTEBA y, sin embargo, había una resolución previa sobre SUTEBA. No sólo falta la iniciativa, sino que frente a la oportunidad de una iniciativa cunde el desconcierto. Nosotros, como dirección revolucionaria, somos parte de una crisis de dirección. La caracterización correcta del estado político de nuestra fuerza es una condición para la victoria. El Congreso ha sido un fuerte escenario de enseñanzas.

Por ejemplo, hubo un paro de subte; después iba a hablar del paro del subte, pero me puedo adelantar. El subte es una espina en este Gobierno, el de Jorge Macri y el de Milei; lo adelantaron con las sanciones contra varios delegados. El subte es otro frente, como el de SUTNA, como el de Villa Constitución y la UOM siderúrgica en general, donde se vienen conflictos. Debemos advertir sobre esta confrontación y desarrollar una campaña. En definitiva, el proyecto de ley de seis horas fue un caso extraordinario de iniciativa. Charly Pérez vino con este problema de las seis horas, con la base sindical en reflujo, pero él vio que esto podía ser un motivo de agitación. Lo discutimos mucho y me convenció, entonces lo tomamos y de un sindicato en reflujo terminamos teniendo un sindicato independiente que causó una conmoción con el desarrollo del cuerpo de delegados. Pero no éramos nadie, recuerdo que a las reuniones venían algunos compañeros ferroviarios y lo recuerdo en particular porque uno de ellos sabía de ferrocarriles más que todos los ingenieros especializados en ferrocarriles en la República Argentina. Era brillante, en las reuniones exponía y nos daba reivindicaciones, porque estaba asociado a este trabajo nuestro con el subte. La iniciativa en el subte fue tomada por ¡un solo compañero! Luego la burocracia de Palacios venía a la Legislatura, se sentaba en la butaca del público para ver qué pasaba en los debates, en los cuales no pinchaba ni cortaba. Esta es la política que tenemos que llevar adelante. Como en el Subte también trabajan, militan, compañeros que acompañan a Matías, que es delegado, tiene que ser una política de conjunto y tiene que haber una iniciativa que sea impulsada por volantes, por charlas, por lo que fuere. Una iniciativa, por ejemplo, advirtiendo lo que se viene, mostrando que las reivindicaciones se adelantan y que, por lo tanto, hay que ir preparando una asamblea general para discutir una orientación de conjunto. Con esa posición tenemos que ir a ganar uno por uno a trabajadores que vengan con nosotros. Después tenemos que seguir reclutando. Tomemos el caso de los despidos masivos en ATE. Nosotros ponemos un acento a las limitaciones que tiene la política de la burocracia, pero tenemos que poner mayor acento a nuestra orientación y, con esa orientación, tomar iniciativas prácticas. Hacer reuniones con compañeros, tomar un café juntos, debatirlo, armar reuniones, armar una volanteada. La iniciativa histórica no está en manos de Catalano, él no puede hacerlo, pero nosotros sí podemos hacer todo eso.

Necesitamos un gran trabajo estudiantil. Se había propuesto sacar una declaración, ahora bien, la declaración no estaba mal desde el punto de vista académico, pero desde el punto de vista político la palabra Milei no estaba en todo el texto. La idea es la siguiente: la política universitaria tiene que partir del ataque de Milei. Milei ataca a la Universidad. Cómo traducimos en la práctica el efecto de la Marcha Universitaria y qué medidas tomamos en la agitación, para reclutar, porque la aproximación nuestra pasa por la acumulación de fuerzas. Tenemos una cierta acumulación de fuerzas, porque están ingresando en Política Obrera compañeros jóvenes, pero también hay flaquezas. No fue el cien por ciento de los militantes formalmente presentes en Política Obrera a los plenarios pre Congreso. Hubo que establecer que la elección de delegados se tenía que hacer sobre el plenario y no sobre el padrón. Para delimitarnos y se nos reconozca como fuerza independiente y distintiva ¡primero tenemos que ofrecer una orientación! La orientación como método de trabajo práctico.

Bueno, no voy a poder agotar todo en un discurso de cierre, que pretende hacer un balance provisorio de esta gran jornada.

Tomemos el tema del Polo Obrero Tendencia. Lo último que vamos a hacer nosotros, naturalmente esto no lo estoy poniendo en discusión en el Congreso, porque estoy cerrando, pero lo estoy poniendo en discusión en el Partido, es que el propósito del fiscal Pollicita es destruir las organizaciones sociales. Lo único cierto es que el Polo oficial, vía Potenciar Trabajo y otros planes, se había integrado al Estado, incluso con funcionarios propios. Eva explicó, en su intervención, que las organizaciones sociales eran capataces de los obreros en las Unidades de Gestión. Nosotros tenemos que presentar un programa en las nuevas circunstancias, defender los comedores, defender las necesidades en los barrios y posicionarnos con respecto al plan "Volver al Trabajo", en medio de la desocupación y el trabajo en negro, porque el trabajo en negro sigue con la Ley Bases. Nosotros tenemos que pelear por una bolsa de trabajo, bajo control obrero. Por un plan nacional de reparto de las horas de trabajo y de la multiplicación de la obra pública. Desarrollar una conciencia de clase para luchar contra la desocupación. Impulsar iniciativas y corregirlas en la práctica. Hay una famosa frase de Trotsky, importante al menos para mí. Me causó una impresión definitiva, formativa. Discutiendo la situación en China después de la derrota del Partido Comunista en la revolución de 1927, explicó muy bien, brillantemente explicado, la oportunidad de la consigna por una Asamblea Constituyente. Vinieron críticas por todos lados, Trotsky lo defiende y en un momento determinado dice: no sabemos si se puede dar una Asamblea Constituyente y si la podemos conseguir, pero agitar una Asamblea Constituyente no tiene nada de malo, es muy bueno; frente a una dictadura siempre es mejor una Asamblea Constituyente, vamos a quedar como demócratas. Es decir, si la bolsa de trabajo parece que no fuera realista, vamos a dejar planteado un eje obrero de lucha contra la contratación mafiosa y por el derecho al trabajo. Hemos pensado y elaborado una metodología para que el obrero vuelva a laburar, no en las condiciones de esclavitud social que sufren los obreros que perdieron el trabajo. Luego, está la lucha por el salario mínimo, la lucha por el seguro al parado, que en la Argentina es una mueca, es nada, creo que no sirve para tomar el subte ida y vuelta. Entonces, damos la pelea contra Milei, defendemos los comedores, reclutamos, preparamos la revolución socialista en los estratos más pobres de nuestro pueblo.

En resumen, después de este Congreso, en principio sujeto a una verificación, los conflictos sociales se van a multiplicar porque, además, el Gobierno pretende culminar un ajuste que en gran parte todavía no hizo. Es el equivalente a 20.000 millones de dólares, que todavía el Banco Central no transformó en deuda del Tesoro y que mañana va a tratar con los bancos cómo hacerlo de una vez y cómo esa deuda del Tesoro puede ser solventada con mayores despidos, mayores tarifazos. Menos gastos del Estado y más recursos para que el capitalista diga ah, tiene la plata para pagarme. Por razones de dinámica económica, por la consecuencia de este antagonismo de fondo, se viene un proceso de estas características que, por otra parte, ya está anunciado objetivamente en Villa Constitución, en el conjunto de la UOM, que está anunciado en una cantidad de despidos y nuestra intervención en ellos tiene que permitir que la propuesta de reparto de horas de trabajo sin afectar los salarios, la ocupación de fábrica, se perfeccione. El problema de los piquetes, las ocupaciones de fábricas, que no pueden ser aisladas. Por eso creo que tenemos que empezar una campaña para que, con los sindicatos que dicen que luchan por los salarios -por ejemplo ahora con este asunto del impuesto al salario les van a empezar a descontar a los bancarios, les van a empezar a descontar a los petroleros- formemos un frente de lucha, pero el frente de lucha también en defensa de los trabajadores de las fábricas que despiden, al menos allí donde haya una resistencia, un combate.

Valiéndonos de eso tenemos que mostrar a los trabajadores que somos los mejores intérpretes de sus necesidades, somos los más consecuentes, que realmente nosotros hicimos un pronóstico acertado. No se trata de ganarle una pelea de pronósticos al FIT-U, sino que lo que es necesario es una victoria de la clase obrera contra Milei, contra el Estado y contra el capitalismo.

¡Adelante, Política Obrera!

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