Escribe Comisión Sindical de Política Obrera
Suspensiones y despidos masivos en Bridgestone y FATE, y rechazo al aumento de salarios
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El viernes 16 de agosto Bridgestone solicitó a la Secretaría de Trabajo de la Nación dar por finalizadas las tratativas acerca del Procedimiento Preventivo de Crisis. El propósito es “liberar a las partes” y proseguir con las suspensiones masivas, con la flexibilización laboral e incluso congelar los salarios en las negociaciones paritarias. El SUTNA se declaró en “estado de alerta y movilización (…) para accionar unidos y colectivamente en el momento que sea necesario en defensa de los puestos de trabajo, las condiciones laborales y el poder adquisitivo del salario que marca la calidad de vida de nuestras familias”. Es lo que ha venido haciendo el sindicato desde los primeros despidos masivos en Bridgestone y los doscientos despidos en Fate desde hace alrededor de tres meses. Bridgestone entiende por estado de crisis una declinación de las ventas y la atención a un préstamo de su casa matriz y otras sucursales. La maniobra fraudulenta del pulpo es la razón que esgrime la directiva del SUTNA para seguir presionando a los organismos de Trabajo de Nación y Provincia a que fuercen a las empresas a retrotraer las medidas. El fracaso de esta política salta a la vista: ambos órganos de estado son cómplices de las patronales desde diferentes intereses de unos y otros –sean Cordero-Techint o Kicillof-. Luego de cada reunión ‘conciliatoria’ los despidos y suspensiones arrecian con mayor fuerza hasta llegar, sólo en 2023, al millar en toda la industria (220 en FATE, 500 en Bridgestone y 250 en Pirelli).
Efectivamente, el domingo 18 de agosto la multinacional japonesa arremetió con cientos de despidos que fueron comunicados telefónicamente y por medio de cartas documento al ingreso del turno tarde. El SUTNA respondió de nuevo con una concentración, que tuvo lugar a partir de las 20 horas en las inmediaciones de la fábrica, un paro de 16 horas y la convocatoria a una asamblea el lunes 19 para, de nuevo, “informar y definir las formas de continuidad”. El mismo lunes, la dirección del SUTNA recorrió la fábrica para convocar a los trabajadores a que “se unan para actuar en forma colectiva”. Enseguida llamó a participar de un acto que se realizó al día siguiente. (Estamos) “dando comienzo, señaló en un comunicado, a las 14 hs. a un PARO de actividades en respuesta a la empresa para que entienda que no estamos de acuerdo con el despido de nuestros compañeros y que no permitiremos que se destrocen nuestras condiciones laborales y nuestros ingresos”. El mismo 20, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria, otra vez, como si se tratara de un conflicto o disputa diferente. La dirección del sindicato anunció, en la víspera del paro de 24 horas y asambleas en todos los turnos de la planta que había convocado, que acataba la medida ministerial, dejando sin efecto todas las medidas de fuerza por 15 días, salvo el acto previsto frente a la fábrica, aceptando que los despedidos/supendidos no regresen al trabajo. Aunque el laudo del ministerio determina la vuelta a tareas de los despedidos, los 452 compañeros seguirán en calidad de suspendidos en esas dos semanas, lo que es un despido de hecho. Kicillof, previamente, había movilizado a la policía bonaerense, en aplicación anticipada de la cláusula de la reforma laboral que prohíbe toda suerte de piquetes, pero que se encuentra pendiente de reglamentación, en un manifiesto mensaje político de acatamiento al gobierno nacional y de adaptación a la política de despidos masivos de Milei y las patronales. Kicillof se encuentra mendigando en los pasillos nacionales que la Provincia no se excluida del RIGI.
Mientras se ‘discutía’ el PPC en la Secretaría de Trabajo, las patronales del Neumático han seguido con las suspensiones masivas y decenas de despidos encubiertos, que se disimulan como ‘voluntarios’ y que han pasado a recibir el mote de “desvinculación”, en un nuevo giro del lenguaje inclusivo. Para ello ofrecen indemnizaciones por arriba del 100 % a condición de una aceptación inmediata. Es una extorsión que tiene el propósito manifiesto de hacer cundir la desmoralización del conjunto y romper la unidad de clase. Al mismo tiempo se modifican las condiciones de trabajo sin la mediación de una negociación colectiva, en una manifiesta desautorización al Sindicato y a las comisiones internas. Fate y Bridgestone incrementan la presión por una mayor productividad, aun cuando han impuesto el turno americano, que lleva la semana de trabajo a seis horas o 6 días: Milei acaba de declarar que pretende establecer una jornada laboral de doce horas, esto mediante la abolición de la remuneración por trabajo extraordinario. El Neumático, como ocurre también en empresas como Toyota, es una colección de “fábricas de rotos” (trabajadores con enfermedades profesionales) y de accidentes laborales. El hambre de los patrones por aumentar la masa de plusvalía, hostigando a los trabajadores a aumentar la productividad, sin ningún tipo de inversiones de capital, ha desatado accidentes en cadena y “accidentes laborales”, algunos mortales. En los períodos de conciliación obligatoria el régimen de superexplotación persiste. Las paritarias, que se venían firmando mes a mes en línea con la inflación, quedaron también envueltas en la avanzada patronal. Pirelli realizó una oferta de aumento por debajo del 4 %, que Fate y Bridgestone quieren que sea menor aun, en conformidad con el libreto de Milei y Caputo.
El avance patronal y el intento de modificación del régimen de jornada que proponen Fate y Bridgestone son el objetivo estratégico del Preventivo de Crisis que, como en la ley de Quiebras, pone el acento en la mayor flexibilidad laboral. Para eso hay que plegar a la organización sindical en todos sus niveles. Madanes no se cansa de repetir su propósito “recuperar el control” del lugar de trabajo. Las grandes fábricas del Neumático y por sobre todo FATE, de donde surgió la actual dirección, albergan una clase obrera fuertemente combativa y políticamente consciente, que se ha convertido en la oveja negra del capital local y del capital internacional en su conjunto.
La adaptación a las conciliaciones obligatorias ha fracasado. Las patronales no retrotraen los conflictos, ni reincorporan en forma temporal ni a despedidos ni a suspendidos. No sirven para “preparar” una lucha contra este ataque estratégico, porque todo alargamiento ha sido siempre un desgaste. El SUTNA debería deliberar para producir un cambio; los mandatos en blanco a la dirección no sustituyen la deliberación colectiva acerca del carácter que debe tener un plan de lucha. La transferencia de mandatos a las direcciones es la característica fundamental del sindicalismo peronista tradicional, que se autocalifican como “conducción”. Los partidos del FITU, pero por sobre todo el aparato del Partido Obrero, se acomodan, cuando no impulsan abiertamente, una política conservadora a cualquier precio, es decir, al precio de una derrota. Está planteada la convocatoria a asambleas generales de fábrica para mandatar a los delegados a impulsar en un plenario nacional del gremio un plan de lucha contra las suspensiones y despidos, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, la apertura de los libros de las patronales, la defensa del salario y del convenio colectivo.