Tiempo de lectura: 3 minutos
El jueves 1 de agosto, convocada por la AGMER, se llevó adelante en la ciudad de Paraná una importante movilización docente provincial, con presencia de todas las delegaciones del interior de la provincia. La conducción del sindicato estimó la presencia de 5 mil compañeros, en una marcha que alcanzó unas 8 a 10 cuadras. La prensa registró el carácter “histórico” de la convocatoria, “como no se vio durante los gobiernos de Urribarri ni Bordet”, lo que tampoco quiere decir que no haya habido marchas provinciales anteriores de mayor envergadura. Es cierto que durante los últimos años la conducción del principal sindicato docente de la provincia venía evitando el paro y la movilización como a la peste, lo que la llevó a un enorme desprestigio frente a las bases, que este jueves intentó revertir. Por esto mismo, la enorme marcha de esta semana no es mérito de una conducción que ahora intenta reposicionarse, sino una expresión de la disposición a la lucha de la base docente.
La burocracia de la AGMER viene sosteniendo una política de alianza con todos los gobiernos, incluido el de Frigerio. Su argumento para no movilizar venía siendo “que las bases no dan”, que los compañeros no se suman a las marchas. Por lo menos, ese era el discurso de los dirigentes de la seccional Paraná que culpaban a los docentes de su propia impotencia, expresada en raquíticas marchas departamentales. Lo que ocurre, es que los paros y marchas que se vienen convocando no tienen ninguna perspectiva, se trata de paros de aparato, domingueros y rutinarios. De hecho, hace años que no hay una marcha provincial como la de ayer. La docencia salió a la calle masivamente a pesar de que la patronal no escatimó amenazas respecto del descuento de los días de paro. Es la misma amenaza que levanta la propia conducción cuando quiere forzar una aceptación, como es probable que intente hacer la semana que viene, para poner un coto a la disposición a la lucha de las bases. A partir de ahora, la burocracia deberá guardar para otro momento el argumento de que no se puede ir a la huelga porque los docentes no responden, el jueves se vio lo contrario.
A la convocatoria también adhirieron SADOP y AMET, no así UDA, que aceptó la “propuesta” en segunda instancia del gobierno. Tampoco ATE, que viene de entregar a los estatales ante la primera oferta de miseria de Frigerio, y que a pesar de esto tuvo a su secretario general como uno de los oradores del acto de cierre de la jornada, quien no tuvo empacho en decir que el camino que hay que seguir es el que demostraron los docentes en las calles. Así, el mentado “frente gremial” que había hecho gala de unidad desde el paro aislado del 4 de julio contra la reforma jubilatoria, se desgranó en menos de un mes.
La primera oferta que el gobierno puso sobre la mesa fue rechazada por los cuatro sindicatos docentes y aceptada por ATE y UPCN. La “nueva” oferta del gobierno no es muy diferente y sigue siendo contradictoria con las reivindicaciones que la propia conducción de AGMER viene planteando. Sin embargo, la coloca de todos modos a la votación por parte de las bases. Para esto se vale de llamar a un nuevo congreso el próximo martes 6, día en el que ya estaba definido el inicio de otro paro de 48h, que ahora podría quedar limitado solamente a las primeras 24h. La propuesta que la conducción quiere poner a discusión ya fue rechazada en sus términos, porque no incluye la equiparación de la inflación del primer semestre y mantiene las cifras en negro. Es decir, la conducción prepara el terreno para una nueva entrega y aceptación.
Frente a esta política de entrega, de manera todavía incipiente, se viene registrando un proceso de autoorganización y autoconvocatoria. En la ciudad de Paraná ha surgido una asamblea interescuelas, que todavía enfrenta grandes desafíos por delante para erigirse como un espacio de coordinación de la lucha. Hace un par de meses, los docentes del Colegio Nacional, en el marco de una jornada institucional realizaron un cartelazo y abrazo del edificio que recogió la atención de la prensa. En el interior de la provincia, esta semana han surgido encuentros autoconvocados de docentes en Victoria, Crespo y Ramírez.
Discutamos cómo profundizar la huelga, y sorteemos las maniobras de entrega que pergeña la conducción. El hito del pasado 1 de agosto señala que estamos en condiciones de derrotar al gobierno e imponer todo nuestro pliego reivindicativo. Profundicemos la lucha con el paro por tiempo indeterminado, hasta vencer.
100 % de aumento de emergencia, de una sola vez, todo al básico, nada en negro. Basta de cuotas.
Indexación mensual automática por inflación.
Por un salario inicial por cargo igual al costo de la canasta familiar, que ya alcanza el millón y medio de pesos.
Construyamos comités de lucha y coordinadoras de escuelas para garantizar la huelga que las conducciones se niegan a desarrollar.